Todas las previsiones apuntan a que el encarecimiento de los carburantes y el precio por las nubes de la electricidad y el gas, enlazando máximos históricos, se extenderá como mínimo hasta el año que viene. Esto, además, provoca un repunte en la cesta de la compra y que los transportistas haya ido a la huelga.
Posiblemente, escuches la palabra reduflación y no te venga nada a la cabeza, pero es un término que está más presente en nuestras vidas de lo que creemos. En economía, se denomina así al proceso en que mercancías se reducen en tamaño o cantidad mientras que sus precios siguen siendo los mismos o incluso aumentan.
A este fenómeno, una estrategia de marketing que aplican las empresas y que relaciona directamente los conceptos de cantidad y precio, se le bautizó en la década de 2010, en los medios anglosajones, como 'shrinkflation', un acrónimo de 'shrink', que significa reducción, y 'flation', referido al proceso de inflación.
En realidad, se trata de una subida de precios encubierta puesto que en la mayoría de los casos controlamos el precio del producto que adquirimos pero no su peso. Esta práctica se da sobre todo en el sector de la alimentación, desde el chocolate, el turrón o los helados hasta las bolsas de patatas fritas o las latas de legumbre.
A pesar que desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) indican que la reduflación "se considera un engaño", supone una práctica legal ya que el fabricante o distribuidor especifica en el paquete dicho cambio de cantidad.
Las marcas justifican su estrategia en la equiparación de los procesos de producción, el encarecimiento en los precios de importación de las materias primas y en los costes del transporte o de la mano de obra. Además, argumentan que se debe a su preocupación por la salud del consumidor, y es que al ofrecer menos cantidad reducen el azúcar o eliminan ingredientes perjudiciales.
Varios periodistas de la cadena BBC han analizado 19 productos de distintos fabricantes y han descubierto que 18 de ellos habían sufrido reducciones en su tamaño. La Oficina Nacional de Estadística de Reino Unido revela que, en los últimos cinco años, más de 2.529 productos han menguado de tamaño sin variar los precios.