Avalancha de despidos temporales (y definitivos) en las empresas como consecuencia de la pandemia de coronavirus. Cientos de miles de trabajadores están perdiendo sus empleos como consecuencia del parón económico y productivo que vive el país y el conjunto de la economía mundial. El miedo a que el paro se convierta en definitivo preocupa a sindicatos, empresarios y Administración. Los despachos laboralistas están experimentando un constante aluvión de consultas y los economistas demandan un plan de choque al Estado para evitar que esta crisis sea aún más dañina para el mercado laboral que la de 2008.
Son pocos los sectores económicos que no se verán afectados por estos procedimientos de ajustes de plantilla. Las primeras estimaciones hablan de varios cientos de miles de despidos.
Los expedientes temporales de empleo (erte) tanto en las aerolíneas como en el sector hotelero y en las agencias de viajes podrían empezar a materializarse esta misma semana una vez que el Consejo de Ministros del martes apruebe, previsiblemente, la agilización del procedimiento.
La situación es extrema: se trata, con mucho, de la mayor crisis en la historia de la aviación, según el consejero delegado de la aerolínea finlandesa Finnair, Topi Manner, que podría costar al sector más de 100.000 millones de euros según la Asociación Internacional del Tráfico Aéreo (IATA, en inglés).
Además, la crisis podría llevar a la mayoría de las compañías del sector a quebrar a finales de mayo, según el Centro para la Aviación (CAPA), una entidad privada de análisis del sector, con sede en Sidney (Australia).
El grupo aéreo IAG -integrado por British Airways (BA), Iberia, Vueling y Aer Lingus y que prevé comprar Air Europa- ha comunicado este lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que reducirá su capacidad en un 75 % en abril y mayo y trabaja para presentar una propuesta de erte a los sindicatos en los próximos días, según fuentes sindicales.
Por su lado, el grupo Air France-KLM disminuirá su actividad entre un 70 % y un 90 % en los próximos dos meses. La francesa dejará en tierra toda su flota de aviones Airbus A380, de gran capacidad, y KLM hará lo mismo con todos sus Boeing 747, por lo que analizará con los sindicatos la implantación de la "actividad parcial".
El director general de KLM, Pieter Elbers, ya anunció el fin de semana que planea recortar entre 1.500 y 2.000 empleos, sobre un total de 34.000, y reducir la jornada laboral de pilotos y miembros de tripulación hasta en un 40 %.
La aerolínea irlandesa de bajo coste Ryanair prevé dejar en tierra la mayoría de su flota de aviones durante los próximos días y reducirá en un 80 % su capacidad durante abril y mayo, aunque no descarta parar toda la flota.
Al tiempo, está tomando "medidas inmediatas" para limitar los gastos operativos y mejorar la liquidez y para ello suspenderá nuevas contrataciones, hará despidos temporales y reducirá horas de trabajo y salarios.
La compañía de bajo coste noruega Norwegian, la tercera de bajo coste de Europa, cancelará el 85 % de sus vuelos y suspenderá temporalmente de empleo a 7.300 trabajadores, más de tres cuartas partes de la plantilla.
La estadounidense American Airlines, la primera del país por número de pasajeros, reducirá su capacidad internacional de largo recorrido en un 75 % a partir de este lunes y hasta el 6 de mayo por la baja demanda y las restricciones de vuelo ordenadas por la Administración Trump.
También Delta Air Lines anunció el viernes el recorte de capacidad más drástico de su historia, un 40 % en los próximos meses.
Scandinavian Airlines Systems (SAS), cuyos principales accionistas son los estados sueco y danés, anunció la cancelación temporal de la mayoría de sus vuelos, por lo que suspenderá de empleo a un máximo de 10.000 empleados, el 90 % de su plantilla.
También Finnair -cuyo principal accionista es el Estado finlandés- reducirá un 90 % su capacidad a partir del próximo 1 de abril, de modo que de los 12.000 vuelos mensuales que realiza habitualmente pasará a 1.600. Prevé despedir temporalmente y por turnos a la totalidad de su plantilla en Finlandia, más de 6.000 trabajadores.
Las tres alianzas mundiales de aerolíneas -Oneworld, SkyTeam y Star Alliance, que representan casi 60 empresas de todo el mundo y más de la mitad de la capacidad aérea mundial- han pedido este lunes la suspensión de los derechos de vuelo (slots) para toda la temporada de verano e instan a los operadores aeroportuarios a que rebajen sus tarifas de aterrizaje.
UGT y CCOO han reclamado al grupo hotelero Meliá que readmita e incorpore dentro del erte que se va tramitar a los 230 trabajadores de diferentes puntos de España que la compañía ha despedido por la baja ocupación hotelera como consecuencia del coronavirus.
Por su parte, la cadena hotelera Iberostar ha decidido cerrar de forma temporal hoteles en España y otros países, lo que le llevará a tomar medidas de suspensión temporal de la actividad laboral.
Fuentes sindicales han explicado a Efe que mañana está prevista una reunión con la cadena hotelera NH en la que “muy previsiblemente” se planteé un erte. El responsable de turismo y hostelería de CCOO, Gonzalo Fuentes, ha explicado a Efe que están en conversaciones con las distintas compañías para pactar los erte y ha pedido a las cadenas que no aprovechen la coyuntura para despedir a personal.
La Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) -que representa a más de 15.000 establecimientos- ha instado a sus asociados a dirigirse a la autoridad laboral para solicitar la tramitación de los erte por fuerza de causa mayor.
La crisis del coronavirus puede afectar a alrededor de 350.000 empleos en el sector turístico y de viajes, que a cierre de 2019 contaba con algo más de 2,7 millones de puestos de trabajo y representa algo más del 14 % del PIB español.
Se trata de una proyección de las cifras que maneja el Consejo Mundial de Turismo y Viajes (WTTC por sus siglas en inglés), que prevé que el sector perderá en torno a 50 millones de empleos en todo el mundo, entre el 12 y el 14 % de los puestos de trabajo de la industria turística y de viajes en su conjunto.
Así, el empleo del sector del turismo y viajes podría caer entre 320.000 y 375.000 personas en España como consecuencia del fuerte descenso de la actividad tras el cierre de establecimientos y la suspensión de vuelos procedentes de Europa en más de una cincuentena de países, que provocarán una oleada de expedientes temporales de regulación de empleo como los que ya han anunciado algunas compañías aéreas.
El peso del sector turístico y de viajes en España es algo mayor que en el mundo, ya que aquí representa un 14,6 % del PIB, según los datos del WTTC, más de cuatro puntos por encima del global.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística correspondientes a 2018, las últimas disponibles, sitúan el peso del turismo en el 12,3 % pero no incluyen los viajes (de negocios, de congresos...). La aportación ha crecido en 1,3 puntos porcentuales desde 2015, cuando se situaba en el 11 %.
El WTTC -una organización privada que reúne a más de 200 presidentes y consejeros delegados de las principales compañías de viajes y turismo de todo el mundo- calcula, además, que se van a cancelar el 25 % de todos los viajes previstos en el mundo para 2020, que es el equivalente a tres meses completos sin actividad.
Al cierre de 2019 había en España 3,046 millones de activos en el sector turístico, un 3,8 % más que un año antes, de los que 2,677 millones estaban ocupados (3,6 % más) y los 369.000 restantes (4,8 % más), en paro, según las cifras del INE.
En 2019 el empleo en el sector aumentó en 93.850 personas, un 3,6 % más que al cierre de 2018. Son, además, el 23,3 % de todos los puestos de trabajo que creó la economía española en 2019 (402.300), registro que difícilmente podrá repetirse en 2020.
A favor del sector juega el hecho de que esta crisis se produce en el primer trimestre, el momento más bajo de actividad del año, pero los distintos agentes dan ya por perdida la Semana Santa, que representa en torno a un 15 % de la facturación anual del sector.
Si la recuperación se produjera con cierta celeridad, todavía se podría salvar la campaña de verano, que se empieza a contratar en el segundo trimestre y que tiene su momento punta en el tercero, y que, en media, representa en torno a un 70 % de las ventas de ejercicio en el sector.
La Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV) calcula que de los 63.000 trabajadores del sector, cerca del 90 % quedarán incluidos erte o ere "si no se toman medidas inmediatas".
Las diecisiete plantas que suman los fabricantes de automoción en España -Volkswagen (Seat), PSA, Nissan, Ford, Mercedes-Benz e Iveco- han parado su actividad para evitar la extensión del coronavirus entre sus empleados y por las dificultades en el suministro de piezas y componentes que está provocando la pandemia.
La paralización de la actividad desencadenará una cascada de expedientes de regulación de empleo, en principio temporales, como los que ya han anunciado Seat en Barcelona, para casi 15.000 trabajadores; Volkswagen en Navarra, Iveco en Madrid o las cuatro plantas de Renault.
Según fuentes del sector de la automoción, que genera el 10 % del valor añadido bruto de la economía española, en estas fábricas trabajan en las cadenas de producción unas 66.000 personas, a las que hay que sumar otras más de 27.000 en departamentos como los de administración.
El cierre arrastra a su vez a concesionarios y fabricantes de componentes, sector éste último que en España suma más mil empresas, muchas de ellas pymes, que generan 230.100 puestos de trabajo directos y cerca de 1430.000 indirectos.
La compañía automovilística Seat, del grupo Volkswagen, anunció hoy que aplicará en los próximos días un erte temporal en la planta de Martorell (Barcelona), la más grande de España, con unos 15.000 empleados, y que, según fuentes sindicales, permanecerá cerrada entre cinco o seis semanas.
Además, Volkswagen ha puesto en marcha el proceso de solicitud de un erte para su planta de Lanbaden (Navarra), que cesó su actividad el domingo y emplea a unas 4.800 personas, por "causa de fuerza mayor" ante la falta de personal por el coronavirus y para garantizar la salud de los trabajadores.
El acuerdo, pactado a comienzos de mes en previsión de que el coronavirus afectara a la producción, "estará supeditado y será revisable en función de lo que establezca el Gobierno para esta situación".
El grupo francés PSA anunció este lunes el cierre progresivo de todas sus plantas de producción en Europa, incluidas las españolas de Madrid, Zaragoza y Vigo ante la aceleración del número de contagios, los problemas de aprovisionamiento y por la abrupta caída de las ventas de coches.
El cierre de la planta de Madrid se ha programado para hoy, la de Zaragoza parará el martes y el viernes lo hará la de Vigo. En todas, los procedimientos de cierre se harán en coordinación con los sindicatos, según la compañía.
Por su parte, Reanult, ha decido parar la producción y aplicar ertes en sus cuatro plantas en España, en las que emplea a más de 10.000 personas y que están ubicadas en Valladolid (2), Palencia y Sevilla.
Iveco ha cerrado su fábrica de Madrid (2.300 trabajadores), desde hoy "y hasta nuevo aviso" y ha puesto en marcha un erte que aprobó en diciembre y que tenía de plazo hasta junio para activarlo. Su planta de Valladolid (1.000 empleos) parará desde la tarde del lunes y hasta el miércoles, cuando se revisará la situación.
La planta del Mercedes-Benz en Vitoria, la fábrica más grande del País Vasco con unos 5.000 trabajadores, también ha parado este lunes su producción, sin que haya transcendido la duración ni las condiciones de la parada.
El domingo Ford cesó la producción en su planta de Amussafes (Valencia), que emplea a unas 7.000 personas. La compañía tenía previsto interrumpir la producción tres días, entre este miércoles y el próximo viernes, pero decido cerrar toda la semana tras confirmar tres casos positivos de Covid-19 entre los trabajadores en 24 horas.
En Nissan, la producción se encuentra prácticamente parada desde en Ávila y Barcelona (con paradas desde el viernes). Así, mañana sólo acudirá a la planta de la Zona Franca unos 100 de los 2.600 empleados con los que cuenta, según fuentes sindicales, que han apuntado que temen que mañana la compañía ponga sobre la mesa un ERTE.
Por su parte, Michelín ha optado por parar hoy y durante al menos ocho días en España, lo que afecta a sus fábricas de Lasarte (Guipúzcoa), Vitoria (Álava), Aranda de Duero (Burgos) y Valladolid, y el centro de experiencias de Almería.
Fuentes de Gestamp, el mayor fabricante de componentes de España, con 22 fábricas y 6.000 empleados en el país, han explicado a Efe que están adaptado su producción a las paradas de las plantas de muchos sus clientes y que no se descartan ertes.
Desde Grupo Antolín, segundo fabricante nacional de componentes, han explicado a Efe que han iniciado negociaciones con los sindicatos para adoptar medidas de flexibilidad con el objetivo de hacer frente a paradas de producción. Primero, se agotarán las medidas de flexibilidad interna antes de adoptar ertes en línea con lo que se negocie en el sector, han subrayado.
Por su parte, la alemana Bosch ha afirmado que a fecha de hoy, sus fábricas en España funcionan con relativa normalidad, ya que, aunque hay fabricantes de automóviles que han parado su producción, sus plantas suministran mayoritariamente al extranjero, principalmente en Europa.