La campaña de la Renta 2021 ya ha comenzado y millones de españoles se preparan para hacer frente a su cita anual con Hacienda, con el mismo temor de siempre: ¿me tocará a devolver o a pagar? Esta respuesta dependerá de múltiples factores y lo mejor es que, si tu renta es compleja o percibes ingresos de distintos lugares, así como si cuentas con distintas bonificaciones aplicables, te asesores antes del cierre de cada año para tomar decisiones que reduzcan tu factura fiscal. En el caso de los hijos, ¿cómo influye tenerlos en tu IRPF? ¿Cuánto me puedo desgravar en la Renta si tengo un hijo?
Tener descendencia es algo que el Estado trata de 'premiar' de distintas maneras, ofreciendo beneficios fiscales y ayudas de diferente índole. Por ejemplo, en el caso del IRPF, tener hijos supondrá una 'rebaja' en nuestra base imponible, con la consecuente rebaja en nuestra factura con Hacienda (o incremento de la suma que el Fisco debe devolvernos).
Se trata así de compensar a padres y madres por el esfuerzo extra que supone formar una familia para el presupuesto familiar. De ahí que los hijos desgraven en la declaración de la renta, entre otras cosas, bajo la forma de reducciones en la base imponible el IRPF, pero también de deducciones directas.
Tal y como recuerda ING, si tienes descendientes a cargo, tu mínimo personal y familiar exento (es decir, la parte de tus ingresos que se libra de tributar por IRPF) aumentará, con el resultado de un menor tipo impositivo general.
Así, si tienes un hijo, la reducción será de 2.400 euros, mientras que ascenderá a 2.700 si tienes dos hijos, a 4.000 si tienes tres hijos y a 4.500 si tienes cuatro o más hijos. Si un descendiente es menor de 3 años, podrás sumar una reducción de 2.800 euros adicionales. La suma correspondiente debe restarse a tus ingresos totales, reduciéndose así tu base imponible, que es la cifra a la que se aplican los porcentajes de tributación correspondientes, siempre tramo a tramo.
Además, en caso de fallecimiento de un descendiente durante el pasado año, habrá una reducción de 1.836 euros y, además, ese descendiente no se tendrá en cuenta para calcular el mínimo correspondiente al resto.
En caso de hijos con algún grado de discapacidad, tendrás derecho a un mínimo adicional por discapacidad del descendiente: si es igual o inferior al 33 por ciento, descontarás 3.000 euros, suma que llegará a los 9.000 euros si la discapacidad es igual o superior al 65 por ciento. Si es necesaria ayuda de terceras personas o existe movilidad reducida, sumarás 3.000 euros adicionales.
Por último, ten en cuenta que, en caso de declaraciones individuales de cada progenitor, estas cantidades deberán prorratearse al 50 por ciento para cada uno.
En cuanto a la edad hasta la que es posible la reducción por hijo, dependerá de si los hijos viven con sus padres y son económicamente dependientes. Otro criterio es la edad, siendo el tope los 25 años, excepto en el caso de discapacidad superior al 33 por ciento. Eso sí, es imprescindible que el descendiente no haya obtenido rentas superiores a 8.000 euros anuales o haya presentado una declaración de IRPF de forma independiente con rentas superiores a 1.800 euros.
Además, las mujeres trabajadoras tienen derecho a una deducción por maternidad de 100 euros al mes por cada hijo menor de tres años. Del mismo modo, el cheque guardería para madres trabajadoras permite a la madres que trabajan deducir hasta 1.000 euros anuales para gastos de guardería de niños hasta los 3 años de edad. Ello se aplica en forma de minoración de la cuota diferencial en la declaración de la renta.
Existen otras deducciones, como la deducción por familia numerosa (1.200 euros al año), la deducción por familia numerosa de categoría especial (2.400 euros al año), la deducción por familia monoparental con dos o más hijos a cargo (1.200 euros al año) o por cada descendiente o ascendiente a cargo con discapacidad (1.200 euros al año).
Si, por ejemplo, se da el caso de una familia numerosa con un hijo con discapacidad, ambas deducciones se sumarán. Además, se aplicarán proporcionalmente al número de meses en los que se cumplieran los requisitos durante el ejercicio de que se trate. Todas estas deducciones (incluida la de maternidad) se pueden cobrar por anticipado.
Por último, no olvides que cada comunidad autónoma puede ofrecer ayudas y deducciones complementarias: lo mejor es consultar antes de presentar tu declaración de la Renta. Ten en cuenta también que, una vez tengas clara cuál es tu base liquidable (es decir, la cuantía a la que se aplicarán los distintos tramos del IRPF), jamás pagarás un único porcentaje por la suma completa, sino que habrá que dividir tu base liquidable en distintos tramos, tributando cada uno por el porcentaje que le corresponda.