En los salarios inciden multitud de aspectos, como el tipo de jornada, de contrato, la ocupación, la edad del trabajador, su antigüedad en el puesto, el tipo y el tamaño de la empresa, el sector económico en el que opera, etc.
Si queremos medir correctamente la diferencia salarial entre hombres y mujeres tenemos que tener en cuenta todos estos aspectos y evitar que afecten a los datos por tener mayor o menor peso en cada sexo.
Si obviamos las características del puesto de trabajo, la ganancia media anual de las mujeres fue un 21,9% inferior a la de los hombres según la última Encuesta de Estructura Salarial del INE. Pero, ¿es ésta realmente la brecha salarial de género o estamos obviando que las características de los puestos de trabajo afectan a los datos por tener mayor o menor peso en cada sexo?
Los datos de la encuesta del INE permiten elaborar supuestos laborales similares en términos de edad, ocupación, contrato y jornada. Es decir, podemos identificar perfiles que engloban a un elevado número de trabajadores y que permiten igualar (en gran parte) los aspectos que determinan sus salarios.
El perfil más común de la encuesta, que comprende al 4,2% del total de asalariados de España, es el de técnico/profesional de apoyo, con contrato indefinido, jornada a tiempo completo y con una edad comprendida entre 35 y 44 años.
La ganancia media de las mujeres para ese perfil es de 28.048 euros, un 17,0% menor que la de los hombres (33.783 euros).
Pero si se analizan otros perfiles laborales, la brecha oscila. Se amplía para los puestos directivos y se reduce para las ocupaciones relacionadas con la restauración y el comercio.
Es una realidad que las mujeres acceden a los puestos directivos en menor medida que los hombres. Independientemente del sector, en cualquier foto de gestores empresariales hay mayoría de varones. Y este desequilibrio también se produce en temas salariales.
Tres de cada cuatro directores/gerentes de 55 o más años, con contrato indefinido y jornada a tiempo parcial son hombres. Y ganan, de media, casi 67.000 euros al año.
Las mujeres directivas, en cambio, perciben un salario medio de 49.200 euros. La diferencia es de casi 17.800 euros, un 26,6% menos.
Trabajar en una oficina, sin atender al público, es otro perfil habitual en España. Si concretamos al grupo de oficinistas de 35 a 44 años, con contrato indefinido y jornada a tiempo completo, nos encontramos con que 60 de cada 100 son mujeres.
Pero este “dominio” femenino no tiene correlación con el salario ya que, para este puesto de trabajo, las mujeres ganan un 16,3% menos que los hombres. Una brecha similar a la que ya se ha comentado para el perfil más común.
En concreto, ganan 21.800 euros, frente a los 26.000 de los varones. Supone 4.000 euros menos al año.
La restauración y el comercio también son sectores con amplia presencia de trabajadoras. Pero, al contrario de lo que sucedía con el personal de oficina, la brecha salarial de género en estos sectores es inferior a la media.
De nuevo analizamos un perfil con amplia presencia en el mercado laboral de España. Se trata de personas que trabajan en servicios de restauración y comercio, de 35 a 44 años, con contrato fijo y jornada a tiempo parcial.
En este caso, la diferencia entre la ganancia media anual de las mujeres (10.730 euros) y la de los hombres (11.640 euros) es del 7,8%. La mitad de la que encontramos en el perfil más común o en el de oficinistas.
Ahora bien, si modificamos en este perfil el grupo de edad, y lo situamos en 25 a 34 años, los resultados son muy diferentes. La brecha salarial de género no es que se reduzca, se da la vuelta ya que las mujeres pasan a ganar más que los hombres.
En concreto el salario medio anual femenino (10.950 euros) es un 1,6% superior al masculino (menos de 10.780 euros).
Con sólo una variable cambiada, se ha pasado de ganar un 7,8% menos a un 1,6% más. Ello refleja la vulnerabilidad de los datos en los aspectos determinantes del salario de las personas.
Cuantificar la brecha salarial con un único resultado resulta incierto. En cualquier caso hay muchos supuestos en los que las mujeres cobran menos que los hombres al desempeñar un mismo puesto de trabajo y bajo las mismas condiciones. Y eso debe desaparecer.