En el colegio público al norte de Madrid donde estudian los hijos de María han esperado hasta este lunes para informar a las familias del listado de libros con el que tendrán que estudiar los alumnos este año. Cuando se ha dispuesto a comprarlos, no ha habido manera. Ni en librerías ni por internet. “Me parece increíble que a tres días de que comiencen las clases no supiésemos nada de con qué manuales van a estudiar nuestros hijos”, se queja. "Y encima ahora cuando vas a comprarlos, no hay forma de coseguirlos", añade.
No es un caso aislado. El curso comienza con miles de alumnos sin sus libros de texto en la mochila. La razón es que muchos de los manuales, nuevos por primera vez este año, no han llegado todavía a las librerías de los cursos impares de infantil, primaria y ESO, curso en los que la nueva ley de educación, Lomloe, comienza a aplicarse por primera vez. Algunas familias, incluso, los habían encargado en julio y aun así no disponen todavía de ellos. Los retrasos se están produciendo en todas las comunidades autónomas.
La incertidumbre ante la falta de algunos libros de texto se palpa en las librerías y grandes almacenes. “Las familias llaman todos los días para saber cuando llegan los manuales que han encargado”, cuenta Beni Bermúdez, de la librería Espazo Lector Nobel O Calvario en Pontevedra, que les pide a los padres “un poco de paciencia”.
El retraso en la publicación de los reales decretos de los currículos escolares explica en parte que todavía no estén algunos libros de texto disponibles. A día de hoy, todavía siete comunidades -Andalucía, Canarias, Castilla y León, Cataluña, Galicia, Murcia y País Vasco- no han sacado sus reales decretos con sus currículos. En ellos las regiones han de completar los mínimos regulados por el Ministerio de Educación.
En todos los manuales deben incluirse los contenidos de los decretos de enseñanzas mínimas aprobados por el Gobierno –es decir, la base común para todos, que no se puede tocar- y que debe ocupar, según marca la propia Lomloe, el 60% del horario que se imparte en las aulas (el 50% en las comunidades con lengua propia).
A partir de ahí, cada comunidad tiene la posibilidad de incorporar hasta un 40% (50%, en las de lengua propia) de contenidos que considere oportunos. Por ley, ninguna Administración puede imponer la editorial del libro con el que tienen que estudiar los alumnos de su comunidad.
La Consellería de Educación de la Xunta de Galicia ya advirtió en abril que la “tardanza" del Ejecutivo central en publicar en el Boletín Oficial del Estado los nuevos temarios –15 meses desde la aprobación de la ley– le haría trabajar contrarreloj para adaptarlos a su comunidad.
De esta forma, el curso escolar comenzará en Galicia sin los decretos publicados por los trámites administrativos que requieren –de entre seis y siete meses desde que sale la normativa estatal-, por lo que estos se esperan para las primeras semanas de clase.
Castilla y León, que no ha publicado tampoco los suyos, ha informado a las editoriales que se atengan a los borradores de estos decretos, que están disponibles desde hace meses, porque los definitivos no variarán sustancialmente.
Por su parte, Andalucía, que tampoco lo ha hecho, señala que los decretos siguen en tramitación y espera que estén listos a lo largo del primer trimestre.
Ante esta situación, las editoriales se han visto obligadas a trabajar en sus manuales nuevos en base a los borradores de los currículos, puestos a disposición entre mayo y junio. Las editoriales trabajan ahora sobre estos textos provisionales, aunque no se esperan grandes cambios.
La realidad es que ha sido un retraso en cadena de todos los eslabones hasta llegar a esta situación. El primero en retrasarse fue el ministerio en aprobar los currículos de la base común y luego las comunidades en dar luz verde a sus reales decretos para completarlos.
Al no estar disponibles los decretos, en muchos casos, los profesores no han sabido a qué atenerse y eso ha generado que el calendario habitual para la prescripción de los libros también se haya retrasado. “En un año normal los profesores y los consejos escolares suelen decidir en mayo y junio qué libros van a utilizar el año siguiente. Ahora, en cambio, ha habido centros que al finalizar el curso todavía no lo habían decidido y lo están haciendo ahora. Eso ha generado a las editoriales que no sepan cuántos libros tienen que imprimir”, explican fuentes de la patronal de los libros de texto, Anele.
En cualquier caso, la patronal de estas editoriales confirma que los libros estarán disponibles, seguramente, a lo largo de todo septiembre. “Algunos libros estarán antes que otros, depende de la capacidad de las editoriales, pero cualquier retraso se va a resolver”, asegura. “Imprimir los libros se tarda pocos días. Lo importante es tener los decretos definitivos para confirmar que el contenido de los libros que se han elaborado en base a los borradores es el mismo, algo que las consejerías están diciendo que así es”, señalan estas fuentes.