A la hora de contratar una tarifa eléctrica es importante tener en cuenta una serie de condicionantes, aunque el ahorro es en lo principal en lo que nos fijamos. También habrá que ver la eficiencia energética de los dispositivos, las horas de mayor actividad y en qué se gasta más energía.
Dentro del hogar existen muchos recursos a nuestra disposición y, en concreto, los electrodomésticos suponen el 55,2% del consumo doméstico. Si se logra identificar cuáles son los que más gastan se podrá minimizar el consumo de electricidad y fomentar el consumo responsable, a la par que cambiar de hábitos y apostar por el aislamiento de la vivienda.
En concreto, diferentes estudios prueban que televisores y consolas representan el 12% del consumo eléctrico (263 kWh anuales según la OCU). Le siguen lavadoras y secadoras con un 11% y en tercer lugar los hornos, con un 8%.
Por el contrario, el electrodoméstico que menos energía consume es el frigorífico (su consumo anual alcanza los 662 kWh de media según la OCU y los datos del IDAE señalan que la electricidad consumida por este aparato representa en torno a un 30% del total de la empleada por el conjunto de electrodomésticos del hogar). Le sigue los ordenadores con un 8% y los asistentes de voz con un 4%.
Al contratar una tarifa eléctrica, se podrá optar por un contrato de mercado regulado o por uno de mercado libre. Independientemente del mercado por el que se opte, habrá que tener en cuenta el tope del gas o excepción ibérica, una medida gubernamental con la que se busca reducir considerablemente el coste de las facturas de luz.
En el mercado regulado aparecen las tarifas con precios determinados por el Ministerio tras una subasta en el pool eléctricos. Estas tarifas solo son ofertadas por grandes compañías, siendo ésta la tarifa PVPC (Precio Voluntario al Pequeño Consumidor), con bono social o con precio regulado. En la tarifa única regulada el consumidor se ve obligado a estar pendiente del precio de la luz a diario.
El mercado libre es el más común y es el que la mayoría de los hogares tienen contratados. No hay que olvidar que el mercado libre permite disfrutar de estabilidad en los precios, con opciones de precios fijos que no requieren revisar constantemente el precio de la luz, y acceso a promociones y descuentos adicionales.
La PVPC está registrando un precio medio de 0,1833 €/kWh, mientras que la tarifa de mercado libre más barata registra un precio de 0,1149 €/kWh. Y es que la tarifa PVPC oferta un total de 24 precios diarios, con discriminación horaria en tres periodos para el consumo (punta, llano y valle) y dos periodos para la potencia (punta y valle).
En la tarifa regulada, los precios diarios de la luz se publican a partir de las 20:15 horas de cada día, siempre en base a la oferta y la demanda. A esos importes se le suman los costes regulados por el Gobierno un pequeño margen económico destinado a la comercializadora contratada. Es la única que permite el bono social de luz y está disponible para suministros con nivel de potencia contratado inferior o igual a 10 kW.
En la tarifa de mercado libre, pueden contratarse con diferentes compañías. Los usuarios pueden elegir entre una amplia diversidad de ofertas, encontrando descuentos y promociones por potencia contratada, así como servicios de mantenimiento adicionales.
Al margen de la tarifa PVPC, podemos encontrar tarifas de luz por horas o indexadas. Los importes variarán en función de la demanda. Los márgenes de comercialización varían, ya que en el mercado libre suelen ser una cuota fija mensual o de sobre consumo. También cambia la potencia, ya que muchas compañías del mercado libre ofertan este término a un precio menor que la PVPC. Aquí eliminan márgenes de comercialización.
Las tarifas de luz con precio fijo, a precio estable o con discriminación horaria, presentan el mismo importe de la energía durante los doce meses que durase el contrato.
En las tarifas con precio estable, presentan el mismo precio del kWh durante todo el día. Está pensada para las personas que no quieren preocuparse del momento en que consumen, por ejemplo, para personas que teletrabajan en casa, amas de casa o personas mayores. No obstante, el precio de la potencia tendrá dos periodos de discriminación (punta y valle).
Las tarifas con discriminación horaria son las más empleadas por las familias de clase media en España. Están pensadas para facturar tres precios de energía en función del periodo en el que se efectuase el consumo (punta, llano o valle). La potencia tendría dos periodos diferenciados (punta y valle).
Cada usuario debe analizar cuáles son los electrodomésticos que más emplea y qué tarifa le conviene más en función del tiempo que pasa en casa para intentar amortizar el ahorro al máximo y obtener un elevado rendimiento energético sin sobrecostes innecesarios.
Una alternativa podría ser apostar por luces led, capaces de reducir hasta un 85% el gasto eléctrico. Un dato revelador, ya que la iluminación puede representar hasta el 15% del total de la factura.
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