Tener una hija sale más barato: así varía el gasto familiar en función del sexo

En el primer semestre del año hubo en España 440 nacimientos más que en el año 2023, pero la tendencia es decreciente porque se contabilizaron 52.173 alumbramientos menos que en 2014. El año pasado la natalidad registró la cifra más baja desde el comienzo de la serie histórica, en 1941. Por quinto año consecutivo se registró un mínimo. Cada vez nacen menos niños y la situación socioeconómica influye. Tener descendencia cuesta más de 300.000 euros, si la emancipación se produce a los 31 años. El coste de tener un hijo ha aumentado en más del 50% desde hace dos décadas, aunque criar a una mujer resulta más barato que sacar adelante a un varón porque la tendencia es que se emancipe antes. Son datos de la plataforma Raisin, que ha analizado esta realidad social.

En el caso de una fémina el gasto es de 324.894 euros, pero en el de un varón es de 334.343, aunque la edad a la que se logra la independencia ha aumentado en ambos casos. La media entre ellas se sitúa en los 29,4 años, 0,6 puntos más que en 2022. Ellos dejan el hogar familiar a los 31,3. En 2002 tener un hijo era bastante más económico que en la actualidad. Esto se debe, según Raisin, a que las dinámicas familiares han cambiado, las responsabilidades de la crianza han aumentado y la precariedad laboral juvenil dificulta la emancipación.

En lo que más gastan los progenitores durante la manutención de un vástago es en alimentación (130.568 euros), seguida de gastos no esenciales (52.272 euros) y educación (41.141 euros). A la ropa y el calzado, las celebraciones, la sanidad, la higiene y las pagas también destinan una partida importante. El período de tiempo de menor coste para una familia es cuando los hijos tienen entre 25 y 31 años porque empiezan su vida laboral.

Por el contrario, la etapa en la que destinan mayor cantidad de dinero es entre los 12 y los 18 años, con una media de 99.540 euros. Se estima que un niño hasta que cumple un año gasta alrededor de 11.392,16 euros, lo que representa una parte significativa de los ingresos: aproximadamente un 38,7% del salario anual de un hombre y un 46,77 % del de una mujer.

A ellas les cuesta más ahorrar para cubrir los costes del primer año de crianza, pero si ambos logran destinar un 20% de su salario al ahorro, con un sueldo que supera los 2.000 euros, verán significativamente reducida la espera, pudiendo reunir la cantidad monetaria necesaria en aproximadamente dos años si son madres solteras, o incluso en menos tiempo si son padres con una familia monoparental.

Sesgo de género en la conciliación laboral y familiar

"Aunque parece que nos movemos en la dirección adecuada en cuanto a la destrucción de ciertos roles de género obsoletos, todavía sigue existiendo un sesgo de género tanto en las responsabilidades económicas como en los cuidados", indican desde Raisin en el informe. Tener un hijo impacta de forma negativa en las posibilidades de que una mujer tenga un puesto de trabajo.

La tasa de empleabilidad de las ciudadanas con hijos menores de 12 años es inferior a la de las que no tienen niños de esa edad, un 71,5% frente al 77,9% de las segundas. El principal problema es la conciliación laboral y familiar. Sin embargo, en el caso de los hombres no es así. El índice de empleo de los ciudadanos de 25 a 49 años sin vástagos menores de 12 fue del 85,8%, mientras que en aquellos con descendientes de ese grupo de edad el índice era mayor: 90,3%.

A la desventaja salarial y de empleabilidad se suma también el coste de oportunidad asociado a la sobrecarga de los cuidados, ellas asumen una responsabilidad mayor. Según un estudio elaborado por el Instituto de la Mujer, en el ámbito privado, realizan la mayor parte del trabajo doméstico y alrededor del 70 % de las tareas de cuidados.