El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, ha aprobado el martes la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), un nuevo modelo que concreta las características básicas de los ejercicios, regula unos parámetros comunes para la evaluación y criterios objetivos de corrección y calificación. Entrará en vigor en junio del año 2025 y armonizará los exámenes a nivel nacional, respetando las competencias de educación que están transferidas a las comunidades.
Así lo ha anunciado la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros."Es una prueba que ha sido ampliamente debatida con las comunidades autónomas, con las universidades, con los órganos de los rectores, con los estudiantes y con las familias, y que se aprueba hoy en el Consejo de Ministros para ponerse a partir del verano del año que viene en marcha", ha señalado Alegría.
En el real decreto a la prueba se la denomina PAU, pero luego cada comunidad autónoma la puede bautizar como desee, como ocurre en la actualidad.
El próximo año, el alumnado de 2ºde Bachillerato que se presente a esta prueba, se examinarán de cuatro materias (Lengua y Literatura II, Lengua Extranjera II, la materia específica obligatoria de la modalidad cursada y de Historia de España o de la Filosofía), en el caso de las comunidades sin lengua cooficial.
En las autonomías con más de una lengua oficial, los estudiantes se examinarán también de Lengua Cooficial y Literatura II (cinco materias en total).
Quienes deseen mejorar su nota de admisión podrán examinarse de hasta tres materias más a elegir por el alumno y distintas a las de la fase de acceso, que podrán ser de modalidad, cursadas o no, y la materia común no realizada en la fase de acceso (Historia de España o de la Filosofía). Podrán también examinarse de una segunda lengua extranjera aquellos que la hayan cursado como optativa (en este caso, por tanto, harían hasta 4 exámenes).
En la nueva prueba, las faltas de ortografía bajarán un 10 por ciento la nota en los exámenes y los alumnos podrán elegir entre distintas preguntas, aunque requerirán que hayan estudiado todo el temario, y se mantienen las preguntas tipo test.
Los ejercicios estarán estructurados en diferentes apartados que, a su vez, podrán contener una o varias preguntas o tareas. Estas podrán requerir respuestas cerradas, semiconstruidas o abiertas, siempre que en cada uno de los ejercicios la puntuación asignada al total de preguntas o tareas de respuesta abierta y semiconstruida alcance como mínimo el 70 por ciento.
En cada materia se hará entrega de un único modelo de ejercicio. Sin embargo, en algunos apartados se podrá incluir la posibilidad de elegir entre varias preguntas o tareas, siempre que esta elección no implique la disminución del número de competencias específicas objeto de evaluación.
En aquellos ejercicios en los que las preguntas o tareas propuestas requieran la producción de textos por parte del alumnado, la valoración correspondiente a la coherencia, la cohesión, la corrección gramatical, léxica y ortográfica de los textos producidos, así como su presentación, no podrá ser inferior a un 10 por ciento de la calificación correspondiente a la pregunta o tarea.
Sin embargo, el decreto de la nueva PAU precisa que la aplicación de estos parámetros que bajan un 10 por ciento la nota por las faltas de ortografía y gramaticales "podrá flexibilizarse en el caso del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo".
Cada ejercicio tendrá una duración de noventa minutos, con un descanso mínimo de media hora entre exámenes consecutivos. El alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo tendrá derecho a tener más tiempo para realizar cada ejercicio, si así lo prescribe su necesaria adaptación y sin que afecte a la duración de sus descansos.
En cuanto a las calificaciones, no hay ningún cambio. La nota de la prueba se calculará haciendo la media aritmética de cada uno de los ejercicios. Será un valor entre 0 y 10 puntos con tres cifras decimales y la nota mínima es un 4.
La nota de acceso a la universidad se calcula sumando el 60% de la nota media de Bachillerato y el 40% de la calificación de la prueba de acceso. También tendrá un valor de 0 a 10 con tres decimales y la mínima necesaria será un 5.
En la fase de admisión se sumarán a esta nota de acceso las dos mejores calificaciones ponderadas de las materias que cada universidad determine.
En virtud de la normativa vigente, serán las comunidades autónomas las encargadas de concretar estos exámenes en sus territorios.
El Ministerio de Educación ha trabajado con comunidades autónomas, docentes y universidades para diseñar esta prueba, que evaluará las competencias específicas asociadas a cada materia, comunes a todos los currículos. Esta nueva normativa emana de la última ley de educación (Lomloe/ley Celaá).
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.