Guillermo y Hernán son profesores en la escuela rural de Cornágola, en La Rioja. Su centro estuvo a punto de cerrarse pero la llegadas de nuevos alumnos ha permitido revitalizar el colegio y animar este pueblo de la España vaciada.
El futuro pintaba muy negro para esta escuela porque de los 13 alumnos que había hace nueve años solo quedaban dos, lo que condenaba al centro a su cierre. Pero la llegada de una nueva alumna ha permitido seguir con las clases y garantizar su continuidad. También hay cuatro nuevos niños en la escuela infantil.
Todos los vecinos defienden la permanencia de la escuela y están convencidos de que es uno de sus principales reclamos en el desolador panorama de la España vaciada.
Los dos profesores atienden a los alumnos como si fuese una clase particular en el que los docentes, además de ser educadores se convierte casi en familiares.
Para padres y alumnos, la escuela representa un lugar de tranquilidad, estudio y silencio lo que mejora la calidad docente y el aprendizaje de los alumnos.