Para nosotros lo común es que los alumnos vayan a un edificio donde desde por la mañana, se imparten clases por profesores. Unas clases con unas asignaturas dentro de un plan de estudios común a otros centros. Ya sea público o privado, lo habitual es que en ese colegio les enseñen lo necesario para continuar su enseñanza en institutos o incluso, en la universidad.

Esto es a lo que estamos acostumbrados, pero es cierto que hay colegios en el mundo que no se rigen por estas normas, ya sea por tener un plan de estudios “normal” o también, por hacerlo en un edificio al uso.

Esta escuela en la provincia de Ghizou en el país asiático, tiene de extraño que fue construida dentro de una cueva natural. La comunidad al no tener recursos idearon este lugar para poder enseñar a los más pequeños. Su nombre significa literalmente “escuela en la cueva”.

Esta peculiar escuela fue cerrada en 2011 por el gobierno, pero a pesar de ello, continúa siendo un símbolo de la creatividad y el ingenio de las comunidades rurales que, aunque no tenían recursos, se esforzaban por ofrecer una educación.

En la región de Chalanbeel donde las inundaciones son un gran problema, ya que es un área de humedales e imposibilitan que los pequeños puedan acercarse a la escuela. Hay que tener en cuenta que en Bangladesh la época húmeda es de julio a octubre, por lo que cada año, muchos estudiantes tenían que abandonar la escuela por no poder llegar a ella. A causa de esto, en 2002 surgieron las escuelas flotantes o “boat school”, donde los estudiantes pueden asistir a sus clases en botes adaptados para funcionar como aulas flotantes.

Estas escuelas están equipadas con materiales educativos, paneles solares y pueden acoger a 30 estudiantes y un profesor, haciendo que los niños puedan asistir a clases y continúen su curso escolar a pesar de las inundaciones que afectan al país.

En los países escandinavos llevan el aprendizaje al aire libre a otro nivel. Según su mitología, los nórdicos conectaban con sus dioses en función del entorno natural, por lo que, para ellos, la naturaleza es algo esencial. “The Forest School” o las escuelas forestales fueron desarrolladas en Dinamarca por Ella Flautau, a la que se ocurrió este concepto observando a los niños en la naturaleza.

En estos colegios, el aula es el bosque y aprenden en contacto directo con la naturaleza. Con este enfoque pedagógico, los niños trabajan mejor su autoestima, confianza en sí mismos e independencia. Además se ha demostrado que han mejorado su desarrollo cognitivo y habilidades sociales.

Esta escuela construida durante la Guerra Fría, es uno de los pocos colegios subterráneos que existen. Tenía las paredes reforzadas para proteger a los estudiantes en caso de ataque nuclear. El centro cerró en 1995 debido al aumento de los costes de mantenimiento, el envejecimiento de los equipos mecánicos y las dificultades de eliminar el aislamiento de amianto de la estructura.

El diseño de este centro tenía todo lo necesario para ser un refugio. Cuenta con aerogeneradores, un espacio de almacenamiento para raciones de emergencia y un sistema de ventilación especial. Hoy en día, la posibilidad de un ataque nuclear es prácticamente nula, por lo que este colegio es una reliquia única de una época donde era algo mucho más probable y una muestra de cómo el contexto histórico influye en la arquitectura.

Si bien estas escuelas anteriores tenían diferente el lugar, en ésta lo distinto es lo que se enseña. Para un 54% de la población islandesa, los elfos son muy reales. Creen que cabe la posibilidad de que estos vivan en sus bosques. Tan arraigada es esta creencia que hay una escuela dedicada a esto, abierta desde 33 años, la “Elf School”.

En ella los estudiantes aprenden todo lo que se sabe sobre los elfos y las personas ocultas. Magnus Skarphedinsson es su director, y su función es entrevistar durante 34 años a personas que creen haber visto elfos y estudiar todo lo relativo al folklore popular islandés. En esta escuela también aprenden sobre gnomos, hadas, trolls, espíritus de las montañas, espíritus de la naturaleza y seres míticos islandeses. Se calcula que unos 10000 estudiantes de diferentes países se han graduado en esta peculiar escuela.

Si se quiere estudiar a distancia todo sobre los elfos es posible gracias al “Studybook” de la “Elf School”, un libro de 70 páginas donde se recopilan 40 cuentos y leyendas sobre estas criaturas míticas en Islandia.

Esta escuela al más puro estilo Hogwarts está en San Francisco, abrió sus puertas en 2011 y está especializada en magia oculta. Es la primera academia de brujería certificada en el mundo. Su fundador es un autodenominado brujo llamado Oberon Zell-Ravenheart. Tiene su campus en San Francisco, aunque también se puede acceder online y cuenta con más de 700 graduados.

Igual que en el famoso colegio de ‘Harry Potter’, en la “Grey School of Wizardry” se imparten 16 disciplinas diferentes, todas mágicas, entre las cuales se incluyen enredos cuánticos, alquimia, dominio de las bestias, realización de embrujos.