"Estamos dejando colgados proyectos y devolviendo dinero ". Eduardo Zarza, ingeniero del mayor centro de investigación termosolar de Europa
La Plataforma Solar de Almería, el mayor centro de investigación de energía termosolar, solo pudo acceder a un tercio de su presupuesto el año pasado
“A mis investigadores les pedía que no buscaran nuevos proyectos, les tenía que frenar... Es un sinsentido”. Así resume Eduardo Zarza la situación en la Plataforma Solar de Almería (PSA), el mayor centro de investigación termosolar de Europa. La instalación se ubica a pocos kilómetros de la zona donde se rodaban los espagueti western en los 60 y 70. Casi al mismo tiempo que se grababan esas películas se empezaron a poner los cimientos de esta planta. De aquí ha salido la tecnología que se emplea en las centrales termosolares que generan el 4% de los kilowatios que consumimos al año.
Zarza y otros responsables de la PSA dimitieron hace más de un año por la situación agónica que atravesaba esta instalación puntera: de los 9 millones de presupuesto anual, tenían bloqueados seis millones de euros a principios de 2018 para investigación. El Gobierno de Mariano Rajoy había aprobado una nueva normativa para contener el gasto y luchar contra la corrupción. Se impuso entonces una figura de interventor en cada uno de los centros públicos (incluidos los dedicados a la investigación) para controlar hasta el último céntimo. En la práctica, mucho papeleo y largos tiempos de espera para tomar decisiones. La investigación empezó a agonizar.
“Los tiempos de la investigación son distintos”, asegura Zarza que sigue trabajando en la PSA. La frase la repite una y otra vez este ingeniero industrial. Ellos necesitan agilidad en los trámites pero la administración tarda meses en resolver sus solicitudes. “Estamos perdiendo la buena prensa, dejando colgados proyectos y devolviendo dinero”. Cuando un proyecto dura varios años, todo va a peor: “funcionamos como los Presupuestos Generales del Estado. Cada año hacen borrón y cuenta nueva. Y hay que volver a empezar con el papeleo”.
Zarza habla con voz firme pero pausada, muy seguro de lo que dice. Tiene todos los datos en la cabeza y, quizá por eso, se muestra más impotente: la burocracia mata a los investigadores, y hace que el dinero no llegue. “He perdido la esperanza de que esto cambie”, resume.
“Teníamos mucha ilusión cuando llegó Pedro Duque. Eliminó alguna parte del papeleo. Él lo intentó, pero al final tropezamos con Hacienda. Globalmente estamos peor”, insiste. "Deberían tratarnos como a las universidades, que pueden trabajar con planes plurianuales sin tener que hacer más papeleo una vez se aprueba un proyecto".
Ni siquiera cuando consiguen financiación fuera de España la situación mejora. Todo el dinero tiene que pasar por la ventanilla del Gobierno, no se hace ninguna distinción aunque venga de fuera. Zarza ha conseguido que este año Bruselas financie un proyecto para interconectar los centros europeos solares para facilitar el intercambio de ideas y proyectos. Una red virtual para compartir ensayos. “Empecé a tramitar el expediente en mayo. Todavía no ha salido la licitación. Si el Gobierno no lo aprueba antes de fin de año se perderán 200.000 euros... No nos quejamos de la falta de dinero. Ya lo buscamos en Europa. Pedimos normas sensatas que nos permitan ejecutar esos ingresos”.
Este investigador está cansado de las promesas de los políticos. “Son conscientes, pero no quieren solucionarlo. Nosotros no nos oponemos a rendir cuentas y justificar los gastos, pero esto que pasa en España en Europa no ocurre. Para el Gobierno nuestro presupuesto es una mota de polvo. Pero a nosotros nos hace mucho daño. Es dramático”.