Los planes estaban ya encima de la mesa: Europa quería ser verde y reducir sus emisiones de CO2. Pero 'la guerra de Putin', como dice Bruselas, obliga a acelerar a la máxima potencia posible. Solo hay una energía renovable que puede desplegarse de manera rápida, fácil y además con costes muy bajos: la solar. Es la gran apuesta de la Comisión Europea para los próximos tres años y junto al hidrógeno, la gran ganadora de la crisis energética provocada por Rusia.
"La energía solar es la parte que ha faltado hasta ahora y eso va a cambiar", aseguraba la comisaria europea Kadri Simson este miércoles durante la presentación del plan REPower EU. La estrategia es doblar la capacidad instalada de aquí a 2025, en tan solo tres años.
Sobre el papel, los objetivos para desplegar más renovables y ser menos dependientes energéticamente del exterior parecen perfectos. Sin embargo, la Comisión Europea reconoce que hay un "elefante en la habitación" del que se habla poco: los tiempos de tramitación.
"Es un tiempo que ahora no tenemos", reconocía Simson. La Comisión pretende agilizar el camino y reducir a un año en muchos casos los permisos. Una de las propuestas es delimitar claramente las zonas con bajo riesgo de impacto medioambiental. Esta idea aplicará a la solar y la eólica.
Pero en el caso de la fotovoltaica la activación se hará en múltiples dimensiones:
"La energía solar es especialmente adecuada para los desafíos energéticos a los que nos enfrentamos en este momento. La tecnología se puede implementar rápidamente y es asequible: los costes han disminuido un 82% en la última década", defendía Simson. En 2030, si se cumplen los objetivos, la energía solar será la mayor fuente de electricidad de la UE, "con más de la mitad procedente de los tejados".
España apostó fuerte por la fotovoltaica hace años prometiendo generosas primas para favorecer su despliegue. En poco tiempo el apetito inversor se multiplicó y se instalaron cientos de huertos solares, muchos más de los que planeó inicialmente el Gobierno. En 2008, éramos uno de los países del mundo con mayor potencia solar instalada. Pero entonces el 'boom' se frenó.
Entre 2009 y 2018 prácticamente no se aumentó la capacidad. En el sector hablan de "una década perdida". Pero en ese tiempo el coste de la solar se ha reducido drásticamente. "La fotovoltaica es la fuente de energía más competitiva económicamente, tanto entre las renovables como entre las demás", defiende la Unión Española Fotovoltaica (UNEF).
En una década ha pasado de ser la energía más cara a una de las más baratas junto a la eólica. En potencia instalada el viento duplica a la solar en nuestro país, aunque la que más está creciendo es la fotovoltaica: un 30% en 2021.
En el último año, con la enorme subida de los precios de la luz, se ha notado un impulso en las instalaciones de autoconsumo en los hogares. Los paneles solares se perciben de nuevo como una inversión rentable. Los bancos se suman a la financiación como nueva fuente de negocio y las ayudas europeas impulsarán todavía más el despliegue fotovoltaico a escala más pequeña.
El atasco administrativo también es un problema en España. "Esto es un hecho que reconocen en el ministerio y en las comunidades autónomas", explican fuentes del sector. Según datos recogidos por UNEF, hay 73.000 MW de energía solar solicitados hasta enero, el doble que de eólica. No todos se terminarán construyendo, pero de esa cantidad solo se han analizado 7.000 MW.
El nuevo 'boom' de la solar acaba de empezar y se extenderá masivamente a todo el territorio europeo para hacer frente a la guerra de Putin. "Es fácil calificar de ilusión o quimera la ambición de Europa de independizarse del gas ruso", concluía la Comisaria de Energía. "Va a ser difícil pero los beneficios económicos serán mayores que el coste a corto plazo".