¿Hipoteca fija, variable o mixta? Estas son las tres opciones que nos encontramos a la hora de pedir una hipoteca. Elegir una hipoteca con un tipo de interés u otro será clave para saber qué cuota mensual vamos a tener que pagar todos los meses y cuántos intereses tendremos que devolverle al banco por nuestro préstamo.
Lo más importante es conocer los diferentes tipos y analizar sus ventajas y desventajas en función de cada caso. En la actualidad, la hipoteca fija es la más demandada por los usuarios por su estabilidad; durante toda la vida del préstamo, el hipotecado siempre pagará la misma cuota. Esto hace que este tipo de hipoteca sea ideal para préstamos a 30 o 40 años y para compradores con un perfil más conservador que quieran pagar siempre lo mismo por su vivienda. Las entidades cuando ofrecen esta hipoteca suelen presentar al usuario un abanico de productos vinculados con bonificaciones en el tipo de interés, esto quiere decir que cuantas más vinculaciones se contraten (seguro de vida, seguro de hogar, planes de pensiones...) menor será el TIN del préstamo. “Las vinculaciones son siempre optativas, la entidad nunca podrá obligar al ciudadano a contratar unas u otras”, destaca el director de Hipotecas de iAhorro
El segundo tipo de hipoteca más común es la hipoteca variable. Hasta hace apenas un par de años, las hipotecas variables eran las reinas del mercado, sin embargo, en los últimos meses esta tendencia ha cambiado ante la posible subida del euríbor. Las hipotecas variables usan un índice de referencia, que en la mayoría de los casos es el euríbor, para calcular la cuota mensual a pagar al banco. Si el euríbor sube la cuota de la hipoteca se encarece y si el euríbor baja, la mensualidad también baja. Las mensualidades del préstamo se recalculan cada 6 o 12 meses dependiendo de lo que estipule el contrato hipotecario, aunque lo más habitual es que la revisión de la hipoteca sea anual. Esto quiere decir que cada año en el mes en el que se firmó el préstamo se vuelve a calcular la cuota de la hipoteca en función de como esté el euríbor en ese momento.
Desde febrero de 2016, el euríbor se mantiene en tasas negativas lo que significa que los hipotecados con préstamos variables se han beneficiado de cuotas más bajas. Pero claro, no sabemos lo que puede ocurrir en los próximos años por lo que este tipo de hipotecas son más recomendables para usuarios que toleren más el riesgo y quieran hipotecas con plazos cortos de unos 10 o 20 años. También suelen ser más habituales en los préstamos para segundas viviendas porque la cantidad financiada es menor y los plazos también.
“Para este año esperamos que el euríbor siga en negativo con pequeñas subidas y bajas, pero no creemos que llegue a cero. De todas maneras, todo dependerá de la política económica que siga el Banco Central Europeo”, apunta el director de Hipotecas de iAhorro.
Por último, quedan las hipotecas mixtas. Este tipo de préstamos combinan las modalidades de hipoteca fija y de hipoteca variable. Como norma general, la hipoteca se divide en dos tramos; el primer tramo es fijo y el segundo tramo variable. En los últimos 5 años, estas hipotecas han perdido su atractivo por la situación del euríbor. Con un euríbor tan bajo, este tipo de préstamos no era atractivo ni para los usuarios ni para los bancos que han decidido apostar durante este tiempo por las hipotecas fijas. Esta situación ha provocado que en la actualidad apenas se firman hipotecas mixtas. Sin embargo, “esta situación podría cambiar en el medio plazo si finalmente el euríbor cambia de tendencia y poco a poco empieza a acercarse a cero”, apunta Simone Colombelli.