Mover dinero de una cuenta a otra es algo cada vez más sencillo: Bizum, transferencias con el móvil, transferencias vía web... Acudir a las oficinas bancarias es cada vez menos frecuente, pero realizar ingresos en efectivo a través de cajeros es todavía una práctica viable.
Eso sí, el hecho de que la procedencia de este dinero pueda no estar clara hará que las alertas de Hacienda se disparen con mayor facilidad y que lo tengamos un poco más difícil a la hora de probar su procedencia en caso de que nos sea requerido. Lo primero que debes conocer para evitar problemas con la Agencia Tributaria es cuánto dinero en efectivo se puede ingresar desde un cajero.
Ingresar dinero en una cuenta a través de un cajero es posible y, en principio, no existe límite legal alguno, si bien la propia entidad estará obligada a indicar la cantidad ingresada y el motivo de este movimiento a Hacienda cuando se superen los 3.000 euros.
Del mismo modo, el Fisco podrá interesarse por este tipo de movimientos cuando superen los 500 euros, ya sea vía ingreso o vía transferencia bancaria. Sin embargo, si movemos cantidades más pequeñas, como 50, 100 o 200 euros, lo normal es que no se analice la naturaleza de este movimiento.
Y es que hay que tener en cuenta que, en principio, cualquier dinero 'regalado' a otra persona es considerado una donación que debería tributar y ser declarada, independientemente de que, por el grado de parentesco, pueda quedar exenta o tributar por una cantidad mínima. Otra cosa es que Hacienda haga la 'vista gorda' con los pequeños regalos o ayudas (un regalo de boda o de cumpleaños, una entrega de dinero de padres a hijos...).
Además, Hacienda también trata de controlar posibles casos de fraude fiscal o incluso movimientos de dinero procedentes de la comisión de delitos (blanqueo de capitales). Por eso los movimientos de dinero en efectivo suelen ser más sospechosos.
La misma lógica ha hecho que, desde el pasado verano de 2021, los pagos en efectivo se limiten a un tope de 1.000 euros, frente al límite máximo de 2.500 euros que existía anteriormente. Así, en ningún caso se permite pagar en efectivo por encima de este importe, ni tampoco mediante cheque bancario, al portador o papel moneda, cuando una de las partes sea empresario o profesional.
Los billetes de 500 euros también levantan sospechas y su uso es especialmente vigilado por la Agencia Tributara. Por todos estos motivos, hay que tener cuidado si elegimos sacar el dinero de nuestra cuenta bancaria para guardarlo 'bajo el colchón': si más adelante decidimos ingresarlo en nuestra cuenta, será más difícil probar su origen y Hacienda podría llegar a considerar estos ingresos como ganancias patrimoniales no justificadas.
Si esto ocurriera, tributaríamos dos veces por ellos: una cuando recibimos este ingreso por primera vez (por ejemplo, en forma de salario) y otra en el ejercicio en que volvamos a ingresar esta suma en el banco. Recuerda que la carga de la prueba del orden de cualquier cantidad recae en el contribuyente.