La importancia de qué cosas conviene enseñar en las escuelas suele ser una cuestión que, de vez en cuando, surge como debate social. Qué cosas deberían ser aprendidas por los niños a través de su formación académica y qué otras corresponde a cada cual aprender con el paso del tiempo o a través de las familias. La educación financiera es una de ellas.
No son pocos los lugares que ya tienen esto como parte de su plan académico, aunque no es el caso de España, donde no es lo más habitual, convirtiendo la educación financiera en una asignatura pendiente en las aulas. Sí que se han puesto en marcha algunas iniciativas, como el Plan de Educación Financiera, que imparte talleres con la intención de mejorar las competencias financieras de los alumnos.
En algunos países, la educación financiera se ha integrado de tal manera que los niños adquieren estos conocimientos (adaptados a su nivel) a edades tempranas; gracias a ello pueden desarrollar habilidades económicas básicas, como gestión del dinero o inversión, en lugar de esperar a tener que enfrentarse a ello como adultos o tener que buscar la información para poder lidiar con estas cuestiones por su cuenta.
Esta es una cuestión que como personas adultas van a tener que aprender a gestionar, pues formará parte de su día a día de una manera u otra. Habilidades que serán necesarias para tomar decisiones sobre su futuro, por ejemplo a la hora de pedir préstamos o planificar su jubilación, pero también para pagar facturas y otros gestos más habituales.
Si se integra la educación financiera en el sistema educativo y los niños reciben desde edades tempranas nociones sobre estas cuestiones, se les puede enseñar la importancia del dinero y cómo gestionarlo con sensatez, ayudando a entender conceptos como presupuesto, ahorro o inversión. También les ayudará a responsabilizarse de sus propias finanzas, haciendo que en el futuro puedan desenvolverse con soltura ante situaciones complicadas.
Porque no se trata tanto de que los más pequeños entiendan en ese momento todas esas cuestiones, sino que tengan una base que les ayude en el futuro a enfrentarse a problemas financieros, que comprendas los aspectos básicos para que el día de mañana puedan manejar su dinero de forma responsable.
Aprender todos estos conceptos en las aulas no solo puede ayudar a los más pequeños a gestionar su propio dinero, también les enseña sobre economía, enseñándoles cómo funciona el dinero y ayudándoles a entender qué papel desempeña en sus vidas.
Todas estas cuestiones son complejas, porque lo ideal es hacer que resulte atractivo para los niños, lo cual no siempre es sencillo, por eso desde casa también se puede apoyar esto, con juegos financieros, huchas o con otros sistemas que les ayuden a entender la importancia de un consumo responsable. Enseñándoles desde pequeños el valor del dinero, la importancia de gastar o ahorra, podrán ser más responsables y también ganarán seguridad en ellos mismos.