El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas grava la práctica totalidad de los ingresos que recibimos, ya sean de inversiones, premios, pensiones y, por supuesto salarios.
Esto conlleva que tengan regímenes distintos según las categorías. Es muy diferente el IRPF que se aplica al ahorro, al que hay que pagar si vendemos una vivienda y al que hay que pagar por nuestros ingresos periódicos, los salarios.
Este ingreso, como norma general, anticipa parte de sus pagos mes a mes a través de retenciones, aunque, su liquidación final se realiza en la declaración de la renta del año al que corresponde. Esto hace que junto al resto de ingresos y teniendo en posibles deducciones, el resultado de la renta sea positivo, se pague una cantidad adicional, o negativo, se devuelva.
Pero lo más importante es cómo funciona el IRPF de sueldos y salarios, y como este se comparta si hay un cambio de sueldo, principalmente sube.
El IRPF en salarios es progresivo, cuanto más se gana, más se paga, pero funciona por tramos; es decir, solo se paga más a medida que el sueldo va superando estos tramos.
Además, no existe un solo tipo de tramo, hay dos, un tramo estatal, que recibe el Estado y otro autonómico, con libertad en las Comunidades Autónomas de aplicar un tipo distinto, lo que hace que haya diferencias entre la comunidad en la que resides.
Pero en lo que si coincide es que existen 6 tramos:
· Hasta 12.450 euros
· De 12.450 euros a 20.199 euros.
· De 20.200 euros a 35.1999 euros.
· De 35.200 euros a 59.999 euros.
· De 60.000 euros a 299.999 euros.
· A partir de 300.000 euros.
A cada uno de estos tramos se le aplica un porcentaje de IRPF (por su tipo estatal y autonómico). Pero su funcionamiento es progresivo. Por cada uno de sus tramos se aplica el porcentaje correspondiente, no se aplica el tipo de su cuantía final.
Lo vemos mejor en un ejemplo, en el que simplificamos los tipos sumando lo que supone el estatal y el autonómico, en nuestro caso de 30.000 euros. Siguiendo los tramos descritos se aplicaría:
· Un 19% para los primeros 12.450 euros.
· Un 24% para los siguientes 7.750 euros, la diferencia entre 20.199 euros y 12.450 euros.
· Un 30% para los últimos 9.800 euros, hasta llegar a sus 30.000 eros de sueldo.
Por tanto, una subida de sueldo, sin tener en cuenta cambios en deducciones, supone pagar más impuestos, porque se paga o más en el tramo más alto en el que esté el sueldo, o incluso dar un salto a un tramo superior.