¿Qué dice la LOMLOE sobre la inclusión en el aula?

Esta Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE) también es conocida como la ‘Ley Celaá’, ya que fue Isabel Celaá quien era ministra de Educación en el momento de su aprobación en diciembre de 2020. Esta ley reemplaza a la LOMCE de 2013, la conocida como ‘Ley Wert’, en un intento de revertir varios de sus aspectos y adaptarse a las necesidades educativas actuales.

Esta ley está marcada por un enfoque en la inclusión, la equidad y la modernización del sistema educativo español. La LOMLOE busca reducir las tasas de abandono escolar, fomentar una educación más inclusiva y actualizar el sistema en función de los retos a los que se enfrentan los educadores actualmente.

La LOMLOE responde a los retos actuales

Esta ley nace marcada por los cambios profundos en el ámbito social, cultural y tecnológico que existen actualmente. De igual manera, también surge por los compromisos internacionales asumidos por España, sobre todo, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los llamados ODS, de la Agenda 2030. El ODS 4 marca el objetivo de “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad” para todos. Y esta ley busca responder a estos desafíos promoviendo un sistema educativo que reduzca las desigualdades, fomente la inclusión y mejore los resultados educativos a largo plazo.

Uno de los puntos de partida de esta ley es el propósito de reducir el abandono escolar temprano. Esto es un reto al que se enfrenta especialmente España y que supone una limitación para el desarrollo personal y profesional de muchos jóvenes. Nuestro país se enfrenta a una tasa de abandono escolar que, históricamente, ha superado al promedio europeo. La LOMLOE introduce cambios destinados a mantener a los estudiantes dentro del sistema educativo y a ofrecerles un aprendizaje más flexible y adaptado a sus necesidades y capacidades individuales.

La inclusión y la equidad son los pilares de esta ley

Esta Ley Orgánica establece conceptos fundamentales en materia de inclusión y equidad que representan una ruptura con modelos educativos mucho más tradicionales. Esta ley no solo aboga por un acceso universal a la educación, también establece medidas concretas para atender a la diversidad del alumnado y garantizarle una educación personalizada. Busca que cada estudiante pueda recibir el apoyo necesario para su desarrollo, independientemente de sus circunstancias personales, sociales o culturales.

En este sentido, la ley pone un especial énfasis en la atención a estudiantes con necesidades educativas especiales, quienes precisan de adaptaciones y recursos específicos para integrarse plenamente en el aula. Este ley promueve la integración de estos estudiantes en centros educativos ordinarios siempre que sea posible, y solo considera la educación en centros especializados como última opción, siempre que las necesidades del alumno no puedan ser satisfechas en un entorno ordinario. Esto representa una apuesta decidida por un modelo educativo integrador y colaborativo, donde la diversidad no se ve como un problema, sino como un recurso.

Además de las necesidades educativas especiales, la LOMLOE presenta medidas para apoyar a estudiantes en riesgo de exclusión social o que provengan de contextos desfavorecidos. Estos pueden ser jóvenes de minorías culturales o lingüísticas, estudiantes con discapacidades o aquellos que estén en situación de vulnerabilidad económica. La ley dicta que los centros educativos han de contar con los recursos necesarios para proporcionar igualdad de oportunidades a todos los estudiantes y reducir las barreras de acceso a la educación.

Competencias, valores y sostenibilidad

Esta ley también introduce cambios importantes en la organización curricular, orientando la enseñanza hacia el desarrollo de competencias y el aprendizaje significativo. Se establece que el plan de estudios debe fomentar no solo el conocimiento académico, sino que también hay que tener en cuenta el desarrollo de habilidades y competencias transversales, como el pensamiento crítico, la creatividad y la resolución de problemas. Estas competencias responden con la necesidad de preparar a los estudiantes para que puedan enfrentarse a un mundo que cambia constantemente, dónde habilidades como la adaptabilidad y el trabajo en equipo son esenciales.

Otra de las novedades en el plan de estudios es la inclusión de materias orientadas a la educación en valores y a la sostenibilidad. La LOMLOE introduce asignaturas como “Educación en Valores Cívicos y Éticos” y pone énfasis en la importancia de la educación ambiental. La intención es que los estudiantes entiendan el impacto de cada una de sus acciones en el medio ambiente y desarrollen un compromiso con la sostenibilidad y el bienestar social.

Igualmente, la ley promueve la educación en igualdad de género y la no discriminación. Establece que el sistema educativo ha de promover la igualdad de género, previniendo y actuando frente a cualquier forma de discriminación o violencia.

La evaluación continua y personalizada

Otro de los aspectos más innovadores de esta ley es su enfoque con la evaluación continua y personalizada. Esto se aleja bastante con la tradicional que establecía exámenes y evaluaciones puntuales. La ley dicta que la evaluación ha de ser un proceso continuo que permita al profesorado valorar el progreso de cada alumno en función de sus capacidades individuales y del contexto en el que se encuentra.

Esto tiene como objetivo evitar que los estudiantes puedan verse penalizados por sus dificultades personales o de aprendizaje, favoreciendo una visión más integral del desarrollo y del aprendizaje. Así, esta ley pretende crear un entorno de aprendizaje menos estresante y más adaptado a las necesidades de cada estudiante donde se valora no solo el conocimiento académico adquirido sino que también se tiene en cuenta el esfuerzo, el progreso y las competencias que se han adquirido.