El acceso a la vivienda sigue siendo uno de los principales desafíos para los jóvenes en España. Según un análisis reciente de Fotocasa Research, titulado "Conocimiento del aval público para la compra de vivienda", el 29% de los jóvenes entre 18 y 24 años ya ha solicitado un aval para adquirir una vivienda, cifra que contrasta con el 18% de hace seis meses.
Este incremento refleja un interés creciente por esta herramienta de apoyo financiero, especialmente entre los más jóvenes.
El informe de Fotocasa destaca que el conocimiento sobre la posibilidad de solicitar un aval para adquirir una vivienda también ha aumentado significativamente en los últimos seis meses.
En este período, el porcentaje de jóvenes que conocen esta medida y han optado por ella ha pasado del 10% al 19%. Este crecimiento no solo evidencia una mayor difusión de esta herramienta, sino también una necesidad apremiante entre los jóvenes de buscar alternativas para superar las barreras económicas que enfrentan al comprar una vivienda.
Por otro lado, el grupo de jóvenes entre 25 y 34 años que ha solicitado un aval para comprar una vivienda ha subido del 6% al 13%, lo que demuestra que este rango de edad también está aprovechando esta medida como una solución viable ante los altos costes de acceso a la propiedad inmobiliaria.
A pesar del aumento en las solicitudes, todavía hay un gran número de jóvenes que no han optado por esta medida. Según el estudio, un 42% de los jóvenes está considerando pedir un aval en el futuro, mientras que el 39% asegura que no tiene intención de hacerlo. Estas cifras muestran que, aunque la herramienta es conocida, aún persisten dudas o limitaciones entre una parte importante del colectivo juvenil.
Entre quienes sí han solicitado el aval, el informe señala que el 4% ya lo ha obtenido y está disfrutando de los beneficios asociados, como la posibilidad de cubrir hasta un 20% del valor de la hipoteca.
Este porcentaje ha crecido frente al 2% registrado en febrero. Asimismo, otro 8% de los jóvenes asegura que tiene el aval concedido, aunque todavía no ha completado el proceso de compra, y un 7% está a la espera de saber si su solicitud será aceptada.
El acceso a la vivienda no solo depende del aval, sino también de los costes asociados a la compra, como impuestos, notaría y financiación hipotecaria. Según María Matos, directora de Estudios de Fotocasa, "las tasas de ahorro de los hogares se ven mermadas no solo por los precios de las viviendas, sino también por el volumen de gastos adicionales". Este contexto hace que el aval público sea una herramienta clave para mitigar las barreras económicas y acercar a los jóvenes a la propiedad.
Además, el informe señala que este aval también está disponible para familias con menores a cargo que cumplan ciertos requisitos de ingresos. En este caso, solo el 11% de las familias potenciales beneficiarias ha solicitado la ayuda, mientras que un 18% está considerando hacerlo. Sin embargo, el 71% de los hogares elegibles descarta rotundamente optar por esta medida, lo que refleja un interés considerablemente menor en comparación con el colectivo juvenil.
El interés por los avales entre los jóvenes refleja una situación económica generalizada que afecta a gran parte de Europa. Según datos del Eurostat, España es uno de los países donde los jóvenes tardan más en emanciparse, con una media de 29 años. Factores como los bajos salarios, la inestabilidad laboral y el elevado coste de la vivienda contribuyen a esta problemática. En países como Alemania y Suecia, donde existen programas de apoyo más consolidados, la edad de emancipación promedio es significativamente menor.
En este contexto, el aval público puede jugar un papel crucial para cerrar la brecha entre las aspiraciones de los jóvenes y la realidad del mercado inmobiliario. Sin embargo, expertos advierten que su éxito a largo plazo va a depender de la capacidad del Gobierno para garantizar su sostenibilidad y accesibilidad.
El aval público ofrece ventajas claras, como facilitar el acceso a hipotecas a quienes no cuentan con ahorros suficientes para cubrir el porcentaje inicial del precio de la vivienda. Sin embargo, también plantea retos, como el riesgo de sobreendeudamiento. Según economistas, esta herramienta debe ir acompañada de políticas complementarias, como la promoción de vivienda asequible y programas de educación financiera.
Además, es importante destacar que no todos los jóvenes que conocen el aval pueden acceder a él. Las condiciones de ingresos y estabilidad laboral siguen siendo requisitos clave que muchos no cumplen, especialmente en un mercado laboral marcado por la precariedad.
A medida que crece el interés por esta medida, el Gobierno enfrenta el desafío de garantizar que el programa de avales sea sostenible y eficaz. Esto implica no solo incrementar su difusión, sino también abordar las barreras que limitan su alcance, como las restricciones económicas y burocráticas.
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