Cuando un trabajador en España sufre un accidente fuera de su entorno laboral y se ve obligado a coger una baja médica, entra en juego un sistema de prestaciones que busca protegerlo financieramente durante su recuperación. Este tipo de baja se conoce como incapacidad temporal por accidente no laboral. La cuantía de la prestación que recibirá el trabajador está directamente relacionada con su base reguladora y el tiempo que dure la baja, y depende también de factores como el convenio colectivo aplicable y las normativas de la Seguridad Social.
Un accidente no laboral es cualquier lesión o dolencia que no ocurra en el lugar de trabajo o durante el desempeño de actividades profesionales. Esto incluye accidentes domésticos, de tráfico o cualquier otra situación fuera del ámbito laboral. A diferencia de los accidentes laborales, que gozan de una mayor cobertura desde el primer día de la baja, los accidentes no laborales tienen un esquema de prestaciones algo diferente.
El cálculo de la prestación por incapacidad temporal en estos casos depende de la base reguladora del trabajador, que es la media de las bases de cotización del mes anterior a la baja, excluyendo pagas extra, y se multiplica por los días del mes. A partir de esta base reguladora, se determinan los porcentajes que recibirá el trabajador en los distintos períodos de la baja:
Para poder recibir esta prestación, el trabajador debe estar dado de alta en la Seguridad Social y, en el caso de una enfermedad común o un accidente no laboral, se requiere haber cotizado al menos 180 días en los cinco años anteriores. Sin embargo, para accidentes laborales o enfermedades profesionales no es necesario cumplir con un periodo mínimo de cotización.
La baja por un accidente no laboral puede durar un máximo de 365 días. No obstante, si después de ese tiempo el trabajador aún no está en condiciones de reincorporarse a su puesto, se puede prolongar la baja por 180 días adicionales. Si tras estos 545 días (18 meses) el trabajador no se ha recuperado, la Seguridad Social evaluará la posibilidad de conceder una incapacidad permanente, que implica un cambio significativo en las prestaciones recibidas.
En el caso de accidentes laborales o enfermedades profesionales, el trabajador recibe el 75% de la base reguladora desde el primer día de la baja. Además, en algunos convenios colectivos, la empresa puede estar obligada a complementar el salario hasta llegar al 100% del salario del trabajador, algo que rara vez ocurre en bajas por accidente no laboral.