Cuánto debes facturar para ganar 1.000 euros si eres autónomo
Ser autónomo implica hacer frente a distintos costes fijos: la cuota de la Seguridad Social es uno de ellos
IRPF, asesoría, Internet, teléfono, oficina... son gastos que debe valorarse para calcular tu beneficio neto
Ser autónomo tiene muchas ventajas: mayor libertad, ser tu propio jefe... pero también existe un amplio margen de incertidumbre que debes saber manejar para que tanto vaivén no acabe contigo. Quizás una de las primeras cosas que debes tener clara es cuánto dinero necesitas ganar para ser autónomo y poder vivir dignamente. Por ejemplo, una duda frecuente es cuánto facturar para ganar 1.000 euros como autónomo, una suma orientativa que, aunque puede no ser suficiente para sufragar tus gastos, te servirá como marco para estudiar tus posibilidades.
¿Cuánto dinero necesitas ganar para ser autónomo (y vivir de ello)?
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El gasto más claro y evidente que deberás llevar a cabo siendo autónomo es el desembolso de la cuota de la Seguridad Social, que deberás abonar religiosamente cada mes mientras permanezcas de alta en este régimen. Si optas por pagar la cuota mínima, esta suma ascenderá a 286,15 euros al mes para una base de cotización de 944,40 euros.
Normalmente los autónomos optan por esta base de cotización de forma mayoritaria (más del 90 por ciento de ellos), aunque es aconsejable aumentarla, especialmente cuando se acerque la fecha de tu jubilación (por ejemplo, a partir de los 45 años).
Además, a tu facturación bruta se le descontará el porcentaje correspondiente en concepto de Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Por ejemplo, en el caso de pintores, escultores, ceramistas, artesanos, grabadores y artistas similares, según la categorización del listado del Impuesto de Actividades Económicas (IAE), la retención será de un 15 por ciento. Deberás consultar tu caso concreto para saber qué cantidad real se te ingresará con el pago de tus facturas.
Otro impuesto clave es el IVA aunque, en realidad, este tributo no debería influir en tu facturación porque es al cliente final a quien le corresponde asumirlo: tu labor es simplemente la de recaudador intermediario, recolectando las sumas que correspondan e ingresándolas en Hacienda cuando llegue el momento.
Además, existen otros gastos variables que normalmente deberás abonar mes a mes, como los de asesoría (dependerán de lo complicada que sea tu contabilidad), Internet, teléfono, transporte, oficina o coworking... También posibles inversiones en equipo informático, material de oficina, etc., gastos que, al estar relacionados con tu actividad, normalmente podrás deducirte en tu declaración de la Renta.
Por tanto, y suponiendo que tan solo debas descontar de tu sueldo tu cuota de autónomos y tu retención por IRPF (siguiendo con el ejemplo anterior, del 15 por ciento), deberías ingresar alrededor de 1.500 euros brutos para contar con 1.000 euros netos al mes. Si, por ejemplo, tienes unos gastos fijos (Internet, teléfono y asesoría) de 150 euros, deberías ingresar 1.650 euros para alcanzar la misma cantidad ‘limpia’ mensual, que sería tu beneficio neto, y así sucesivamente.
Afortunadamente, muchos nuevos autónomos pueden acogerse a la tarifa plana de (normalmente) 60 euros al mes, que te permitirá ahorrar una gran suma de dinero durante tus primeros pasos como profesional independiente. Si cumples con los requisitos que marca la ley, esta tarifa se te aplicará durante los primeros 12 meses. Entre los meses 13 y 18 la reducción pasará al 50 por ciento de la cuota elegida (quedando una cuota de alrededor de 142 euros para la base de cotización mínima) y, desde el mes 18 al 24, la rebaja descenderá hasta el 30 por ciento (pagarás una cuota de unos 195 euros aproximadamente).