Es la última polémica de la nueva ley que obliga a fichar para tener un control de las horas que hacen los trabajadores en una empresa. ¿Qué pasa con esa parada para el desayuno, con esos cigarritos entre horas y los cafelitos? La ley es genérica al respecto, pero hay varios elementos claros. La hora de comer ya está registrada en gran parte de los contratos por lo que sí hay que fichar en la entrada y salida de la misma.
El Ministerio, que considera que las pausas para fumar, ir a estirar las piernas o desayunar no son trabajo y que también deben estar contabilizadas, apuesta por el sentido común, es decir, incluir estos supuestos de manera clara en la negociación colectiva o el acuerdo de empresa. Esta sería la mejor manera de medir dichas pausas. El estatuto de los trabajadores especifica, de todas formas, algunas normas respecto a horas de trabajo y descanso. Así regula que entre el final de una jornada y el comienzo de la siguiente mediarán, como mínimo, doce horas, algo que efectivamente no siempre se cumple.
También especifica que cuando la duración de la jornada diaria continuada exceda de seis horas, deberá establecerse un período de descanso durante la misma de duración no inferior a quince minutos. Este período se considerará de tiempo de trabajo efectivo cuando así esté fijado o se establezca por convenio colectivo o contrato de trabajo. Ahí podría entrar la pausa para el bocata o para el desayuno.
Más ojo tendrá que tener el trabajador que salga a tomar el desayuno, fume con asiduidad y además sea de los enganchados al café (sobretodo para no tener problemas a partir de ahora con compañeros que no fumen), pues este perfil puede acarrear a una empresa unas pérdidas al año de unos 4.750 euros, según un estudio elaborado por Jobatus.es.
El estudio señala que, de media, se fuman 4 cigarrillos durante la jornada laboral, y se destina a cada uno de ellos 9 minutos, solo en este acto se perderían al día unos 36 minutos de tiempo de trabajo efectivo. En términos anuales, y teniendo en cuenta que se trabaja de media 209 días al año (considerando las vacaciones y el absentismo laboral), suponen un total de 7.524 minutos perdidos, o lo que es lo mismo, cada fumador pasa casi 16 días de trabajo completos al año, fumando. A estas pérdidas, les suman 750 euros anuales más por cada trabajador que fuma, ya que estas personas están de baja 4 días más al año de media que las que no fuman, indican desde Jobatus.es.
Además, el estudio también incluye otros tiempos que se pierden por trabajador, como el café a primera hora o el almuerzo a media mañana. Las pérdidas por estos motivos son menores que las de los cigarrillos, pero "siguen suponiendo una pérdida importante para las empresas". En este caso, se concluye que de media se emplean 7 minutos por trabajador en tomar el café, y 19 minutos en el almuerzo, lo que implica un total de 5.434 minutos al año entre ambas paradas y que supondrían un total de 11 días y medio de trabajo completos.
También se argumenta que en el último año se pasa más tiempo en el baño que años anteriores. Según el informe, esto es debido al "incremento del uso del móvil en el trabajo, y es que la mayoría de los encuestados asegura llevarse el móvil al baño y hacer uso de él". Esto ha producido que el tiempo de estar en el baño pase a ser de media unos 21 minutos en la actualidad (8 más que hace 5 años), y que supondría a la empresas unas pérdidas anuales de 1.009 euros por cada trabajador.
Ahora bien, sin llevar nada al extremo, también existe otra cuestión que no se debe olvidar en este debate. ¿pueden resultar beneficiosas para las empresas esas pequeñas pausas? Investigadores del Instituto Nacional para la Salud y Seguridad Ocupacional en Ohio y la Universidad de Purdue en Indiana analizaron si los descansos por un periodo de tiempo reducido podrían aumentar la productividad o reducir el estrés, por lo que crearon un entorno de oficina artificial. Al final, llegaron a la conclusión de que el parón, si era voluntario y espontáneo podría provocar un efecto calmante y una mayor concentración. De hecho, los expertos apuestan por estiramientos, paseos y salir a tomar el aire como pautas que mejorar la productividad, que permiten desconectar por unos instantes del trabajo.ç
Pilar Llácer, experta en RRHH y Gestión de Talento, especialista en Ética de los negocios considera que estamos ante una ley que no es ejecutable y que ahora está mostrando las realidades del día a día. "Hablamos de la pausa de café, por ejemplo, que en ocasiones puede ser más productiva que estar en tu sitio. O si estás acabando un informe y recibes una llamada, ¿qué haces, te vas? Es una medida más recaudatoria que eficaz. Solo cito un caso. A las kellys los hoteles les ofrecen desayunar y entran una hora antes, ahora ya comentan que no lo van a poder hacer. Puede ser bueno en la hostelería para controlar las horas extras, pero ya no estamos en una sociedad de fábricas".
Respecto a la posibilidad de fichar cuando se fuma o controlar los cafés, Llácer considera que "es imposible controlarlo. ¿van a poner en todas las puertas máquinas para fichar?. No se puede hacer eso. Ya hay convenios que regulan las pausas, pero no se puede convertir a las empresas en el ojo de Orwell", señala la experta.