Así se detecta que un niño tiene altas capacidades: "Hay un primer aviso que se repite con frecuencia"

Según uno de los últimos informes del Ministerio de Educación en España, un 7,3% de los alumnos (51.396) recibieron ayudas por altas capacidades en el curso 2022-2023, la mayoría de ellos en la educación primaria y en la ESO. Eso es así porque gran parte de los casos se detectan a partir de la primaria, aunque, como señala la Asociación de Altas Capacidades y Talentos (AEST), son en un 98% de los casos los padres quienes acaban detectándolas. Sin embargo, la escuela tiene un gran peso en la detección de estos casos. Y, en este sentido, ¿cómo detectan una alta capacidad entre el alumnado?

“En el ámbito escolar, la detección suele producirse cuando el profesorado identifica rasgos que van más allá de lo esperable para la edad del estudiante. Un primer 'aviso' es, con frecuencia, su intensa participación en clase: plantean preguntas poco habituales, exhiben un razonamiento muy maduro o muestran aburrimiento cuando la actividad no supone un auténtico desafío. Además, su forma de expresarse suele sobresalir, ya que manejan un vocabulario amplio y mantienen una curiosidad inagotable que no se conforma con explicaciones superficiales”, explican a la web de Informativos Telecinco Mario y Maider Belda, ingeniero y psicopedagoga con altas capacidades y autores, junto con Beatriz Belinchón, madre de una niña con altas capacidades, de la guía ‘Hijos con altas capacidades’ (editorial RBA), recientemente publicada y dedicada a padres y entidades escolares.

Cuando se aprecian estos indicios, el tutor informa a la familia para, con su consentimiento, derivar al alumno al equipo de orientación psicopedagógica. A partir de ese momento, se realiza una evaluación más en profundidad, valorando tanto su capacidad cognitiva como su faceta emocional y social.

En algunos casos, las altas capacidades pueden coexistir con ciertas dificultades, como un trastorno de aprendizaje (dislexia) o un TDAH, lo que puede enmascarar sus habilidades

¿Cuál es el objetivo? Tal y como explica, es diferenciar entre un simple “desinterés” o una “facilidad puntual” y un perfil de altas capacidades que requiere un enfoque educativo específico. Este protocolo temprano resulta clave para prevenir la desmotivación y, sobre todo, para garantizar desde el principio los apoyos necesarios que impulsen su crecimiento integral.

“En algunos casos, las altas capacidades pueden coexistir con ciertas dificultades, como un trastorno de aprendizaje (dislexia) o un TDAH. Eso puede enmascarar sus habilidades o provocar que destaquen solo en áreas muy concretas, mientras que en otras presentan un rendimiento menor. Por eso, es fundamental que la evaluación psicopedagógica sea completa: no basta una sola prueba de CI; hay que considerar su entorno familiar, su desarrollo socioemocional y posibles áreas de dificultad”, añaden. De hecho, los alumnos con altas capacidades tienen unas Necesidades Específicas de Apoyo Educativo, tanto emocionales como académicas, establecidas en la LOMCE. 

Las notas: ¿un indicio de altas capacidades o no?

Podríamos pensar que un niño con altas capacidades será brillante en cuanto a evaluación académica se refiere, pero eso no ocurre en todos los casos. “Pueden aburrirse cuando el contenido no supone un verdadero reto, lo que se traduce en un rendimiento que no hace justicia a su potencial. Además, su perfeccionismo puede generar frustración si no cumplen las altas expectativas que se imponen. Por ello, más que centrarnos únicamente en las notas, es recomendable proponer un entorno que fomente su curiosidad, facilite la exploración de sus múltiples intereses y atienda sus necesidades emocionales”, explican los tres expertos que están detrás del libro ‘Hijos con altas capacidades’. 

Para ellos son más recomendables las metodologías basadas en la investigación, la creatividad o proyectos de mayor profundidad les ayudan a conectar con aquello que les apasiona, evitando la apatía que surge ante contenidos repetitivos. “Así, no solo mejora su desempeño académico, sino que también se refuerza su autoestima y su relación con el aprendizaje”.

Y añaden que para los niños con altas capacidades, la evaluación continua, basada en proyectos o en retos que abarquen múltiples áreas, suele resultarles más motivadora que los exámenes memorísticos. Del mismo modo, un sistema de evaluación flexible (que permita, por ejemplo, ampliaciones de temario y trabajos de investigación) les otorga la oportunidad de mostrar hasta dónde pueden llegar. 

Seis mitos que deberíamos desterrar en la escuela sobre las altas capacidades

Ya hemos abordado uno de los grandes mitos de los niños y adolescentes con altas capacidades, las notas, pero hay muchos más aunque muchos colegios y profesores están llevando una buena labor de desmitificar. Sin embargo, hemos elaborado una lista con los más comunes: 

  1. Las notas no siempre suelen reflejar las altas capacidades. Muchos niños y adolescentes pueden desmotivarse si no encuentran retos a su medida.
  2. Se tiende a pensar que los alumnos con altas capacidades no necesitan ningún tipo de apoyo, obviando que, más allá de lo puramente académico, requieren orientación socioemocional.
  3. Otro mito bastante extendido es la supuesta falta de habilidades sociales, confundiendo su selectividad al buscar amigos o su forma peculiar de expresarse con una carencia de interacción. 
  4. Son comunes frases como: “Este es el primer caso que me encuentro en veinticinco años de carrera” que no hacen patente la gran diversidad de perfiles de altas capacidades. 
  5. Otra de las frases es “no explicarles nada en casa para que no se aburran en clase”. Restringir su curiosidad les impide desarrollar su potencial real. 
  6. Una creencia que puede hacer mucho daño es la idea de que “deben descubrir algo increíble o volverse millonarios”, lo cual genera presiones innecesarias. 

“Estos mitos se refuerzan al confundir la alta capacidad con un único modelo de “genio” o superdotado, parecido al personaje brillante y excéntrico de ciertas series de televisión. La realidad es mucho más diversa: podemos encontrar niñas con talento matemático, pero dificultades lectoescritoras, o niños cuya brillantez creativa se enmascara al buscar encajar con su grupo de amigos”, señalan a la web de Informativos Telecinco Maider y Mario Belda y Beatriz Belinchón

Por lo tanto, dejar de lado el estereotipo del “niño prodigio” y entender la heterogeneidad de perfiles es necesario para no desatender a quienes pasan desapercibidos por no cumplir esa imagen estereotipada.

Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento