¿Puedo pedir una hipoteca sin aval?
Conseguir una hipoteca si aval no solo es posible sino deseable: conoce cómo evitar implicar a terceras personas
Los expertos recomiendan evitarlo, siendo preferible pagar un tipo algo más elevado
El aval no desaparece con el fallecimiento del avalista, se hereda
Conseguir una hipoteca no solo es posible sino también lo más deseable. Precisamente el implicar a terceras personas (normalmente padres y madres) como responsables del pago de una hipoteca en caso de que falle el deudor principal fue uno de los grandes dramas de la crisis de 2008, cuando muchas familias de avanzada edad se vieron en la calle por no poder asumir la deuda hipotecaria de sus hijos. ¿Cómo conseguir una hipoteca sin aval y por qué es más recomendable a la hora de obtener financiación?
Pedir una hipoteca sin aval: cómo conseguirlo
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Un aval es contrato mediante el cual el avalista se compromete a pagar la cantidad debida por el titular de un préstamo (por ejemplo, una hipoteca) en caso de que este deje de abonar sus cuotas. Así, el avalista responderá del pago de la deuda con todos sus bienes presentes y futuros, incluyendo sus ingresos y también sus propiedades.
Se trata, por tanto, de una responsabilidad enorme: en muchos casos los avalistas de una hipoteca , utilizada como medio de pago de la deuda hipotecaria avalada.
En este contexto, conseguir que nos concedan una hipoteca sin avales en 2021 es posible y, de hecho, existen algunas entidades que se niegan a trabajar con ellos, limitando el riesgo a los firmantes de la hipoteca. Y es que pedir a un familiar que figure como avalista supone comprometer sus finanzas durante un largo periodo de tiempo (probablemente, durante el resto de su vida).
Aunque las entidades pueden exigir esta garantía adicional, por ejemplo, cuando el margen de endeudamiento del solicitante de la hipoteca es ajustado (no debe superar el 30-40 por ciento) o cuando su perfil sea algo inestable, siempre será mejor evitarlo negociando con la entidad.
En general, el banco va a solicitarnos aval en los siguientes casos:
- Cuando nuestra cuota de endeudamiento sea demasiado ajustada o supere los límites recomendados. Si la suma de nuestros compromisos bancarios supera el 30-40 por ciento de nuestros ingresos (contando con la cuota hipotecaria), es posible que el banco nos pida una garantía adicional para concedernos la hipoteca. La solución en este caso pasa por buscar una vivienda más barata para que podamos responder holgadamente al pago de las cuotas.
- Cuando pidamos más del 80 por ciento del valor de tasación. La mayoría de hipotecas en 2021 te financiarán hasta el 80 por ciento del valor de tasación del inmueble y hasta un máximo del 90 por ciento del valor de compraventa; entre ambos valores, se tomará el inferior. Si tus ahorros no llegan a cubrir la cantidad que necesitas desembolsar inicialmente y negocias que te financien una suma mayor, es posible que te exijan un aval como garantía extra. En este caso, nuevamente la solución pasa por buscar una vivienda de menor valor, o bien esperar hasta alcanzar el nivel de ahorro necesario.
- Cuando tu situación laboral sea considerada inestable por parte del banco. Esto ocurre, por ejemplo, en el caso de contratos temporales, autónomos con pocos años de actividad o ingresos con altibajos en el tiempo... Una forma de mejorar tu perfil puede ser aportar un aval. Si quieres evitarlo, lo mejor es tener paciencia y trabajar para que tus ingresos y gastos reflejen la estabilidad necesaria en el momento de pedir la hipoteca.
Por otro lado, es posible que el banco nos ofrezca mejores condiciones a cambio de un aval: los expertos recomiendan evitarlo, siendo preferible pagar un tipo algo más elevado y dejar fuera de responsabilidad a terceras personas. Así, tal y como aseguran desde FuturFinances, “salvo que el intermediario hipotecario os diga que no queda más remedio que aportar avalistas para poder acceder a financiación hipotecaria, siempre es mejor firmar una hipoteca algo más cara que pedir que un familiar os avale".
En este sentido, hay que recordar que el aval no desaparece con el fallecimiento del avalista, sino que se hereda. Así, si existen varios hermanos, cuando un padre o madre avala a un hijo, en realidad todos los hermanos están avalando en cierta medida en caso de su fallecimiento, ya que la deuda se reparte entre todos.