De cada tres pitillos que se echaban los españoles en 2008, ahora solo se fuma uno. La caída del consumo de cigarrillos ha sido espectacular en estos 12 años, del 66%.
En 2008 los españoles fumaron 55.900 millones de cigarrillos, con una media de 1.226 por persona, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2020 fueron menos de 19.500 millones, apenas 415 por cabeza.
En términos monetarios se ha pasado de un gasto de 7.162 millones de euros en pitillos en 2008 a un desembolso de 4.401 millones el año pasado.
El descenso ha sido también notorio en el consumo de cigarros puros. Frente a los 167 millones de euros de 2008, ahora los españoles gastan menos de la mitad en inhalar este tipo de humo, 75 millones.
En contraposición, en estos años se ha producido un notable aumento del consumo de tabaco en picadura y sus complementos. Los datos del INE muestran que el gasto en tabaco de liar, de pipa y en papel de fumar se ha disparado de 22 millones de euros a 506 millones en esos 12 años.
Si sumamos estas cantidades el resultado es que el gasto total en consumo de tabaco ha pasado de 7.350 a 4.983 millones de euros en ese periodo. Una caída de cerca de 2.400 millones, el 32%.
Un ahorro que no sólo alivia las cuentas de las familias, sino que, a la larga, supondrá también una menor carga para el sistema sanitario español, donde el tabaco es responsable de un buen número de enfermedades.
La caída del gasto en tabaco podría haber sido aún mayor si no fuera por la subida de precios experimentada en estos años.
Así, por ejemplo, el valor unitario actual es de 0,23 euros por cigarrillo, frente a los 0,13 euros de 2008. Un aumento de 10 céntimos que puede parecer pequeño, pero que en términos relativos alcanza el 77%.
Cada vez hay menos gente que fuma. Y, además, lo hace en menor medida que antes. Según datos de la Encuesta Europea de Salud, un 22% de los españoles fumaba en 2020. Y, de ellos, casi un 19% lo hacía de forma diaria.
En la encuesta realizada en 2009 el porcentaje de personas que consumía cigarrillos era del 30%. Y los que fumaban a diario superaban el 26%.
Sin embargo, si analizamos estos datos por edad observamos que mientras que el porcentaje de fumadores menores de 55 años mantiene una clara tendencia a la baja, el de los mayores de esa edad se ha incrementado.
En 2009 en torno al 30% de las personas de 25 a 54 años fumaba a diario. En 2020 este porcentaje ha bajado hasta el 25%.
Por el contrario, el 20% de las personas de 55 a 64 años fumaba diariamente en 2009, porcentaje que se elevó al 24% en 2020. Por encima de 65 años el porcentaje de fumadores habituales también ha crecido en estos años. Todo ello indica que existe mayor resistencia a dejar de echar humo entre los veteranos.
Algo similar sucede con los que consumen tabaco de forma ocasional. En todos los tramos de edad menores de 55 años el porcentaje de fumadores ha bajado entre uno y dos puntos, hasta situarse en el entorno del 3% de la población. Pero entre los de 55 y más años el porcentaje de fumadores ocasionales ha repuntado.
Esta tendencia también se da entre los que nunca han consumido tabaco. Desde 2009 el porcentaje de no fumadores ha subido en torno a 10 puntos en las personas de 24 a 54 años. Por el contrario, ha bajado ocho puntos entre los mayores de 55 años.
Hay menos mujeres que fuman a diario (el 16% del total, frente al 23% de los hombres). Pero ellos están siendo más enérgicos a la hora de dejarlo. Desde 2009 el porcentaje de fumadores habituales varones ha descendido ocho puntos, mientras que el de mujeres ha bajado cinco.
Un caso llamativo es el de las mujeres de 55 a 64 años. En la actualidad el 20% de ellas fuma a diario, frente al 13% que lo hacía en 2009. En el caso de los hombres, el 27% consume tabaco diariamente, pero este porcentaje apenas es un punto superior al de 2009.
Entre los que nunca han fumado el porcentaje de mujeres también es mayor que el de los hombres (65% frente a 46%). Pero mientras que el porcentaje de hombres ha bajado ocho puntos desde 2009, el de mujeres se ha reducido sólo cuatro.
El 22% de los españoles son ex fumadores. Y hay otro 56% que nunca han probado el tabaco. Esperemos que la suma de ambos porcentajes mantenga la tendencia al alza y supere el 78% de 2020, aunque dejar el cenicero sin colillas suponga menos ingresos vía impuestos para las arcas del Estado.