Cómo saber si sale a pagar o devolver en la Declaración de la Renta 2021
Cuanto más compleja sea tu percepción de ingresos, más difícil será saber de antemano si tu declaración saldrá a devolver o a ingresar
A la base liquidable se le restan determinadas cantidades relacionadas con las circunstancias personales del contribuyente
La cosa se complica cuando tenemos distintos pagadores y cada uno nos retiene en función de lo que nos paga anualmente
La campaña de la Renta 2021, correspondiente a los ingresos generados durante 2020, acaba de dar comienzo y, con ella, reaparece la duda más frecuente entre miles de ciudadanos cada vez que toca enfrentarse a este trámite con Hacienda. ¿Cómo saber si la declaración saldrá a pagar o a devolver? ¿Puedo hacer algo para evitar tener que desembolsar más dinero a la Agencia Tributaria?
Renta 2021: ¿Cómo saber si sale a devolver o a pagar a Hacienda?
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Saber si tu declaración de la renta saldrá a devolver o a pagar no es fácil: el resultado final depende de múltiples factores y lo normal es que solo lo descubras una vez rellenados todos los puntos clave de tu declaración. Con todo, es importante saber que existen determinadas casillas clave que pueden ayudarte a ahorrar dinero. En general, cuanto más compleja sea tu situación (ingresos diversos, aplicación de distintas deducciones y reducciones, ‘picos’ de ingreso extra...), más complicado será saber cuál será tu factura final del ejercicio correspondiente.
Hay que saber que lo habitual es que, cuando contemos con un solo pagador (normalmente una empresa de la que recibimos una nómina), ésta retenga cada mes una cantidad en concepto de IRPF que se corresponda con el sueldo que recibimos. Así, siempre que no recibamos otros ingresos, lo normal será que la declaración muestre un resultado ‘en tablas’ o, en cualquier caso, muy ajustado a la realidad de la suma que nos toca pagar, e incluso a devolver (por aplicación, por ejemplo de mínimos personales, etc. a la base liquidable).
La cosa se complica cuando tenemos distintos pagadores y cada uno nos retiene en función de lo que nos paga anualmente: la suma de todos esos ingresos puede provocar que cambiemos de tramo y que deba aplicarse un porcentaje más elevado a determinadas sumas de dinero. Por tanto, para evitar sustos es preferible que cada empresario lleve a cabo una retención algo mayor para ajustar tu situación a la realidad en la mayor medida posible.
Si, además, percibes otro tipo de rentas (por arrendamientos, por rendimientos de capital...), el ajuste se vuelve más complicado. Hay que tener en cuenta que existen otras rentas que se tienen en cuenta a la hora de calcular el IRPF, tales como las obtenidas de un alquiler o una compraventa de vivienda, los beneficios por la venta de acciones, una pensión pública, cualquier inversión, un premio, el dinero fruto de una indemnización...
Así, y de forma esquemática, el resultado de tu declaración de la renta dependerá de la suma de tus rendimientos de trabajo, pero también de los rendimientos del ahorro (inversiones). A estos rendimientos se les pueden aplicar distintas reducciones (por ejemplo, en los del trabajo, existen reducciones por invertir en planes de pensiones). A la suma de estos rendimientos una vez aplicadas las correspondientes reducciones se le restan, por otro lado, determinadas cantidades relacionadas con las circunstancias personales de cada contribuyente (mínimo personal, hijos, personas a cargo…). El resultado es la base liquidable y, sobre ella, se aplican los distintos tramos del IRPF.
La cantidad que debas a Hacienda será el resultado de esta operación, de modo que, si concuerda con lo que has ido abonando a lo largo del ejercicio, no tendrás que pagar nada ni recibirás nada del Fisco. En caso de que hayas pagado menos de lo que debes, la declaración saldrá a pagar y, por último, cuando hayas pagado más de la cuenta, Hacienda tendrá que devolverte la diferencia.
Por último, ten en cuenta que, dado que tu declaración de la Renta saldrá a devolver o a pagar en función única y exclusivamente de tus circunstancias económicas durante el ejercicio anterior y de todas las deducciones, reducciones... que puedas aplicar a tu caso, es muy importante tener pleno conocimiento de todo ello, siendo conveniente en determinados casos acudir a un asesor fiscal que domine la materia, tanto a nivel estatal como autonómico.