En los últimos años, el mercado laboral ha experimentado una evolución vertiginosa, por lo que la educación ha tenido que ir adaptándose, ofreciendo nuevas alternativas formativas, con el objetivo de formar y capacitar a los más jóvenes para que sean capaces de enfrentarse al mundo profesional.
Debido a esto, la formación profesional (la FP) ha ido ganando relevancia como una alternativa educativa sólida para aquellos que buscan una incorporación rápida y efectiva en el mercado laboral. Dentro de la FP, surge una modalidad innovadora que ha comenzado a destacar por su enfoque práctico y su conexión con las empresas: la llamada Formación Profesional Dual (FP Dual).
La Formación Profesional (FP) es una modalidad educativa que busca dotar a los estudiantes de aquellas competencias tanto técnicas como teóricas para poder desempeñar un oficio en sectores específicos como el industrial, sanitario o tecnológico entre otros.
Se caracteriza por su estructura teórico-práctica. En esta primera fase, los estudiantes reciben una formación que combina el estudio teórico con prácticas controladas que realizan en talleres o laboratorios dentro del centro educativo. Dichas horas de práctica representan una parte muy importante dentro de sus estudios. Todo, siempre, supervisado por los profesores responsables.
La segunda fase de la FP son las prácticas en empresas o instituciones que realizan los estudiantes. Dichas prácticas son conocidas como Formación en Centros de Trabajo y tienen, por lo general, una duración de 300 horas, que equivaldría a varios meses. Durante este tiempo, el objetivo es que los estudiantes puedan llevar a la realidad los conocimientos adquiridos en un entorno real. Consiguiendo así, que adquieran experiencia laboral y puedan tener más posibilidades de conseguir un puesto de trabajo.
La FP tradicional se organiza en varios niveles, según el grado de especialización y complejidad, distinguiendo así: la FP básica, el Ciclo Formativo de Grado Medio (CFGM) y el Ciclo Formativo de Grado Superior (CFGS).
La Formación Profesional Dual (FP Dual) es una variante más reciente y evolucionada de la tradicional FP y busca una mayor integración entre el proceso formativo y el entorno laboral. Se integró en España en el 2012, aunque en países como Alemania o Suiza este tipo de formación tiene una larga tradición.
El término “dual” hace referencia a la dualidad en el proceso de enseñanza, ya que los estudiantes no solo se forman en el centro educativo, sino que también lo hacen en las empresas desde una fase temprana de su formación. Estas prácticas pueden ser semanales, mensuales o semestrales, dependiendo del diseño del programa. Su objetivo es que los estudiantes puedan aplicar de manera inmediata los conocimientos que adquieren en el aula.
En la FP Dual, las empresas no sólo son receptoras de estudiantes en prácticas, sino que se convierten en protagonistas del proceso educativo. Dichas empresas trabajan estrechamente con los centros de formación para poder crear al unísono los contenidos prácticos que se imparten en el entorno laboral, para que la formación esté mucho más ajustada a las necesidades reales del mercado laboral.
Conociendo las características generales de ambas modalidades, podemos destacar mucho mejor cuáles son sus diferencias:
El enfoque de la formación
En la FP tradicional el enfoque está en el aula y en las actividades prácticas pero dentro del centro educativo. Primero se adquiere una base teórica sólida y luego se pone en práctica. En la FP Dual, la formación teórica y la práctica están mucho más integradas, y ambas se desarrollan de forma simultánea, teniendo una inmersión más temprana en el mundo laboral.
Relación con el mercado laboral
En la FP tradicional se proporcionan prácticas en empresa al finalizar la formación, dichas prácticas no están remuneradas y son limitadas en el tiempo, por lo que los estudiantes no adquieren la experiencia continua que requiere un entorno real de trabajo. Por otro lado, la FP Dual, establece una conexión mucho más fuerte con el mercado laboral, ya que el estudiante trabaja directamente en una empresa desde que empieza su formación, haciendo que tenga una adaptación más fluida y además, tiene la ventaja de una remuneración económica.
Hay que destacar que en la FP tradicional, los estudiantes no tienen ningún tipo de contrato con la empresa, más allá de un acuerdo de colaboración entre el centro educativo y la organización, mientras que la FP Dual, sí que ofrece que los estudiantes sean contratados por la empresa lo que hace que dicha empresa tenga un mayor compromiso en la formación del estudiante pudiendo ofrecer una oportunidad de empleo al acabar el ciclo formativo.
Inserción laboral
Los graduados en FP tradicional cuentan con un alto índice de empleabilidad, pero la FP Dual mejora sustancialmente las probabilidades de encontrar un trabajo debido a lo que hemos comentado anteriormente.
Flexibilidad en el aprendizaje
La FP tradicional sigue un itinerario educativo rígido, con un currículum definido y unas prácticas limitadas al acabar el ciclo. La FP Dual, por otro lado, involucra a las empresas en el proceso educativo, por lo que adapta sus contenidos a las necesidades reales del sector haciendo que esta formación tenga una mayor flexibilidad y sea mucho más personalizada que la tradicional.