El mercado laboral español está viviendo este 2020 un año convulso para el empleo. 2021 recuperará solo uno de cada tres empleos. Tras seis años consecutivos de crecimiento de la ocupación, este año se ha revertido la tendencia y no solo se ha frenado este crecimiento, sino que España cuenta ahora con menos población ocupada que hace un año, debido a la crisis derivada de la coronavirus. El impacto sanitario es brutal, pero el provocado en la economía no es menor. Y en este contexto, el Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, ha elaborado el VIII Monitor Anual Adecco de Ocupación: un detallado análisis de la evolución del empleo según la ocupación en España.
La primera conclusión de este análisis es obvia: la crisis derivada de la Covid-19 ha destruido empleo en nuestro país frenando en seco los seis años consecutivos de aumento en la ocupación que venía experimentando el mercado laboral español.
La segunda conclusión es que los jóvenes se llevan la peor parte de esta destrucción de empleo: el número de ocupados de menos de 25 años ha caído en el último año en 216.300 personas (-19,1% interanual). Específicamente, el número de ocupados de menos de 25 años ha caído en el último año en 216.300 personas (-19,1% interanual), en tanto que el de mayores de esa edad ha bajado en 481.100 (-2,6%). Mientras los jóvenes equivalen a 1 de cada 20 ocupados, a ellos pertenecen 6 de cada 20 empleos perdidos.
En todas las autonomías se ha destruido empleo juvenil. Canarias y Baleares son las que han mostrado los peores registros, con descensos interanuales de un 46,5% y un 32,2%, respectivamente. En el otro extremo, las regiones donde el empleo joven ha tenido una evolución más benigna son la Región de Murcia (-1,6%), La Rioja (-2,7%) y Aragón (-5,2%).
El empleo ha caído en todas las comunidades autónomas excepto en la Región de Murcia (+0,1%, por la creación de 500 empleos). Las autonomías que proporcionalmente más han reducido sus respectivos colectivos de ocupados son los dos archipiélagos, Canarias (-8,1% interanual) y Baleares (-7,4%), muy dependientes del sector turístico y de ocio. Casi la mitad de los empleos destruidos (49,5%) se concentra en tres autonomías: Cataluña (se han perdido 2 de cada 10 puestos de trabajo de todo el país), Andalucía (el 16,6% de todo el empleo) y la Comunidad de Madrid (13% del total).
Por sexos, la destrucción de empleo ha castigado un poco más a los hombres. Ellos han perdido 370.300 empleos (-3,4% interanual y el 53,1% de todos los empleos destruidos), mientras que las mujeres han cedido 327.100 puestos (-3,6% interanual y un 46,9% del total). Tanto los españoles como los inmigrantes están sufriendo en proporciones similares la destrucción de empleo. Mientras la cantidad de ocupados de nacionalidad española ha caído un 3,4% interanual, el número de ocupados inmigrantes ha disminuido un 4% (pérdida de 600.800 empleos en el caso de los españoles y de 96.600 puestos de trabajo en el de los inmigrantes).
Aunque en proporciones variables, 14 autonomías imitan el patrón general, con destrucción de empleo para ambos sexos. La Región de Murcia y La Rioja han presentado un incremento en la ocupación masculina, de 4.600 (+1,3%) y 100 empleos (+0,1%), respectivamente. En el País Vasco hay 1.700 contrataciones netas de mujeres (+0,4%). Entre las autonomías que han destruido empleo para ambos sexos, los dos casos extremos son Cantabria y Asturias. En el caso cántabro, el 94,9% de los empleos perdidos corresponden a varones (7.500 plazas menos; -5,6% interanual), en tanto que el restante 5,1% era de mujeres (400 empleos perdidos; -0,4%). En cambio, en la autonomía asturiana, 7 de cada 10 puestos de trabajo perdidos pertenecen a mujeres (3.700 empleos menos; -2%), en tanto que el restante 28,8% estaba ocupado por hombres (1.700 puestos; -0,8%).
La región más hostil para el empleo masculino ha sido Canarias, donde se han suprimido 45.100 empleos de ese sexo (-9,2% interanual). Tras Canarias se colocan Baleares (-8,3%) y Aragón (-5,6%). Por su parte, La Rioja muestra la peor evolución del empleo femenino, con la eliminación de 4.900 puestos de trabajo (-7,4%). Le siguen Canarias (-6,7%) y Baleares (-6,3%).
Castilla-La Mancha (59,2%) y Andalucía (57,9%) son las dos autonomías en las que el empleo masculino tiene un mayor peso en la ocupación total. Por el contrario, las comunidades donde las mujeres reciben una mayor porción del empleo total son la Comunidad de Madrid y el País Vasco (48,3% en ambos casos).
En el último año, solo ha crecido el número de ocupados con formación superior (38.900 personas, +0,4%). En el resto de niveles formativos, la pérdida de empleo ha sido más grave cuanto menor era el nivel educativo hasta llegar al caso de los ocupados que solo tienen formación primaria, que han disminuido un 15,5% (162.600 empleos menos). Es más, en los últimos doce años, solo ha aumentado el número de personas trabajando con educación superior (+25,4%).
Si los datos anteriores son de por sí elocuentes acerca de la importancia fundamental de la educación como medio de maximizar las oportunidades de empleo, eso queda aún más evidenciado cuando se comparan los datos del tercer trimestre de 2008 con los del mismo período de 2020: en los últimos doce años, solo ha aumentado el número de personas trabajando con educación superior, mientras ha caído el de trabajadores con menores niveles de formación.
En efecto, a lo largo de estos años, la cantidad de ocupados con formación superior ha crecido en 1,8 millones de personas (+25,4%), mientras que la de aquellos con educación primaria se ha reducido en 2,1 millones (-70,3%), la de quienes cuentan con la primera etapa de secundaria se ha contraído en 667.300 personas (-12%) y la de los que tienen la segunda etapa de formación secundaria ha disminuido en 391.500 (-7,8%).
Cuando se comparan los datos con 2008 se encuentra una pérdida acumulada de empleo del 6,7% para el conjunto español. Baleares y la Región de Murcia son las únicas autonomías que presentan ahora un nivel de empleo superior al de 2008 (+6,7% en el caso balear y +0,2% en el de Murcia).
Con excepción de Extremadura, en todas las autonomías el grupo más importante de ocupados es el de quienes cuentan con educación superior. El País Vasco, la Comunidad de Madrid, Navarra y Asturias sobresalen por ser las únicas en las que este grupo supone ahora más del 50% de la ocupación: 60%, 55,2%, 54,6% y 50,6%, respectivamente. El caso opuesto lo representa Extremadura (33,6%), que es la única región en la que el grupo de mayor formación ocupa solo una tercera parte del total de puestos de trabajo.
Canarias, la Región de Murcia y Andalucía se destacan por ser las autonomías en las que las personas con educación primaria ocupan una mayor proporción de los puestos de trabajo, con un 7,8%, 7,6% y 7,1% del total, respectivamente. En Asturias, apenas el 1,3% de los ocupados tiene un nivel de formación hasta primario.