En determinados momentos es posible que una familia necesite cambiar a alguno de sus hijos de colegio y pedir un traslado de expediente. Los motivos son muchos y muy variados. A veces implican traslados geográficos forzosos, como una nueva residencia o un trabajo que obliga a los padres a mudarse a otra ciudad; otras veces tienen que ver con desacuerdos con la política del centro o el trato recibido por parte de los profesores.
Tanto si el colegio es público como concertado habrá que dar una serie de pasos administrativos. Sobre todo, es recomendable solicitar el traslado de expediente en los plazos marcados, ya que de otra manera el proceso se complica y tocará enfrentarse a trámites (algo) más engorrosos. Aun así, no es para nada imposible.
En principio, si estamos planteándonos cambiar de centro a alguno de nuestros hijos, lo ideal es hacerlo antes de que empiece el curso escolar y disponer de tiempo suficiente para gestionar el traslado de expediente y permitir que ambos centros coordinen la gestión administrativa. Hacerlo a mitad de curso tiene varios inconvenientes. El primero, que interferiríamos con proceso de aprendizaje de nuestro hijo o hija, además de complicar la burocracia en exceso. Con todo, gestionar el traslado a mitad de curso no es imposible, simplemente cambian las trabas burocráticas y quizá tardemos un poco más de lo habitual en dejarlo todo atado a nivel administrativo.
La buena noticia es que, en la etapa de educación obligatoria, la ley actual marca la obligación de escolarizar a todos los niños, lo que significa que sí o sí cualquiera de nuestros hijos tendrá la posibilidad de ir al colegio, sea público o concertado, tal y como establece la Constitución en su artículo 27 cuando habla de la libertad de elección de centro. Más allá de todo esto, la posibilidad de ir a un centro u otro siempre dependerá del número de plazas libres en la pública o en la concertada (por lo general, a los padres se les oferta la pública disponible en primer lugar) y de la situación geográfica del centro.
Actualmente, es requisito imprescindible que el centro público o concertado en el que solicitamos plaza para nuestro hijo esté en un distrito diferente al del colegio actual, ya que la mayoría de traslados de expediente se solicitan por un cambio de domicilio con el que resulta muy difícil para las familias acudir al colegio en el que hasta ahora se cursaban los estudios, por no hablar de si este cambio se produce por la mudanza a otra ciudad, donde el traslado de expediente estaría más que justificado. Si solicitáramos un cambio de expediente a un centro situado en el mismo distrito, tendríamos todas las papeletas para ver rechazada nuestra petición. Las plazas siempre están muy disputadas, sobre todo en ciertos centros de alta demanda. Aun así, una vez el traslado de expediente sea aprobado, el proceso se simplifica, ya que ambos centros se encargarán de hacerlo sin que nosotros tengamos que intervenir.
Más allá de todo esto, cada caso es diferente. Lo recomendable es consultar los trámites a seguir con la Dirección Provincial de Educación de la comunidad autónoma donde se encuentre el nuevo centro escolar o con la institución equivalente, ya que las competencias en materia de educación están transferidas a las comunidades autónomas y el proceso, trámites y protocolos podrían variar de unas y otras.