Una de las preguntas que podemos hacernos a la hora de elaborar la declaración de la Renta es qué ocurre si generamos rentas por el alquiler de inmuebles. No es lo mismo arrendar una vivienda para uso habitual que hacerlo en forma de alquiler vacacional (de la misma forma que la normativa en ambos casos es diferente, así como los derechos de inquilinos y arrendador). En cualquier caso, estos ingresos deben declararse en el IRPF, al formar parte de las rentas obtenidas por el propietario durante un ejercicio determinado. ¿Cómo tributan los ingresos obtenidos por el alquiler de una vivienda?
Tal y como explica ING, si obtienes ingresos por arrendar una vivienda, deberán reflejarse en tu IRPF, tanto si se trata de alquiler habitual como por temporada o vacacional. Además, ten en cuenta que Hacienda estrecha cada vez más el cerco sobre los posibles casos de fraude en el alquiler, por lo que no es nada recomendable omitir este tipo de ingresos en tu declaración de la Renta.
La norma nos dice que, como arrendador de un inmueble, debes declarar estos ingresos como rendimiento del capital inmobiliario. Eso sí, podrás restar determinados gastos relacionados con este alquiler, como son los intereses de préstamos vinculados con la compra o mejora de la vivienda; el abono de impuestos como el IBI, la tasa de basura, el alumbrado o el vado; los gastos de comunidad; los gastos de conservación y reparación de la vivienda (exceptuando los de mejora o ampliación del inmueble); la prima del seguro de hogar; la amortización del inmueble, que asciende a un 3 por ciento del valor catastral de construcción; y los gastos de suministros como luz, agua, gas y teléfono.
Además, a la cantidad resultante se le aplica una reducción del 60 por ciento para obtener el rendimiento.
Cuestión distinta es cómo se declara en la Renta un alquiler vacacional: los ingresos obtenidos por alquilar unos meses al año la vivienda se deben incluir en tu declaración, tanto en el caso de un alquiler directo de una casa en la playa durante unos meses como en caso de alquilar una habitación a través de Airbnb, Homeaway, Windu o cualquier otra plataforma. Ten en cuenta, además, que todos estos movimientos realizados a través de apps quedan registrados y Hacienda puede rastrearlos.
Siempre que no constituyan una actividad económica, estos ingresos se incluirán también como rendimiento del capital inmobiliario, pudiendo restar los gastos deducidles correspondientes, si bien únicamente en relación con los periodos en que esté alquilado. Por ejemplo, los gasto de luz o agua solo se podrán deducir en el tiempo de alquiler, por lo que te tocará prorratear facturas y hacer números. También puedes deducir la totalidad del gasto de las agencias que gestionan el alquiler o la publicidad realizada para alquilar la vivienda.
En cuanto al tiempo en que la vivienda no esté alquilada, tratándose de una segunda vivienda, se tendrá que declarar como tal. En este caso, se calcula el 1,1 por ciento del valor catastral de la vivienda -o el 2 por ciento si se revisó antes de 1994- y el resultado se divide entre los 12 meses del año. En nuestra declaración incluiremos el resultado de multiplicar el valor mensual por los meses que la vivienda se encuentre vacía. Esta cantidad tributará según la escala del impuesto, teniendo en cuenta que hay que sumarle la cantidad obtenida cuando el inmueble está alquilado.
Por último, ten cuidado con las multas por no declarar una vivienda en alquiler: las sanciones van desde el 50 hasta el 150 por ciento de la cantidad no declarada, según el nivel de gravedad de la sanción.