Ni la luz más cara de la historia parece frenar las ganas de una Navidad bajo sus tradicionales luces. El alcalde de Vigo ya las instaló en pleno verano, pero este año se le han adelantado: Alameda, en Málaga, se ha convertido en el primer municipio europeo en inaugurar su alumbrado navideño. El objetivo es incrementar las compras de los locales del pueblo y el turismo, una estrategia muy llamativa teniendo en cuenta el llamado ‘tarifazo eléctrico’.
Conscientes de lo que puede suponer para su bolsillo, se las han ingeniado para reducir costes: “Desde hace varios años hemos puesto unas plata fotovoltaicas que generan aproximadamente unos 5 kilovatios”, explica José García, alcalde de Alameda.
Puede ser una solución, incluso, para ciudades como Vigo, donde han hecho de ellas su bandera: “No van a alcanzarnos nunca, Abel es el mejor para esto de las luces”, subraya un vecino, en referencia a Abel Caballero, el alcalde de Vigo.
Con la energía en máximos históricos, el debate está servido un año más, y esta vez con todavía más argumentos. Muchos piden cautela: "Que haya Navidad, que haya luces, pero no de forma excesiva", pide un ciudadano en Sevilla.
El alumbrado navideño incentiva el turismo y empujan la economía local, algo bien sabido en distintas capitales, donde las luces, no obstante, dividen a quienes quieren mantener una tradición intacta y quienes lo ven con más recelo. Sin embargo, después de una pandemia y otro año turbulento, nadie quiere pasar unas Navidades a oscuras.