La calidad de la educación se ha metido de lleno en el panorama político tras el anuncio del plan del Gobierno para reforzarla tras los malos datos que se corroboraron con el último informe PISA. Con el debate sobre la EBAU o Selectividad también en la actualidad, y con la atención puesta en este sentido en el Bachillerato, donde existen más diferencias entre las comunidades respecto a las notas, la realidad es que hay múltiples factores que influyen en los resultados académicos, y en ese análisis tampoco se olvida el Consejo Escolar de Estado del uso del móvil en las, que se va a prohibir en los colegios y a limitar en los institutos.
Concretamente, y por unanimidad, se ha aprobado emitir una propuesta en la que se aconseja que a los centros de Infantil y Primaria "no se lleve el dispositivo móvil, salvo en casos específicos, excepcionales que tengan que ver con la salud, con la necesidad de estar controlados".
"En Educación Secundaria, si se llevan los móviles, deben mantenerse apagados, a excepción de aquellos momentos en los que, por causas educativas sea necesario conectarlos, con supervisión del profesor. Siempre respetando la autonomía de los centros", ha especificado la presidenta del Consejo Escolar de Estado, Encarna Cuenca tras una reunión en la que ha trabajado “un grupo integrado por 21 personas que representan a todos los sectores, profesorado y familias”.
Este documento con estas directrices encaminadas también a reforzar la educación se va a incorporar al plan que el próximo miércoles presentará el Gobierno a las comunidades buscando una normativa general. En este sentido, ya hay siete que regulan el uso del móvil y en Informativos Telecinco hemos estado en uno de esos centros.
“Antes no jugábamos. Ibas al recreo y estaba todo el mundo con el móvil en la cara”, cuenta un joven desde un instituto gallego en el que esa situación ha cambiado.
La directriz es clara: al entrar por la puerta, móviles fuera.
“En algunas cosas se echa en falta, para hacer por ejemplo actividades más dinámicas en clase”. “Sobre todo cuando estás esperando un mensaje, o algo así”, confiesan los alumnos.
Pero más allá de eso, la realidad es que estar horas sin mirarlo no parece ser un problema.
“Fue mucho más sencillo de lo que esperábamos. Toda la comunidad lo sintió”, cuenta Isabel Ruso, la directora del centro, el IES Eusebio Da Guarda.
“Se esfuerzan más en relacionarse de otra manera, evitan hacer grabaciones que pueden ser problemáticas o meterse con algún niño a través de las redes sociales”, señala Beatriz Sixto, profesora en este instituto.
En este centro no se pueden usar en las aulas ni tampoco en el patio del recreo.
“Nos lo pasamos jugando al parchís”, “tocando la guitarra, el piano”, cuentan los estudiantes, con alguno de ellos reconociendo que prestan “más atención a las cosas”.
“Gracias a que me he metido en estos juegos me lo paso mejor en el recreo”, dice otro estudiante que se ha sumado a la iniciativa de recuperar juegos clásicos y desarrollar otras habilidades que habían quedado eclipsadas por la pantalla.
“Venir al colegio también es para reforzar las relaciones de persona a persona sin estar pendiente de si te llega algo”, apunta otra alumno, dando cuenta de una valiosa lección que algunos ya tienen más que aprendida.
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