“Es uno de los mejores momentos para firmar una hipoteca”. Son declaraciones de Simone Colombelli, director de hipotecas de iAhorro, ante la situación actual del sector. Si bien es cierto que en el último mes el euríbor ha aumentado hasta situarse en -0,477%, lo cierto es que esa subida aún no se ha traducido en las hipotecas, por lo tanto, es aconsejable aprovechar el momento.
¿Y qué hipoteca sería mejor? Las fijas siguen teniendo los tipos más bajos que nunca. Sin ir más lejos, entidades como EVO o Santander tienen hipotecas fijas con el TIN por debajo del 1,5%. Como este tipo de préstamo no está vinculado al euríbor el cliente conseguirá una cuota sumamente atractiva que le durará toda la vida del préstamo.
No es lo único que hay que tener en cuenta a la hora de pedir una hipoteca. Es importante que el usuario tenga claro cuál es su situación tanto personal como económica y que, en función de ambos factores, seleccione la mejor opción. Al fin y al cabo, no existe la hipoteca perfecta; hay que comparar para encontrar lo que a uno le conviene.
En estos momentos ha quedado claro que sería más adecuado adquirir una hipoteca fija que una variable, puesto que el euríbor está subiendo. No obstante, cuando los préstamos de tipo fijo empiecen a tener un TIN más alto será el momento de apostar por uno de tipo variable. El usuario debería firmar una hipoteca variable vinculada al euríbor siempre que el periodo de amortización sea breve (15 o 20 años) para que no le afecten demasiado las oscilaciones del indicador.
Tampoco hay que olvidarse de las vinculaciones. Los bancos suelen ofrecer varios productos como seguros, alarmas, tarjetas, cuentas, etc. a cambio de bajar los intereses de la hipoteca. Sin embargo, hay que saber encontrar el equilibrio adecuado: si una persona adquiere demasiadas vinculaciones puede acabar pagando más que si tuviera el interés un poco más alto y viceversa. Es importante calcular cuál será la cuota en ambos escenarios y elegir el que sea más conveniente.
¿Qué ocurre con el periodo de amortización? Las entidades suelen disponer de hipotecas de 15, 20, 25, 30 o, incluso, 40 años. Cuántos más años tarde un usuario en devolver el dinero al banco más intereses tendrá que pagar. Lo más habitual suelen ser 30 años, debido a que de esta forma el futuro propietario disfruta de una cuota que podrá afrontar cómodamente. Si se da el caso de que el cliente tiene la capacidad de asumir una mensualidad mayor puede acortarse el plazo para pagar menos intereses.
No hay que olvidar la existencia de las amortizaciones en este caso. Si lo que una persona quiere es quitarse la hipoteca cuanto antes, pero aún no tiene la capacidad para ello, puede adquirir un préstamo a 30 años y, cuando llegue el momento, realizar una amortización parcial para terminar de pagarla antes. Es importante tener en cuenta que, en algunos bancos, las amortizaciones parciales tienen comisión. La Ley del Crédito Inmobiliario de 2019 estipula una comisión máxima para las hipotecas fijas (2% durante los 10 primeros años y 1,5% después) y otra para las variables (0,25% como máximo durante los tres primeros años, 0,15% en el cuarto o quinto año y, a partir de ahí, el cliente estará exento de dicho pago).
No hay que olvidar que los bancos suelen decantarse por algunos perfiles, concretamente por aquellos que tienen un contrato indefinido. Eso no significa que los autónomos o las personas con otro tipo de situación laboral no puedan solicitar una hipoteca. La clave es que el futuro propietario demuestre su solvencia a través de sus nóminas, su historial crediticio, etc.
Asimismo, el Banco de España recomienda que la cuota de la hipoteca no suponga más del 20% del salario mensual. Eso significa que, si una persona cobra 2.000 euros, por ejemplo, no debería pagar más de 400 euros al mes por su hipoteca.
En definitiva, antes de empezar a mirar ofertas de los bancos es importante tener en cuenta qué es lo que necesitamos y si cumplimos las condiciones para conseguirlo. De esta forma aumentan las posibilidades de encontrar la hipoteca de nuestros sueños.