No todo está perdido académicamente para aquellos que abandonan la ESO sin el graduado escolar. Entre los que se titulan en FP Básica- estudios voluntarios de dos años, dirigidos a alumnos que no han terminado la secundaria obligatoria y por el que se obtiene la oportunidad, de nuevo, de conseguir el título de la ESO- un 62,9% se reengancha al año siguiente a FP de grado Medio (al que mayoritariamente el alumnado en general accede tras haber finalizado la secundaria obligatoria). De todos los que van a FP Básica, solo la mitad, el 49,3%, se titula. El 41,7% abandona y no sigue estudiando nada más y el 9% se matricula en otros estudios.
Pero hay más. Porque de los que finalizan esta FP Básica, tres años después, un 7,8% se matricula en FP de grado Superior (al que se puede acceder también tras completar Bachillerato), después de cursar FP de grado Medio. Y un 1,2% acaba estudiando Bachillerato, es decir vuelve a un itinerario encaminado a estudiar en la Universidad. Todas estas cifras referidas a 2020-2021 están extraídas de la Estadística de Seguimiento Educativo Posterior de los Graduados en Formación Profesional del Ministerio de Educación y FP.
“Todos estos datos significan que, si logramos que los alumnos terminen al menos FP Básica, la probabilidad de que terminen sus estudios es elevada. La barrera está en que terminen este nivel”, señala Ismael Sanz, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos. “La FP Básica sirve para que aquellos jóvenes que han pasado por un bache reconduzcan sus estudios. Y ahí hay mucho trabajo por parte de los profesores. Se necesita mucha vocación en este sentido, porque hay alumnos que tienen historias muy difíciles. Y en muchos casos, el hecho de que no les haya ido bien en los estudios previamente se debe al contexto en el que se encuentran”, añade.
En el curso 2020-2021, los titulados en FP Básica, ascendieron a 18.625. De ellos, 13.002 eran hombres, y 5.623, mujeres. Normalmente, a los estudiantes que van mal en ESO se les intenta reorientar a FP Básica. Desde segundo de la ESO o desde tercero. Un total de 13.402 alumnos de nuevo ingreso procedían de segundo de la ESO y 13.820, de tercero en el curso 2020-2021. En total, 27.222, de los más de un millón de alumnos que estudian en esos dos cursos de secundaria.
La edad es un tema determinante porque cumplidos los 16, pueden dejar de estudiar legalmente. Antes de eso, no es obligatorio ir a FP Básica, pero es casi el único camino que existe, porque, sin el graduado escolar, las oportunidades laborales se reducen al mínimo. “No tener ni siquiera la FP Básica es un problema que te lastra durante toda tu vida. Vas a tener muchas menos oportunidades de conseguir empleo de cierta calidad y estabilidad o de obtener un buen salario”, apunta Sanz.
Lo cierto es que los datos que se desprenden de esta estadística invitan al optimismo. En dos años –cuando comenzó a elaborarse este informe por parte de Educación- las cifras han incluso mejorado en dos puntos porcentuales, del 60% al 62%, entre los alumnos que terminan la FP Básica y se reenganchan a la FP de grado Medio.
“A un estudiante que está en FP Básica lo que más le influye es lo que ocurre a su alrededor, entre sus propios compañeros del instituto en el que estudia. Si él ve que otros compañeros se reenganchan a FP de grado Medio y luego al Superior, le puede servir de referente. En la medida que cada vez haya más porcentaje que continúa estudiando, el resto se va a ir retroalimentando”, asegura Sanz.
La realidad es tozuda. Si un estudiante abandona el sistema educativo es mucho más costoso que vuelva a él que si no se acaba de ir. “Una vez que se rompe cualquier tipo de vinculación con el instituto es muy difícil que esas personas regresen al sistema educativo. Por eso es importante que se mantengan esos lazos para que puedan reconducir sus estudios”, subraya Sanz.