Cómo funcionan los tramos del IRPF
Comprender cómo funcionan los tramos del IRPF es clave para controlar el funcionamiento de este tributo: te contamos sus claves
El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o IRPF es, junto al IVA, uno de los tributos más conocidos por los españoles, quizás porque son los que más nos pasan factura y los que, consecuentemente, más dinero aportan a las arcas del Estado (seguidos por el Impuesto sobre Sociedades). Por eso es tan importante conocer cómo funcionan los tramos del IRPF: hay que recordar que se trata de un impuesto directo (es decir, que grava de forma directa a cada persona, ya sea física o jurídica, en este caso, en función de sus ingresos en el periodo de un año) y progresivo (cuanto más ganemos, más pagaremos proporcionalmente). Conoce todo lo que necesitas sobre los tramos del IRPF, el impuesto que podría subir nuevamente en 2020
Cómo funcionan los tramos del IRPF: conoce las claves del impuesto que más recauda
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La clave del funcionamiento de los tramos del IRPF se encuentra en la progresividad: existen distintas horquillas de ingresos a las que se aplican distintos porcentajes que van a parar a Hacienda, en orden ascendente. Así, una persona con pocos ingresos pagará menos IRPF proporcionalmente que una que gane mucho dinero.
El funcionamiento de este impuesto tiene que ver con la idea de redistribución de la riqueza, uno de los principios clave de la fiscalidad en nuestro país. La teoría nos dice que, si quienes más dinero ganan contribuyen en mayor medida al sostenimiento de nuestra sociedad y si, paralelamente, protegemos gracias a ello a las personas con menos recursos, dotaremos a la Administración con herramientas económicas para reducir la desigualdad.
Aunque esta idea cuenta con detractores, se basa en las diferencias estructurales que existen entre nosotros como individuos, basadas en muy distintos motivos: distintas capacidades y calificaciones laborales, razones hereditarias, nivel de educación, azar y discriminación (por sexo, por raza...) o exclusión de ciertas actividades... Destinar dinero al impulso de colectivos menos favorecidos ayuda a equilibrar la balanza entre el conjunto de ciudadanos.
Por eso existen distintos tramos en el IRPF y, en contra de lo que muchas personas creen, el hecho de ’saltar’ de tramo por haber obtenido más ingresos en un ejercicio determinado no significa que el nuevo porcentaje (más elevado) se vaya a aplicar a la totalidad de sus ingresos. Al contrario, la suma comprendida en un tramo determinado tributará por el porcentaje que le corresponda, y la suma restante (dentro del siguiente tramo), lo hará por el nuevo porcentaje (más elevado que el anterior). Así, habrá subida, pero no será tan drástica como muchas personas imaginan.
Estos son los tramos de IRPF vigentes en este momento:
- Desde 0 hasta 12.450 euros: 19 %
- De 12.450 a 20.200 euros: 24 %
- De 20.200 a 35.200 euros: 30 %
- De 35.200 a 60.000 euros: 37 %
- Más de 60.000 euros: 45 %
Así, para comprender cómo funcionan los tramos de IRPF, desde Finect nos llega este ejemplo, basado en los tipos del IRPF vigentes en 2020: se podría pensar que una persona que gane 65.000 euros pagaría un 45 % de sus ingresos en concepto de IRPF, es decir, 29.250 euros. Sin embargo, la tabla del IRPF vigente hasta ahora (la del 2019) es progresiva, lo que significa que en realidad esta persona pagaría las siguientes sumas:
- Primer tramo IRPF: paga el 19 % de 12.450 euros: 2.365,5 euros)
- Segundo tramo IRPF: paga el 24 % de 7.750 euros (la diferencia entre el primer y segundo tramo): 1.860 euros
- Tercer tramo IRPF: paga el 30 % de 15.000 euros (la diferencia entre el segundo y tercer tramo): 4.500 euros
- Cuarto tramo IFPF: paga el 37 % de 24.800 euros (la diferencia entre el tercer y cuarto tramo): 9.176 euros
- Quinto tramo IRPF: paga el 45 % de 5.000 euros (la diferencia entre el cuarto y quinto tramo): 2.250 euros
En total, pagará 20.151,5 euros, cerca de 9.000 menos de lo que pagaría si se aplicara directamente el tipo del 45 % a toda la suma.
En cuanto a los ingresos que grava el IRPF, el más conocido es el salario, pero existen otros, como las rentas obtenidas de un alquiler o una compraventa de vivienda, los beneficios por la venta de acciones, una pensión pública, cualquier inversión, un premio, el dinero fruto de una indemnización... En definitiva, se trata de gravar tus ingresos anuales, sea cual sea su naturaleza. Eso sí, existen diferencias en cuanto a cómo tributa cada categoría (por ejemplo, las rentas fruto del trabajo y las rentas fruto de la inversión).