En los últimos años, la utilización de dispositivos móviles en los colegios ha sido objeto de un intenso debate entre educadores, padres y legisladores. Algunos sostienen que estos dispositivos pueden ser herramientas educativas muy valiosas, pero, por el contrario, otros piensan en los posibles efectos negativos que pueden tener estos teléfonos móviles en el rendimiento académico y el bienestar de los estudiantes.
Un estudio reciente realizado por la Universidad de Birmingham, aporta un nuevo punto de vista sobre este tema. En este estudio se sugiere que la prohibición de los móviles en las aulas no tiene una relación directa con el rendimiento académico, tampoco mejora la salud mental de los alumnos.
Este estudio publicado en febrero de 2025 en The Lancet Regional Health Europe, analizó a 1.227 estudiantes de 30 escuelas secundarias diferentes en Reino Unido. De estas 30 instituciones, 20 tenían políticas restrictivas sobre el uso de los teléfonos móviles en horario escolar. Los investigadores evaluaron distintos factores, entre los que se encontraban el rendimiento académico, el comportamiento en clase y el bienestar mental de los estudiantes.
El estudio reveló que, aunque las escuelas con prohibiciones de móviles consiguieron una leve disminución en el uso de estos dispositivos durante el horario escolar, aproximadamente unos 40 minutos menos el día, no se detectaron mejoras significativas en el rendimiento académico, el comportamiento o la salud mental de los alumnos en comparación con las escuelas que no contaban con esas restricciones. Se percibió que los estudiantes que no podían utilizar su teléfono móvil en el colegio, tendían a compensar esa restricción utilizando más sus dispositivos móviles fuera del horario escolar y durante los fines de semana. La profesora Victoria A. Goodyear, quien fue la autora principal del estudio señaló que su estudio sugería que las políticas escolares no eran una solución milagrosa para poder prevenir los efectos perjudiciales de la utilización de los teléfonos móviles y redes sociales en los alumnos.
La relación entre el uso de los teléfonos móviles y el rendimiento académico ha sido objeto de diversas investigaciones. Un estudio realizado en diciembre de 2024 por la Universidad Miguel Hernández de Elche encontró que los estudiantes de secundaria que usaban más sus móviles e internet con fines de ocio presentaban un menor rendimiento académico. Estos estudiantes, además, presentaban actitudes más violentas, dietas menos saludables y un mayor consumo de alcohol y tabaco.
Sin embargo, investigaciones previas han sugerido que la mera presencia de un teléfono móvil puede ser capaz de afectar la capacidad cognitiva de los estudiantes. El Dr. Ward, un psicólogo cognitivo de la Universidad de Texas, pudo demostrar que tener un smartphone a la vista, incluso sin ser utilizado, puede hacer que la capacidad de aprendizaje disminuya, así como el razonamiento lógico y las habilidades creativas.
La utilización excesiva de dispositivos móviles también ha sido vinculada a problemas de salud mental entre los adolescentes. La dependencia que se genera a las redes sociales y a la constante exposición a las pantallas pueden hacer que los niveles de ansiedad, depresión y estrés aumenten. Por otro lado, el uso del móvil incita a una procrastinación que puede afectar negativamente al rendimiento académico y también a las relaciones interpersonales.
Por otro lado, el estudio de la Universidad de Birmingham destacó que las prohibiciones escolares de los móviles no llevaron a mejoras notables en el bienestar mental de los estudiantes. Esto nos hace pensar que, aunque exista un uso excesivo de dispositivos que pueda ser perjudicial, las restricciones en el entorno escolar por sí solas no abarcan completamente los desafíos asociados con la salud mental de los estudiantes.
Los expertos coinciden en que, aunque prohibir estos dispositivos puede tener efectos positivos en diversos contextos, esto no es una solución única para los retos que pueden estar asociados al uso de móviles en entornos educativos. Por eso es vital adoptar un enfoque integral que combina la educación digital, la participación de las familias y la promoción de hábitos saludables.
En España, distintas comunidades autónomas han comenzado a implementar políticas para regular el uso de los teléfonos móviles en los centros educativos. En la Región de Murcia, la prohibición del uso de dispositivos móviles en centros educativos está vigente desde enero de 2024 y ha tenido efectos positivos notables. Según un informe presentado por el consejero de Educación y Formación Profesional, Víctor Marín, esta medida ha reducido el ciberacoso en un 73% y las agresiones en un 31%. Asimismo, ha mejorado la concentración y los resultados académicos del alumnado, con un incremento del 1,35% en el número de estudiantes que aprueban todas las materias y una disminución del 1,27% en aquellos alumnos que suspenden tres o más materias.
Estas cifras contrastan con los hallazgos del estudio británico, algo que sugiere que el impacto de las políticas de prohibición puede ser distinto dependiendo del contexto y la implementación específica de las medidas adoptadas.