¿Quién no recuerda cómo conoció la verdadera identidad de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente? Sin duda, se trata del secreto mejor guardado de la Navidad. Como todo secreto, exige la conjura de quienes lo custodian, pero no se puede ocultar de manera indefinida. ¿Hasta cuándo podemos ser los guardianes del misterio?
Los datos estadísticos muestran que a los 4 años el 85% de los niños cree en los Reyes y en Papá Noel. A los 6 años, el porcentaje disminuye al 65%, y, a partir de los 8, solo el 25% de los niños mantiene esa creencia. "Entre los 7 y los 8 años, el pensamiento mágico infantil ha desaparecido. Eso no significa que haya que descubrirles en esa edad, inevitablemente, que los Reyes no existen. Hay que ser consciente de que es posible que en el colegio ya hayan oído hablar de ello, pero hay que intentar mantener esa ilusión", asegura la psicóloga Lara Ferreiro.
El pensamiento mágico es lo que hace que un niño no diferencie la realidad de la ficción. Tampoco es consciente de las unidades del tiempo o del espacio. Por tanto, sitúa en el mismo nivel lo que ocurre en un dibujo animado y lo que pasa en la vida real. Es una etapa de la infancia peligrosa porque entre los 2 años, cuando se empieza a tener cierta autonomía, y los 7 no hay sentido del peligro. Si un superhéroe puede volar, un niño, en su pensamiento, también puede volar.
Ante el riesgo de conductas peligrosas, algunos padres, a veces de manera inconsciente, quieren acelerar el fin de ese pensamiento mágico. Sin embargo, no es aconsejable. "No hay que romper la magia ni la ilusión de los Reyes Magos porque la infancia es un momento especial. En torno a los reyes se produce la auténtica magia de la Navidad. Yo misma recuerdo esos años con auténtico cariño", comparte la experta.
Al margen de las experiencias personales, los psicólogos explican que esa fase de la infancia es básica para el desarrollo del niño y enumeran una serie de beneficios:
En la parte negativa, si un niño no madura de manera adecuada y no supera la fase, puede faltarle pensamiento crítico y un menor discernimiento entre la realidad y la ficción. "Hay padres que tienen mucha presión por que no se enteren y puede convertirse en algo obsesivo; pero, en realidad, tampoco es bueno proteger a los hijos en exceso".
Para Lara Ferreiro, la clave es conducirse de acuerdo a los tiempos y el desarrollo de los hijos. Ni adelantarse a desvelar el secreto ni negarlo. ¿Qué señales nos indican en qué estadio se encuentra el niño? "Lo normal es que haya oído algo en el colegio y exprese el malestar con lloros y preguntando directamente", asegura la experta.
Otras veces, sin embargo, las señales son más sutiles y pueden implicar algo más. "Se nota que ya no creen en los Reyes porque muestran cierta apatía con un comportamiento escéptico, les cuesta escribir la carta, por ejemplo, y el día previo no muestran tanta ilusión. También eso puede ser un síntoma de trastornos graves como la depresión o ser víctima de bullying. Muchas veces, no se lo creen, pero no lo exteriorizan para no romper la ilusión de los padres y que les sigan trayendo regalos", señala la experta.
"Hay que intentar que los niños se enteren de manera natural, no forzar en ningún sentido", afirma esta psicóloga, quien advierte de otras derivadas que surgen en torno a las fiestas. "Los padres utilizan el chantaje de los Reyes Magos como modelo educativo y yo no estoy nada de acuerdo. Confundimos la identidad de una persona con lo que hace. Los padres tienen que querer a sus hijos independientemente de que hagan las cosas bien o mal. No es lo mismo decir 'eres un vago' a decir 'no has recogido los calcetines'. Los padres machacan a los niños desde la culpa. Eso de 'si no te portas bien, los Reyes no vienen' destroza la autoestima del niño. Genera ansiedad y miedo en el pequeño ante la posibilidad de no recibir el regalo y lo que se está creando es un niño materialista", afirma la psicóloga clínica.
Aunque parezca anecdótico, cómo y cuándo los padres desvelan el secreto de los Reyes Magos es un rito hacia la edad adulta. En cierta medida, se abandona una fase de la niñez para entrar en las primeros estadios de la madurez. ¿Cómo hacerlo bien? Ferreiro comparte las siguientes recomendaciones:
Desde hace unos años, circula entre los padres una carta en la que se revela el secreto de la identidad de los Reyes y por qué el destinatario de la carta debe mantener ese secreto pasando así al 'otro lado' de la Navidad. Se trata de un escrito que para muchos progenitores resulta una especie de alivio ante una situación que puede resultarles incómoda.
Sobre la idoneidad del método, Lara Ferreiro tiene algunas reservas. "Todo depende de lo que veamos que nuestro hijo ya sabe", advierte. Si ha hecho preguntas directas o da muestras muy específicas de conocer la realidad, puede no ser una mala estrategia. Pero si no es el caso, Ferreiro se muestra mucho más contundente: "Si el niño no lo sabe, contárselo así me parece horrible; para mí es la carta de los padres 'psicópatas", afirma sin reservas.
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