El coronavirus golpea el mercado de las materias primas: los inversores salen de caza
Los precios de las materias primas han caído en picado por el coronavirus: ¿Es el momento de invertir en materias primas?
Los precios industriales se verán afectados en esta cadena
¿Cómo invertir en materias primas? los analistas creen que ahora es momento de hacer negocio
Materias primas y banca han sido dos de los sectores más afectados en Bolsa por la crisis del coronavirus en las últimas semanas. Por eso, algunos analistas apuntan que puede ser un buen momento para invertir en ellos, aprovechando los precios bajos. ¿En qué consiste la inversión en materias primas? ¿Cómo se encuentra este mercado a causa del Covid-19?
La caída de las materias primas ha sido tal que los analistas hablan de un auténtico desplome y de descensos históricos (en muchos casos superiores al 30 % en tan solo 30 días). Y ello promete trasladarse los precios industriales, ya que todo forma parte de la misma cadena de producción.
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Desde el petróleo al azúcar o al níquel
Cuando hablamos de materias primas nos referimos, por ejemplo, al petróleo Brent (que ha caído en el último mes más de un 50 %), el platino, la plata, el algodón, el azúcar, el cobre, el plomo, el níquel, el gas natural o el oro. Todos ellos han experimentado importantes bajadas en las últimas semanas, incluso el oro, a pesar de ser un tradicional activo refugio. El único activo dentro de este grupo que habría subido en estos días es el café, cuya demanda parece ser estable, con o sin coronavirus.
Todo ello tiene mucho que ver con el frenazo de la producción que se ha producido en decenas de industrias en todo el mundo, como es el caso de la fabricación de automóviles o electrodomésticos, la construcción... A ello se suma el hecho de que, con la caída del precio de petróleo, los países exportadores verán frenado su consumo, siendo éstos tradicionalmente quienes más consumen bienes fabricados en Europa o en China.
¿Invertir en materias primas?
Tal y como explica BBVA, la inversión en primas es, en general, "un negocio fácil y al alcance de todos los ahorradores". Hay cuatro métodos para invertir en materias primas: por exposición física, compra de acciones a empresas especializadas, contratos de futuro y ETCs. Las materias primas son activos únicos que no suelen presentar variaciones, por lo que la inversión "siempre será la misma se encuentre donde se encuentre".
Aunque algunas de ellas permiten la inversión en activos físicos, como puede ser el caso de algunos de los metales preciosos (casi exclusivamente oro y plata), es a través de una serie de productos financieros como mejor se puede articular esa inversión.
Dificultad de custodiar el activo
El motivo por el que no conviene comprar materias primas físicas es, principalmente, la dificultad o imposibilidad de custodiar el activo. Así, según BBVA, "es cierto que una onza de oro o plata pueden ser guardados en tu hogar o tu empresa si dispones de caja de caudales, pero esto es algo totalmente inviable con metales que se compran por toneladas métricas, barriles de petróleo de cincuenta litros o uranio, por ejemplo, dadas las dificultades que entraña su manejo y custodia".
En otros casos, la escasez del activo impide que se llegue a dar la posibilidad de que se cree un mercado físico (grafito, indio, germanio…) y, en otros más, los mercados sólo negocian la compra a futuro (por ejemplo, todas las materias primas agrícolas).
Apuesta por empresas especializadas en el sector de la materia prima
Si has decidido invertir en este sector, la primera opción para invertir en materias primas es la compra de acciones de empresas especializadas en el sector: petroleras, acereras y mineras, fundamentalmente. El problema es que las variaciones en el precio de la materia prima se diluyen entre la calidad de la gestión, las reservas, el tipo de reservas, la procedencia de las mismas, etc.
En caso de optar por invertir en bolsa, un buen número de potenciales inversores en renta variable muestran, en un principio, cierta aversión al riesgo y un desconocimiento de cómo acometer el salto a operar en bolsa. Cada vez más proliferan diversos canales y vías para poder llegar a comprender el comportamiento de los mercados y cómo se debe aprender de aquellos que ya se manejan como verdaderos expertos en ellos.
Conocer un mercado complejo, vital
"No es difícil ver una petrolera caer con el precio del crudo al alza. Del mismo modo, una minera puede bajar con el precio del cobre al alza porque baja el plomo, o la acerera puede sufrir por el precio del níquel pese a que el mineral de hierro cotice a la baja. También es posible que una petrolera obtenga la mayor parte de sus beneficios del refino o de la distribución de los productos petroleros en vez de la exploración o extracción de la materia prima”, asegura BBVA. Por tanto, es importante conocer el mercado antes de tomar ninguna decisión de inversión.
Los mercados de futuro
Otra opción es el mercado de futuros, pero "el problema aquí es que no todas las materias primas tienen mercado de futuros o entorpecen su entrada a inversores minoristas con barreras muy altas. Por ejemplo, el contrato de futuros sobre el barril de crudo mini (el más pequeño) precisa de un mínimo de 10.000 dólares en cuenta para poder operar". Además, por sus características técnicas, tampoco es un mercado accesible a un inversor inexperto.
Por otro lado, los contratos de futuros vencen cada mes, de modo que las operaciones siempre tienen esa fecha de caducidad. Por todo ello, desde esta entidad aseguran que no es aconsejable invertir en materias primas a través de empresas cotizadas o índices sectoriales de empresas cotizadas, porque el leitmotiv de las subidas o bajadas de la inversión no va a depender del precio del activo subyacente, y esto incluye también a los fondos de inversión sectoriales (por ejemplo, los que invierten sólo en petroleras o mineras).
Cuidado con apalancarse
El siguiente vehículo para la inversión en materias primas son los contratos por diferencia o CFD’s. Con ellos se invierte en el mercado de futuros de forma indirecta, lo que resulta más fácil, pero son productos apalancados, lo que implica que conllevan un riesgo muy elevado. "El término ‘apalancado' significa que con un capital de x, tu operación es de 4x, por ejemplo, lo que supone que un solo error puede llevarse por delante todo tu capital invertido, lo no invertido, y hasta la hipoteca de la casa, llegando a extremos exagerados". Los CFDs también tienen la desventaja de que no replican con exactitud los precios del subyacente porque dependen del tamaño de su propio mercado (personas que inviertan en esos mismos CFD’s que tú).
Fondos cotizados
Una última opción son los ETFs o fondos cotizados, un vehículo de inversión que permite la compra de materias primas a través de varias opciones. Son fondos cotizados en los que el partícipe compra una ‘acción’ de un producto que replica la evolución del precio del petróleo tipo Brent en el mercado de futuros.
Los ETFs permiten también invertir en índices sectoriales o empresas, en productos no accesibles para los inversores minoristas (grafito, lantánidos, etc.) a importes menores, con o sin apalancamiento y apostando al alza o a la baja del precio del activo subyacente. Su liquidez es tan alta como la de las acciones o el mercado de futuros, lo que los convierte en la mejor opción para inversores minoristas que quieran probar en un mercado tan grande y difícil como es el de las materias primas.