La paradoja universitaria: por qué se eligen cada vez menos las carreras con más salidas
El 86% de las personas con estudios superiores tiene empleo en España, pero sólo el 54% cobra más de 1.500 euros
Hay grandes diferencias entre los graduados en los ámbitos de la informática, la ingeniería, el derecho o los negocios y quienes optan por el área de la salud o las humanidades
Los graduados superiores españoles son también los que tienen la menor tasa de empleo de Europa y la más alta de temporalidad
Tener estudios universitarios en España mejora las probabilidades de tener empleo, pero no sucede lo mismo con la precariedad, sobre todo en determinadas carreras. En nuestro país tiene trabajo el 86% de los universitarios, pero sólo el 67% tiene un empleo estable (una proporción que se reduce a un 62% entre las mujeres) y son aún menos, un 54%, los que cobran más de 1.500 euros netos al mes (48% entre las mujeres).
Esta radiografía, que forma parte del Informe CYD sobre el sistema universitario español, resulta aún más llamativa si se mira con detalle la situación en cada tipo de estudios.
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Por ejemplo, el 96% de los graduados en titulaciones del ámbito de la informática tiene empleo. Son los primeros, seguidos de cerca, con un 92%, por quienes tienen una titulación en el campo de la salud y los servicios sociales, y por los ingenieros. Repiten en el podio estos tres tipos de titulados cuando se mide quiénes cobran más de 1.500 euros. Aunque cambia el orden. Los ingenieros superan a los profesionales de la salud y los servicios sociales, de los cuales sólo un 60% cobra esas cantidades (casi un 20% por ciento menos que los informáticos).
Si nos fijamos en la estabilidad laboral, la situación es aún más dispar. El 91% de los informáticos tiene una ocupación estable, el mejor dato en este capítulo. Los ingenieros están cerca, con un 80%. Pero los graduados en el ámbito de la salud son casi los últimos, con un 52%. Sólo están peor que ellos los graduados en titulaciones de ciencias, con un 48% de empleo estable. Los científicos son, después de los ingenieros, los que más se marchan fuera a trabajar, con un 11%.
Ciencias y letras
En general, los peores datos en los diferentes baremos de inserción laboral son los de los titulados en ámbitos relacionados con las artes y humanidades, que además figuran entre los que más trabajan con contratos de media jornada (23%) o en tareas para los que no es requerida una titulación del nivel que ellos tienen (casi un tercio).
Los autores del estudio recuerdan que es justo en las profesiones con mejores perspectivas “ha habido una disminución en el número de egresados durante las dos últimas décadas”, justo al contrario de lo que ha sucedido con las carreras de artes, humanidades o servicios.
Por eso se plantean la pregunta de este fenómeno: ¿por qué baja la demanda de los estudios con mejor empleabilidad y sube la de las carreras con menos salidas? Barajan varias hipótesis, que pasan por la falta de información de los estudiantes a la hora de elegir sus estudios o del peso que tiene en su decisión la vocación o la facilidad de los estudios, en lugar de cuestiones más prácticas.
Causas externas a la universidad
Dentro de las titulaciones técnicas, los autores resaltan la buena inserción laboral de los titulados superiores en ciclos de instalación y mantenimiento, fabricación mecánica y electrónica, que están entre la mitad superior de todos los capítulos de la estadística.
Al margen de estos detalles, en el informe se recoge que las causas de todas estas diferencias van más allá de la universidad y tienen que ver con la realidad laboral y social más amplia de España. Por ejemplo, en nuestro país la prima salarial de los graduados superiores, es decir, la probabilidad de tener mejor sueldo si se tiene esa formación, está por debajo de la media de los países desarrollados. Los graduados superiores españoles son también los que tienen la menor tasa de empleo de Europa y la más alta de temporalidad.