Los diez colegios que son joyas arquitectónicas
Muchas teorías educativas señalan que un ambiente acogedor ayuda a alcanzar el éxito escolar
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A la hora de elegir el colegio de tus hijos se tiene en cuenta factores como la ubicación, la metodología en la que se basa, las instalaciones, el prestigio, las opciones de actividades extraescolares… pero pocas familias toman esta decisión basándose en lo bonito o feo que sea el centro.
Muchas teorías educativas señalan que un ambiente acogedor ayuda a concentrarte y a tener una actitud positiva hacía el aprendizaje. Estudiar en un colegio con amplios pasillos, clases grandes y una fachada “histórica” puede motivar al alumnado. Si no estás buscando colegio, siempre puedes darte un paseo por los alrededores y admirar estos edificios.
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Centros educativos que son joyas arquitectónicas
El Real colegio Alfonso XII está situado en San Lorenzo del Escorial (Comunidad de Madrid), es parte del mismo edificio del famoso monasterio de este municipio y el edificio más antiguo de los que vamos a hablar. Fue construido a mediados del siglo XVI a petición del Rey Felipe II, que quería que dentro del monasterio hubiera un colegio-seminario para un reducido grupo de alumnos, este proyecto se mantuvo hasta la desamortización de Mendizábal. Es una muestra de la arquitectura renacentista hispánica, fue acabado por el famoso arquitecto Juan de Herrera, y su estilo denominado “herreriano”; austero, simétrico y geométrico; es una de las características más importantes de este conjunto. Durante el reinado Alfonso XII, 30 años después de la desamortización, el colegio volvió a abrirse con el nombre del monarca. Actualmente es un colegio concertado.
La Asunción Ikastetxea se fundó en 1882 cuando su fundadora, monja asuncionista, huyó de su Francia natal movida por los movimientos anticlericales de la III República francesa. El lugar elegido para la construcción del centro fue San Sebastián. El arquitecto francés Mr. Sanson diseñó este edificio tomando como modelo el colegio parisino de la Congregación en Auteuil, pero la ejecución se realizó bajo la dirección de los arquitectos Echave y Cortázar. De estilo neogótico, se fundó como internado de élite para chicas. 5 años más tarde, se crea dentro del mismo edificio, pero de manera diferenciada, la escuela gratuita para alumnas de barrios obreros. Durante la Guerra Civil española el colegio se usó como prisión. Desde 1992 es un colegio mixto. La biblioteca de madera y la capilla son las joyas de este edificio. En la capilla se pueden admirar un magnífico órgano, un vistoso rosetón y una vidriera de la virgen de la Asunción regalada por la reina María Cristina.
El Colegio San Ignacio de Sarriá, conocido también como los Jesuitas de Sarrià, está situado en la parte alta de Barcelona. Uno de los datos más impactantes de este colegio es que ocupa una superficie de nada menos que 85.000 metros cuadrados. El edificio inaugurado en 1895 es de estilo neogótico. Su arquitecto fue Juan Martorell, maestro de Gaudí. Tiene dos torres, una de ella parcialmente inacabada, en su magnífica fachada de ladrillo rojizo y está adornada por grandes ventanales con arco ojival. En sus inicios fue usado únicamente en régimen de internado. Durante la II República, el colegio es confiscado y pasa a ser una escuela pública hasta 1939. Además de su arquitectura exterior, no se puede dejar de visitar la capilla y la sala de actos.
En el mismo barrio de Sarriá, se encuentra otro colegio de gran valor arquitectónico, el Colegio de Las Teresianas, que fue concebido para alojar el convento de la congregación de Religiosas Teresianas. El edificio fue construido entre 1888 y 1890 por el arquitecto Antoni Gaudí, este conjunto forma parte del periodo neogótico de este arquitecto. Gaudí aceptó mantener una austeridad acorde a los votos de pobreza de la congregación, proyectó un edificio sobrio, realizado sobre todo con materiales baratos como el ladrillo o la piedra triturada, aunque también empleó la cerámica, forja y carpintería. Como en toda su obra, la ornamentación está cargada de simbolismo. Por ejemplo, la presencia de la T de Teresa entre las almenas o la verja de hierro forjado de la entrada con los corazones de la Virgen María y Santa Teresa coronados por una cruz. En 1969 el edificio es declarado Monumento histórico-artístico de Interés Nacional.
El colegio público Gascón y Marín es un edificio de la ciudad de Zaragoza. Construido entre 1915 y 1919, su arquitecto José de Yarza Echenique siguió un nuevo concepto de escuela pública tomando como ejemplo modernas tipologías de Francia y Alemania: espacios amplios, soleados y ventilados. Situado en una de las esquinas de la plaza de los Sitios, el edificio se organiza en dos plantas siguiendo un esquema en V y utiliza un chaflán central redondeado como eje principal de simetría. La fachada en toda su altura está decorada por anchas pilastras con capiteles jónicos. Todo el conjunto se corona con un alero de madera tallado con motivos neorrenacentistas. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 2008.
Nuestra señora del Pilar es un colegio de arquitectura neogótica y modernista, donde se combinan la sillería de piedra blanca y la mampostería, situado en el barrio de Salamanca de Madrid. Su arquitecto Manuel Aníbal Álvarez Amorós diseñó un edificio de planta simétrica y octogonal (algo común en los edificios destinados a la educación de la época), con diferentes pabellones unidos con galerías acristaladas. En el centro destaca la capilla de tres naves y ábside semicircular, a la cual se puede acceder directamente desde la calle. De su interior cabe destacar el salón de actos y comedor de doble altura y con una galería volada. En sus inicios el colegio estaba destinado a una obra benéfico-social para niñas pobres, donde recibían enseñanza superior de institutriz, aunque no llegó a inaugurarse. Poco después, pasó a la orden de los marianistas, quienes lo convirtieron en colegio masculino. Durante la Guerra Civil fue usado de hospital y banco de sangre. Actualmente es un colegio mixto declarado Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid.
En Cantabria, en la ciudad de Santander, nos encontramos con el Colegio Sagrado Corazón Esclavas, colegio concertado que en 1935 abrió sus puertas para la enseñanza de niños. El edificio es de estilo neoclásico y está resuelto en planta conventual. La fachada presenta una sucesión simétrica de huecos. La estructura gira alrededor de un claustro. Cabe destacar que el centro se encuentra rodeado de naturaleza y que desde él se puede observar el mar.
El Colegio Lourdes es una joya de la arquitectura social de Madrid, construido en los años sesenta en el corazón de la colonia Lourdes, al lado de la Casa de Campo. Su diseño basado en circunferencias recuerda a otro edificio de la ciudad, Torres Blancas. Ambos dirigidos por Francisco Javier Saénz de Oiza. Su diseño novedoso y vanguardista ayudaba a la implantación de métodos pedagógicos más activos y comunicativos. Inicialmente el colegio contaba con siete aulas, cada una con dos espacios circulares, uno techado y el otro descubierto, es decir, cada aula tenia un patio privado donde se podían impartir clases al aire libre. Con el tiempo todos estos patios fueron techados para crear más aulas formales. En estas aulas no tiene sentido hablar de primera y última fila, los alumnos se sentaban en círculos o pequeños grupos. Actualmente el colegio sigue perteneciendo a la FUHEM, fundación hogar del empleado, es de naturaleza laica y progresista.
En Orotava, Tenerife, nos encontramos con un instituto público, el IES Rafael Arozarena, situado en el valle por el que se asciende a la cumbre del Teide. Rodeado de montañas y desde donde se puede ver el océano Atlántico, el conjunto se asienta sobre los muros creados por terrazas de cultivo y en otros puntos pasando por encima de ellas, ya que está construido en un desnivel de 20 metros. El acceso al centro se realiza desde la única calle horizontal que rodea el colegio. El proyecto ha tenido en cuenta la economía tanto en el uso de materiales como en el aprovechamiento de los espacios.
El colegio que colecciona premios de arquitectura
Por último, no podíamos olvidarnos de destacar el Colegio Reggio, colegio privado situado en el Encinar de los Reyes, Madrid, finalista a los Premios Miles van der Rohe, premios de arquitectura contemporánea de la Unión Europea, en la categoría de “Arquitectura y Emergente”. A este honor continental podemos sumar otros reconocimientos dentro del sector de la arquitectura, incluyendo Premio Proyecto del Año 2022 (Architects Newspaper), Premio a la mejor fachada 2022, XVI Premio BEAU Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo, Premio FAD de Arquitectura 2023, IV Premio Mini de Diseño 2024 o VI Premio Ciudad OPEN HOUSE 2024.
El pedagogo Loris Malaguzzi, tras la Segunda Guerra Mundial, creó los colegios Reggio basándose en la experiencia como forma de educación. Esta premisa es puesta en práctica por el arquitecto Andrés Jaque en el nuevo colegio Reggio construido en 2022. El diseño arquitectónico está pensando para que el propio edificio haga de educador y que los alumnos "desarrollen su propia manera de navegar y ganen acceso a la complejidad social, medioambiental, material y cultural del mundo" según dice la propia web del centro. Además de que se ha evitado el uso de materiales innecesarios para reducir la huella de carbono.
En la fachada se puede observar un proyecto vertical con “hileras de ojos saltones”, apreciando gran diversidad de formas y colores que da vida a este nuevo concepto de centro educativo o multiverso. La biblioteca se prolonga hasta el patio a través de grandes arcos. En la segunda planta podemos encontrar un espacio de 500 m2 para diferentes fines. Las aulas de los alumnos de las plantas superiores se organizan alrededor de un “bosque” interior con tanques de agua para su riego.
Lejos de ocultar los sistemas mecánicos, aquí todos los servicios se mantienen visibles, al ser considerados una oportunidad pedagógica. De este modo, "los flujos que mantienen activo el edificio se convierten en una oportunidad para que los estudiantes cuestionen cómo sus cuerpos y sus interacciones sociales dependen de los intercambios y circulaciones de agua, energía y aire. El edificio permite sin complejos que las tuberías, los conductos, los cables y las rejillas se conviertan en parte de su ecosistema visual y material".