Las imágenes muestran la peor cara de algunos turistas. Las propias trabajadoras de la limpieza muestran el aspecto que han dejado unos clientes en la habitación de un hotel de cuatro estrellas de Benidorm.
Basura, comida, bebida, todo tipo de desperdicios y esto es lo que han tenido que limpiar las camareras de piso del alojamiento.
Al abrir la puerta de la habitación la camarera de piso se encuentra un auténtico vertedero, en la mesa no cabe más basura, latas de refrescos, botellas de agua, briks de leche, bolsas. En el cuarto de baño hasta un plato con restos de comida.
Las kellys no solo lo denuncian por el nivel de suciedad, sino también por el poco tiempo que tienen para limpiar. “Diez minutos por cada habitación” y si el estado es este, ya se pueden ir despidiendo de salir a su hora.
Los hoteleros reconocen que esto ocurre sobre todo en verano, pero que no pueden sancionar a los turistas.
Esto también pasa en el alquiler de viviendas vacacionales, en un deprorable dejaron unos jóvenes una casa rural en A Coruña después de una fiesta. No quedaron en pie ni somieres ni sillas ni lámparas ni la vajilla.
Son ejemplos de comportamientos incívicos que nuestro sector turístico solo puede condenar.