Una de las consecuencias de la invasión de Ucrania por parte de Rusia es un aumento de la inflación, tendencia que ya existía previamente a este hecho -en gran parte, debido a la gestión de las consecuencias de la pandemia- y que se ve acrecentada en respuesta al panorama geopolítico actual. Como consecuencia, cabe preguntarse -así lo hacen estos días muchos analistas- si esta escalada de la inflación podría afectar a su vez a los tipos de interés, encareciendo el precio del dinero. Ello repercutiría directamente en las hipotecas, tanto en las presentes como en las que se firmen en adelante, pero también en otro tipo de productos financieros. ¿Cómo puede afectar a tu bolsillo una subida de los tipos de interés?
La guerra en Ucrania implica todo tipo de consecuencias que trascienden lo humanitario y que entran de lleno en lo económico: las economías de todo el mundo se preparan para las consecuencias del conflicto que ya se hacen notar y, en este debate, dado el escenario de creciente inflación, es lógico preguntare cómo afectará el alza continuada de los precios a los tipos de interés.
En economía, el tipo de interés sirve para medir la rentabilidad de los ahorros e inversiones, así como el coste o precio de un crédito o préstamo. Por ejemplo, si firmamos una hipoteca, el precio de este préstamo vendrá marcado precisamente por el tipo de interés y, cuanto mayor sea, más caro nos resultará hacernos con el montante necesario para hacer frente a la compraventa de un inmueble.
Por eso quienes pagan una hipoteca temen que la situación actual pueda encarecer sus préstamos y, del mismo modo, quienes se preparan para invertir en el sector inmobiliario permanecen atentos a los movimientos de la banca, que podría modificar sus ofertas en función de los movimientos que lleven a cabo instituciones como el Banco Central Europeo. Se trata, en este caso, de la institución que marca el 'precio del dinero' a nivel comunitario.
De hecho, el Euríbor -el índice para préstamos a tipo variable que usan como referencia la mayoría de hipotecas en Europa, elaborado a raíz de un panel compuesto por 18 bancos europeos con máxima calidad crediticia-, ya se mueve al alza ante la probabilidad de que el BCE suba el precio del dinero, algo que se prevé que ocurra a finales del 2022, teniendo en cuenta que 'jugar' con el precio del dinero permite controlar en cierta medida la inflación.
El resultado es que, al encarecimiento generalizado de los productos y servicios que consumimos o utilizamos -luz, gasolina, cesta de la compra...- se le unirá un encarecimiento del dinero prestado, en todas sus formas posibles: créditos, préstamos, tarjetas de crédito, hipotecas... Por eso es importante permanecer atento a posibles cambios de condiciones contractuales, así como hacer el menor uso posible de este tipo de instrumentos para no perder aún más capacidad económica.
En cuanto al mercado hipotecario, tal y como explica Idealista, durante las últimas semanas las entidades están cambiando de rumbo y adelantándose a una futura subida de los tipos de interés, mejorando las condiciones de sus hipotecas variables. Eso sí, hay que valorar que el riesgo que se asume al firmar un préstamo de este tipo es mayor en este momento para el consumidor. En cuanto a las hipotecas fijas, la seguridad de contar con un tipo de interés estable podría salir más cara en los próximos meses. Con todo, una previsible caída de la demanda de compra de vivienda en tiempos de incertidumbre podría contener esta tendencia.