Sonia Fernández-Vidal, física: "La creatividad y la ciencia van de la mano"
La tecnología cuántica está a la vuelta de la esquina
Hay que evitar la ignorancia sobre los avances científicos que son exponenciales
Los resultados de la investigación son a largo plazo y no interesan a los políticos
Sonia Fernández-Vidal (Barcelona, 1978) es la J.K. Rowling de la ciencia pero sus personajes, en vez de utilizar varitas mágicas y hechizos, tiran de física cuántica.
Doctora en física, investigadora en el acelerador de partículas del CERN, en el laboratorio estadounidense de Los Álamos y docente en la Universidad Autónoma de Barcelona, empresaria y escritora, acaba de publicar el punto y final a la trilogía ‘La puerta de los tres cerrojos’.
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Es la excusa para hablar de ciencia, investigación y educación con una científica humanista.
NIUS: Los físicos, ¿estáis de moda?
Sonia Fernández – Vidal: Sí que es cierto que en los últimos años ha habido un auge de la divulgación científica y en creo que los físicos jugamos un papel bastante privilegiado. Te pones a hablar de viajes a velocidades de la luz, de universos múltiples, de agujeros negros y quedas atrapado.
P. ¿Como docente has notado más vocaciones?
R. Es cierto que hay más vocaciones y en la universidad, la doble licenciatura de Física y Matemáticas tiene una nota de corte de las más altas. Tengo alumnos en primero de física que son los alumnos más brillantes de toda España.
P. Y usted es un poco responsable…
R. Me hace mucha ilusión cuando alguno de los alumnos viene con un libro viejo mío de la primera edición y me dice: que sepas que estoy estudiando porque leí ‘La puerta de los tres cerrojos’ en el instituto… Eso es una satisfacción
P. Esa trilogía, ¿es divulgación científica o literatura juvenil?
R. Cuando me propusieron escribir un libro de física cuántica pensé que ya los había muy buenos. Sin embargo, hay una gran mayoría de población que podría estar enamorada de la ciencia y que, simplemente, no se atreve a adentrarse en ella. Y aquí surgió la idea de ‘La puerta de los tres cerrojos’: escribir algo para niños, como una aventura.
P. ¿A los niños les cuesta mucho menos entender la física?
R. La física cuántica describe un mundo muy aintiintuitivo: que puedas estar en dos sitios, o vivo y muerto a la vez, que puedas atravesar paredes… cuanto más mayor eres, tus estructuras neuronales y tus creencias son más firmes. Los adultos tienen muchos bloqueos racionales y te dicen que esto es imposible. Los niños son mucho más flexibles, lo aceptan y van más allá.
Educar en el esfuerzo
P. Usted es una de las 100 personas más creativas según la revista Forbes.
R. La creatividad y la ciencia van de la mano. De hecho, los científicos somos unos exploradores natos. Nos movemos por territorios por los que nunca ha transitado nadie antes. Pero la creatividad nace de una estructura y una disciplina muy fuerte. La educación actual no potencia la creatividad.
P. ¿Cree que la educación debe potenciar la creatividad?
R. Creo que tenemos que prepararnos para la incertidumbre, pero yo me he reconciliado mucho con palabras como la disciplina y el esfuerzo. El esfuerzo de aprender a aprender se debería enseñar en los colegios porque esto te dará armas para desarrollarte en cualquier área que surja como nueva.
P. ¿Cree que hay que fomentar el esfuerzo?
R. Si te apasionas por algo, te esfuerzas para llegar pero no de manera inmediata. Hay que ser creativos, pero para crear hace falta mucho esfuerzo y disciplina.
P. Usted recurre a los mitos clásicos en sus libros, ¿hay que huir de la división entre ciencias y letras?
R. Es uno de los grandes dramas de la educación. Ha habido una gran escisión entre humanidades y ciencia. Nos estamos intentando especializar y tecnificar mucho olvidándonos del contexto. Tenemos que reconciliarlos. Separar ciencias y letras viene de la Edad Media, del Trivium y del Quadrivium y me parece fascinante que sigamos con esa mentalidad. Deberíamos volver a dar a la ciencia su lugar en la cultura.
El drama de investigar en España
P. ¿Hay que salir de España para investigar?
R. Es un drama. Tenemos una carencia tremenda en I+D+i. El déficit en innovación es de 20.000 millones de euros (datos de la confederación de sociedades científicas) tras los recortes que se iniciaron en 2009. Ahora invertimos menos en ciencia que hace diez años. Los recortes van a tener una repercusión no solo en los talentos que se nos marchan, sino también en la economía. Se cree que los países más ricos invierten en ciencia pero es al revés, los países son más ricos porque invierten en ciencia. En España es una asignatura pendiente que vamos a pagar muy cara.
Es un drama. Tenemos una carencia tremenda en I+D+i
P. Y las inversiones no dan resultado de manera inmediata.
R. Es a largo plazo. No son resultados a cuatro años y supongo que no le interesa a los políticos. Pero sabiendo datos como que los países más innovadores son los que gozan de mayor bienestar según Bloomberg, los políticos deberían ser consecuentes si quieren que nuestro país esté entre los diez países con mayor bienestar. Pero parece que sus decisiones no van por ahí. Por eso es importante una divulgación científica potente. Si los ciudadanos fuésemos conscientes de estos datos apretaríamos a nuestros políticos para que reaccionasen.
P. Hay gastos impopulares, como los de la carrera espacial.
R. En el proyecto Apolo, el Chase Econometrics (1975) calculó que por cada dólar invertido retornaron 14 dólares. La investigación se pagó a sí misma y con creces. Invertir en investigación espacial trae desarrollos y avances desconocidos que salen muy rentables.
El futuro de la ciencia
P. ¿Cuál será la próxima revolución científica?
R. Lo que ya está aquí es el ordenador cuántico de Google. Todo lo que son tecnologías cuánticas están a la vuelta de la esquina. De hecho, el FET Flagship es un proyecto de la Unión Europea para desarrollar tecnologías cuánticas y España debe empezar a plantearse si quiere subirse al carro o quedarse, una vez más, como observador de lo que otros países desarrollan.
P. ¿Cómo se explica la computación cuántica?
R. Es un sistema completamente distinto. Se utiliza el principio de superposición, es como tener un ordenador computando a la vez en múltiples universos en paralelo. Nos tenemos que olvidar de los ordenadores clásicos. En comunicación sería como comunicarse por señales de humo o tener un teléfono móvil. Por mucho que perfecciones las señales de humo no vamos a tener un teléfono.
P. ¿Qué aplicaciones tendrá?
R. Nos abrirá las puertas a obtener nuevos materiales, nuevos fármacos que podremos probar porque, por primera vez, podremos simular los átomos y cosas que ni imaginamos.
P. ¿Y en el campo de la física?
R. A nivel teórico, una de las grandes quimeras de la ciencia que tenemos que resolver es que los dos grandes campos de la física moderna, la física cuántica y la relatividad no se llevan bien. Si quisiésemos una teoría que nos hablase desde el átomo más pequeño hasta una estrella de lo más gigante, en una sola ecuación, no la tenemos. La tan deseada teoría unificada es la quimera de la ciencia. Quizá algún lector jovencito de Los tres cerrojos lo resuelva (risas).