El impuesto sobre el patrimonio (IP) es un tributo directo y general que grava la propiedad o posesión de algo y recae sobre su valor neto. Es una tasa que afrontan las personas físicas y es independiente del IRPF. Durante la crisis de 2008 lo eliminaron durante tres años. Los Presupuestos Generales del Estado 2021, presentados hoy por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su vicepresidente, Pablo Iglesias, prevén subir un 1% el IP a quienes tengan más de 10 millones de euros. Este impuesto en la última campaña de la Renta, la de 2019, afectó a unos de 200.000 contribuyentes en España.
El impuesto de patrimonios tiene aplicación de ámbito estatal. Su rendimiento, es decir, lo que el estado obtiene con esta tasa, es gestionado por las Comunidades Autónomas. No obstante, la gestión, liquidación, recaudación, inspección y revisión del impuesto corresponde al Estado. En tiempos de pandemia de coronavirus, son los Gobiernos regionales quienes deben tomar las decisiones en materia sanitaria –incluso bajo el nuevo estado de alarma- ya que las competencias están transferidas. Así el Ejecutivo sube un impuesto, que Unidas Podemos siempre ha querido aumentar, y cuya recaudación irá íntegra para las CCAA.
Este impuesto cuenta con unas exenciones a nivel nacional, que son: Exención de 300.000€ para la vivienda habitual del contribuyente y mínimo exento de 700.000€ tanto para los contribuyentes residentes como no residentes. Hay Comunidades que aumentan las exenciones al IP como Madrid, donde no se paga. En el resto de regiones se suele pagar entre el 0,2% y el 3% o más.
Los partidarios de este impuesto argumentan que es una forma de redistribuir la riqueza. Algo así ha dicho hoy el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, que ha hablado de “justicia fiscal” y que que paguen los que más tienen. Los detractores del IP dicen que puede empobrecer a los países por la expatriación de capitales.
Lo cierto es que en la Renta de 2019, la última presentada la pasada primavera, el IP afectó a 200.000 contribuyentes. La mayoría de personas están exentas de pagarlo porque no hay mucha persona física que tenga ahorrado más de 700.000 euros y tenga una vivienda de más de 300.000€.
En Francia se cobra el Impuesto de Solidaridad sobre la Fortuna, a partir de 1,3 millones de euros. En Italia hay dos impuestos a la riqueza. El IVIE o tasa del 0,76% sobre los activos reales fuera de Italia y el IVAFE, del 0.15% y se aplica a todos los activos financieros ubicados fuera del país. En Alemania no existe desde 2007.