Leonel, mejor orador del mundo en español: "Obama es espectacular y Trump es capaz de vender sueños"
El joven, de 24 años, representaba a la Universidad Carlos III de Madrid y se ha impuesto a más de 400 alumnos procedentes de 20 países
A Caschetto le tocó por sorteo defender en la final la posición en contra de la la cuestión de si reducir la brecha digital es posible o una utopía
"Tanto Donald Trump como Obama tienen un carisma que pueden mantener a la audiencia con los pelos de punta"
Leonel Caschetto es el nuevo campeón mundial de oratoria en español. El joven, de 24 años, nacido en Venezuela, pero con la doble nacionalidad italiana, se ha impuesto a más de 400 alumnos procedentes de 20 países en la segunda edición de Esto es debatible, organizado por la Liga Española de Debate Universitario (Ledu) y la Red Latinoamericana de Cooperación Universitaria.
Estudiante de Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid, a la que ha representado en este campeonato, a Caschetto le tocó por sorteo defender en la final, que debe durar exactamente 22 minutos, la posición en contra de la cuestión de si reducir la brecha digital es posible o una utopía. Un jurado de expertos le proclamó el ganador. Aparte del certificado de ser el campeón de oratoria en español, recibió como premio un smartphone de última generación ZTE Blade V40.
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Caschetto dejó Venezuela, junto a su hermano mayor, hace tres años por la complicada situación que se vive en ese país. El resto de su familia se quedó en Venezuela. Este primer cuatrimestre se encuentra de Erasmus en Turín (Italia). El joven es, además, preparador de debate y oratoria en un colegio de Madrid y miembro del jurado en diferentes debates académicos.
Pregunta. ¿Te esperabas ganar este certamen?
Respuesta. Era difícil, pero siempre hay que creerlo. Y yo me lo creía, sabiendo que era algo ambicioso, pero yo era el primero que me lo tenía que creer.
P. ¿De dónde nace esta capacidad tuya para la oratoria?
R. Desde muy pequeño, cuando estaba en el colegio, desde el curso equivalente al primer año de la ESO en España (12 años), participé en competiciones de debate como el Modelo de Naciones Unidas. Entonces, ya sentía que me gustaba y que se me daba bien. A medida que fui creciendo, seguí participando. Le encontraba bastante interés y sentía que me aportaba mucho conocimiento y experiencias. En España, las competiciones cambiaron de formato al debate académico. Desde pequeño hasta la actualidad he disfrutado participando en estas competencias y en aprovechar las herramientas que ofrecen.
P. ¿Había en tu familia una tradición de esta afición a la oratoria o de debatir en casa?
R. La verdad es que no. Ni mis padres ni mis hermanos lo practican. Fue más por mi grupo de amigos, cuando estaba en el colegio, que nos inscribíamos en estas competencias o modelos. De ahí nació, en el entorno de amigos en la escuela.
P. ¿Eres de los que debaten con tus amigos cualquier asunto, indistintamente, a favor o en contra?
R. Esta es una de las mejores cosas que aportan estas actividades: poder abrir tu mente, tu manera de pensar. Entender que cualquier situación tiene siempre dos caras, dos realidades, lo que te ayuda a entender que, por más cierta que creas que es una situación, hay otra cara de la moneda igual de válida. En estas actividades hay que defender tanto la una como la otra, prepararse ambas, porque en la mayoría de las veces se sortea y no sabes cuál te va a tocar, así que hay que creérselas y vender las dos por igual.
P. Hay que ser muy rápido para rebatir al contrario…
R. Otra de las cosas que hay que tratar de desarrollar es la agilidad mental. Es cuestión de segundos, porque siempre estamos frente a un cronómetro y tenemos el tiempo en contra. Hay que pensar rápido cuando te hacen una interpelación porque no hay tiempo de pedir un break o de buscar en internet. Con lo que se haya estudiado –hay que prepararse los diferentes escenarios que puedan aparecer en el debate-, se debe hacer clic y aparecer con tu mejor carta.
P. ¿Se te daba bien hablar de pequeño?
R. Que me gustase de pequeño, sí; que se me diera bien, creo que también, pero eso tendrían que validarlo quizás otras personas. Desde que estaba en el colegio, me gustaba creerme una posición y defenderla como si fuera la verdad absoluta.
P. ¿Qué es lo más difícil de estos debates para ti?
R. Hay varias cosas, pero resaltaría el tener que creerte las dos situaciones de cada realidad y tener que defenderlas para convencer al jurado cuando te toca una de ellas. Lo más importante de los debates es convencerte a ti mismo primero.
P. ¿Hay alguien que te inspire como orador al que te gustaría parecerte?
R. La verdad es que no. Trato de sacar lo mejor de las personas, pero no de nadie en específico. Si estudio, leo o veo a otros oradores o expertos en debate, trato de sacar lo mejor de cada uno, pero manteniendo siempre mi esencia como orador y como persona, sin copiar a nadie.
P. Pero, seguramente, te gustará algún personaje público con una buena oratoria…
R. Obama tiene una oratoria espectacular. Siento que Donald Trump, no por su política sino como orador, es una persona que puede motivar a las masas y vender sueños. Tanto él como Obama tienen un carisma que pueden mantener a la audiencia con los pelos de punta.
P. Albert Rivera ganó en su día la Liga de debate universitario… ¿tú te ves en la política en el futuro?
R. Es una pregunta difícil, porque la verdad es que sí me gusta, pero no es algo en lo que quiera inmiscuirme en la actualidad. Quiero desarrollarme como persona, especialmente, en el sector privado como abogado. Aunque en un futuro no le cierro las puertas a poder entra en la política. En el Modelo de Naciones Unidas se defienden posturas políticas y por eso me gustaba tanto, porque entendía cuáles eran los intereses políticos de ese país y me encantaba defenderlos a capa y espada. Por eso la política me llama mucho la atención.
P. ¿Cómo te ves de mayor?
R. Empecé Derecho en Venezuela y luego seguí estudiando en España. Me encantaría poder graduarme y poder ejercer y ser una persona exitosa con los objetivos que me platee. Me gustaría poder servir a través de la política a mi país.
P. ¿Tienes pensado volver a Venezuela?
R. Más adelante me gustaría hacerlo. En la actualidad, tengo unos objetivos trazados que tengo que cumplir que se encuentran en el exterior. Pero dicen que el buen hijo siempre vuelve a casa.