Prácticamente nadie está a salvo de una crisis tan brutal como la que estamos afrontando. En una economía tan interconectada, un sector que se hunde, puede arrastrar a los otros.
El batacazo que ha supuesto la pandemia para la hostelería, con una caída de ventas del 45%, ha provocado un efecto dominó que hace caer a otros sectores como si fueran fichas.
Un hostelero asegura que "antes comprábamos mucha más cantidad, no sólo una vez, sino dos otras veces a la semana".
Una empresa de productos gourmet de Sevilla es uno de los miles de proveedores a los que no les salen las cuentas, su facturación se ha desplomado un 35%. "Las plantillas se han tenido que reducir, hemos mirado con lupa todos los gastos"
Tampoco se libran las bodegas como la que se encuentra en el Penedés, donde señalan que "podemos hablar de una disminución de un 20% de ventas"
Esta crisis afecta a toda la cadena de valor, también afecta a agricultores como este de Ourense, que denuncia que "la patata se vende un gran porcentaje en hostelería y para nosotros supone un revés grande".
También afecta a los pescadores de Gandía: "Al no haber compradores pues los precios no tienen salida". Son las víctimas colaterales del hundimiento de bares y restaurantes.