El 'ascensor social' en España se resiente: cae el número de universitarios con padres sin estudios
El porcentaje de estudiantes de grado cuyos padres solo tenían como mucho estudios primarios cayó del 3,67% en 2016-2017 al 0,82% en 2019-2020
La proporción de alumnos con progenitores con estudios superiores ha crecido en estos años del 31,71% al 36,27%
La mayoría de alumnos universitarios cuyos padres cuentan con estudios superiores, el 42,67%, estudia alguna Ingeniería o Arquitectura
Cada vez menos alumnos cuyos padres cuentan con bajos niveles de estudios acaban matriculándose en la Universidad. El porcentaje ha ido cayendo de forma paulatina en los últimos años. Si en el curso 2016-2017, un 3,67% de los estudiantes de grado sus padres tenían solo estudios primarios o no tenían estudios, en 2017-2018, era el 3,40%; en 2018-2019, el 1,03%, y en 2019-2020, el 0,82%, según las estadísticas del Ministerio de Universidades.
Paralelamente, la proporción de alumnos con padres y madres con estudios superiores ha ido creciendo a lo largo de estos años. En el curso 2016-2017 suponían el 31,71%; el 2017-2018, el 32,64%; el 2018-2019, el 32,96%; y el 2019-2020, el 36,27%. De hecho, los hijos de padres con estudios superiores son la gran mayoría de los que ahora mismo están matriculados en estudios universitarios.
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El número de alumnos con padres con estudios medios se ha mantenido más o menos estable estos años. En 2016-2017, representaban el 32,35; en el 2017-2018, el 31,64%; en el 2018-2019, el 32,20%, y en el 2019-2020, el 31,59%.
Lo más significativo es que, a pesar de que ha descendido la población española con muy baja o ninguna formación, la presencia de hijos de padres sin estudios en la Universidad ha disminuido a mayor velocidad. Lo que se traduce en que si un alumno proviene de una familia cuyos padres no tienen estudios, tiene menos probabilidades de acabar en la Universidad que hace unos años. El porcentaje de población adulta con estudios superiores pasó del 31% en 2010 al 39,7% en 2020 mientras que el de la población con estudios básicos cayó del 47,1% al 37,1%. En el mismo periodo, la proporción de adultos con estudios de secundaria superior pasó del 21,9% al 23,2%, según un informe del Ministerio de Educación.
Retorno económico, sin claridad
Sin duda, el entorno marca. Y es más fácil acabar realizando estudios universitarios cuando tus padres lo han hecho que cuando no. Otros factores, sin embargo, también explican esta caída de alumnos universitarios cuyos padres no tienen estudios. “Uno de ellos podría ser que estos jóvenes no vean tan claro el retorno económico al realizar grados universitarios”, apunta Ismael Sanz, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Otro factor podría ser el crecimiento de matriculaciones de alumnos cuyos padres no tienen estudios superiores en la FP Media y Superior. “Son estudios que se prolongan durante dos años, en vez de cuatro. Y, por lo tanto, eso supone entrar antes en el mercado laboral”, añade Sanz, que subraya otro factor: la dificultad para acceder a las becas. “No es fácil saber cómo funcionan y muy ajetreado rellenar las solicitudes de ayuda. Y, sobre todo, el dinero lo dan en marzo del primer año universitario, cuando los alumnos llevan seis meses en la Universidad, por lo que tienen que adelantar ese dinero”, explica.
Alumnos inmigrantes y universidades a distancia
Los datos del Ministerio de Educación solo se refieren a universidades presenciales -deja fuera a las online y a las a distancia- y a alumnos con nacionalidad española. “Deja, por tanto, fuera a todos los estudiantes inmigrantes de primer grado. Y no digo que afecte, pero puede ser que haya alumnos inmigrantes que estén ingresando en la Universidad cuyos padres tengan pocos estudios y no esté reflejado en la estadística", sostiene Mauro Mediavilla, profesor de Economía aplicada en la Universidad de Valencia y experto en evaluación de políticas educativas. “Además, mucha gente que trabaja escoge estudiar grados a distancia. Es decir, no tienen una familia que les esté apoyando para que cursen sus grados de manera presencial. Lo que es un dato más a tener en cuenta”, añade.
Centros privados
Otro dato que llama la atención es que más de la mitad de los alumnos, el 52,88%, con padres con estudios superiores están matriculados en una universidad de titularidad privada, teniendo en cuenta que estas solo representan al 35% (26) de las 76 universidades que hay en España. En el curso 2019-2020, la mayoría de los matriculados en la Universidad cuyos padres solo tienen estudios primarios o medios lo hacen en un centro público, el 5,19%. Solo el 2,61% de estos alumnos asiste a la privada “Es cierto que han disminuido la presencia de alumnos cuyos progenitores tienen menos estudios, pero, aun así, esos estudiantes donde tienen una puerta de entrada es a través de la vía pública, el doble que en la privada”, insiste Mediavilla.
La inflación de notas tanto en Bachillerato como en Selectividad de los últimos años ha supuesto que la nota de acceso a los grados sea cada vez más alta. “Alumnos a los que no les da la nota para acceder a grados en universidades públicas acaban matriculándose en centros privados. Además, la Universidad privada no tiene la misma actividad investigadora que la pública, pero sí es más rápida en ofrecer nuevas titulaciones más ajustadas a las preferencias de los jóvenes y a los cambios en la demanda de las empresas", señala Sanz.
Ingenierías o Arquitectura
La mayoría de alumnos universitarios cuyos padres cuentan con estudios superiores, el 42,67%, estudia alguna Ingeniería o Arquitectura. Le siguen los que cursan un grado de Ciencias de la Salud (40,56%); Ciencias (38,16%); Ciencias Sociales y Jurídicas (32,23%) y Artes y Humanidades (32,05%). “Los padres con más nivel educativo tienen más información sobre salidas laborales y evolución de mercado de trabajo, por lo que pueden informar a sus hijos de esa correspondencia entre los estudios que realizan y las posibilidades de inserción laboral”, señala Sanz.
La meritocracia, en jaque
Otros datos apuntan al mismo sentido. La tasa de abandono de un estudiante es mucho más elevada cuando tus padres tienen estudios básicos que cuando han sido universitarios. Todas estas cifras acaban poniendo en jaque la meritocracia. “Es verdad que, cuando provienes de una familia con un nivel de estudios alto, tienes más probabilidad de ir tú también a la Universidad. Pero, aunque el origen influye, jóvenes cuyos padres no tenían estudios han conseguido con esfuerzo, dedicación y trabajo un buen desarrollo académico y profesional, aunque lo tienen más difícil”, señala Sanz.
Nivel de ocupación de los padres
Pero es el nivel de ocupación laboral de los progenitores -altamente relacionado con el nivel de renta-, lo que determina el acceso o no de un alumno a la Universidad. O lo que es lo mismo la capacidad para financiar esos estudios por parte de la familia. En el curso 2019-2020, del total de los alumnos matriculados en la Universidad pública, un 21% sus padres tenían ocupaciones bajas. Un 4,7% menos que en 2016-2017.
En ese sentido, las becas juegan un papel fundamental. Desde 2016-2017 hasta 2019-2020, el montante de becas se mantuvo igual. Fue en 2020-2021 cuando estas ayudas se dispararon un 22%. “En estos cuatro años, hasta 2019-20202, las becas se mantuvieron inalterables, pero, probablemente, las necesidades de las familias se incrementaron, lo que se tradujo en que hubo menos acceso a la Universidad por parte de los alumnos más desfavorecidos”, señala Mediavilla. “Hay un doble coste para las familias cuando un hijo va a la Universidad: la matrícula y los costes del curso, pero también el hecho de que ese alumno no va poder trabajar a tiempo completo, algo que muchas familias no pueden asumir”, añade.