¿Qué supone la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales?: entrará en vigor el próximo año
La idea es implementar de forma progresiva la reducción laboral para que esté plenamente vigente a finales de 2025
La normativa también incluye el derecho a la desconexión digital y endurece las sanciones por abusos en los horarios
Así será el registro de la jornada laboral: multas más duras y acceso en tiempo real a los inspectores de Trabajo
La jornada laboral de 40 horas a la semana, vigente desde el año 1983, cuando gobernaba Felipe González, podría pasar en breve a la historia, para dar paso a las 37,5 horas semanales, tras la rúbrica este viernes del acuerdo alcanzado entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT).
A pesar del contundente rechazo de la patronal a reducir la jornada, el pacto suscrito por la vicepresidenta segunda del Ejecutivo y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y los secretarios generales de CCOO, Unai Sordo, y de UGT, Pepe Álvarez, comienza a dar forma a un compromiso recogido en el acuerdo de Gobierno.
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La intención de Trabajo, una vez firmado el acuerdo, es acelerar la tramitación parlamentaria de una modificación en el Estatuto de los Trabajadores. Un cambio para el que Yolanda Díaz, que ha chocado con el PSOE sobre los plazos de aplicación, tiene que conseguir los apoyos suficientes.
¿Cuándo entrará en vigor la reducción laboral?
La jornada laboral en estos momentos, que se distribuye en 8 horas diarias durante cinco días a la semana, se reduciría a 7,5 horas diarias, lo que supone una disminución de 2,5 horas semanales.
La reducción laboral no será efectiva desde este mes de enero, como inicialmente (y es que las negociaciones comenzaron hace 11 meses) se había anunciado. No obstante, la idea es que se implemente de forma progresiva para que esté plenamente vigente el 31 de diciembre de 2025.
De este modo, dicho retraso en cuanto a la entrada en vigor permitirá a las empresas reestructurar su organización y adaptar los convenios colectivos puesto que los mismos se deberán ajustar a las jornadas de acuerdo con la nueva normativa, sin sobrepasar los límites marcados por la ley.
La reforma incluye el derecho a la desconexión digital, endurece las sanciones por abusos en los horarios y obliga a las compañías a que el registro se realice vía telemática. Este último debe ser accesible en tiempo real para las inspecciones laborales y guardado por las empresas durante un periodo de cuatro años.
¿A qué trabajadores influye y cómo afecta al salario?
La posible implantación de la jornada de 37,5 horas semanales beneficiaría a los empleados ayudándoles a conciliar su vida laboral con el ámbito familiar. Desde Trabajo se defiende que, reduciendo el estrés y el cansancio, también mejora la productividad.
Como la reducción se va a establecer mediante una modificación del artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores, beneficiará a todo tipo de personas en activo, no sólo a quienes se encuentren adscritas a un convenio colectivo.
La propuesta de Trabajo podría beneficiar positivamente a unos 12 millones de empleados del sector privado. Para un trabajador, la reducción de la jornada laboral será siempre beneficiosa, más aún cuando hablamos de menos tiempo de trabajo efectivo sin reducción salarial.
Tampoco repercutirá en el salario mínimo interprofesional (SMI) que, como ya avanzó Yolanda Díaz, repuntará como mínimo lo mismo que lo haga el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Actualmente, se encuentra en 1.134 euros por catorce pagas.
Por último, destacar que en cuanto a las personas con contratos a tiempo parcial, el acuerdo plantea que tengan derecho a mantener sus horarios sin cobrar menos, es decir, que en la práctica aumentará el valor por cada hora trabajada.
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