La situación sanitaria provocada por la covid19 continúa causando cancelaciones en España de los viajes de fin de curso de miles de estudiantes que ahora no saben si podrán obtener un reembolso.
Un botellón multitudinario celebrado la semana del 18 de junio en Mallorca por varios grupos de estudiantes, ha provocado más de un centenar de contagios de coronavirus forzando a las autoridades a pedir que se cancelen los viajes de fin de curso con destino en la isla.
Las agencias responsables de la organización de estos viajes están obligadas a la devolución del dinero pagado por los clientes pero pueden quedarse con una comisión que debe ser 'proporcional'. El año pasado, después de que prácticamente la totalidad de los viajes tuvieran que cancelarse por culpa de la pandemia, la mayoría de compañías optaron por ofrecer bonos de viaje en lugar de dar devoluciones. En el caso de los estudiantes de Bachillerato esta opción no tiene sentido. Es ahora o nunca. El año que viene ya no estarán en el instituto y quién sabe si seguirán teniendo los mismos amigos. El viaje de fin de curso era la ocasión perfecta para despedirse de sus compañeros con los que, durante 6 años, han compartido aula y miles de experiencias.
Las asociaciones de consumidores advierten de que el consumidor 'siempre tiene derecho a elegir' entre un bono y una devolución. A pesar de que el Ministerio de Consumo establece que la devolución íntegra del importe del viaje es un derecho, muchas empresas se quedan con hasta un 70% por supuestos 'gastos de gestiones' ya realizadas.
La legislación, no obstante, sí que prevé que las empresas organizadoras puedan quedarse con un pequeño porcentaje pero este debe ser proporcional y razonable. Según el Real Decreto para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, "el consumidor y usuario podrá exigir el reintegro de las cantidades desembolsadas al empresario al que se las abonó, que deberá reintegrárselas en los plazos y condiciones previstas".
En caso de que los clientes renuncien al bono, las empresas están obligadas a efectuar el reembolso en un plazo de 60 días desde la fecha de resolución del contrato o, en su caso, desde que los proveedores de los servicios contratados hagan la devolución al minorista (la agencia). En el año 2020, la Comisión Europea emitió un escrito por el que mandataba que los usuarios tendrían derecho a un rembolso pero en el que también reconocía la validez de los bonos para evitar la quiebra de las empresas organizadoras. Por tanto, para reclamar el importe del viaje, el usuario deberá solicitarlo a la agencia y si, con el tiempo no se resuelve, acudir a la justicia.