Las ganas de salir de vacaciones, disfrutar de la playa o la naturaleza y alejarse de la rutina enconsertada a la que ha obligado la pandemia por segundo año consecutivo puede llevar a más de uno a caer en un anuncio falso de internet de alquiler vacacional, pero hay señales que ponen en alerta.
Organizaciones de consumidores, abogados expertos en el área inmobiliaria y aseguradoras detallan a Efe los indicios que deben hacer sospechar cuándo se está frente a un fraude, porque, desde que se ha generalizado el uso de plataformas digitales para este tipo de alquiler, los timadores han descubierto nuevas fórmulas para engañar a los usuarios.
Las reclamaciones y demandas son cada vez más frecuentes y desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se aconseja desconfiar de los chollos y de las ofertas demasiado buenas, así que piden revisar los comentarios y reseñas de quienes se hayan alojado en esa vivienda; comunicarse con el arrendador siempre a través de una plataforma online fiable, no salirse de ella y asegurarse de que se está contratando el inmueble en ese entorno.
Es importante no transferir nunca dinero desde fuera de la página o de la aplicación porque, si el consumidor decide obviar al intermediario y contratar directamente con el propietario, este perderá la garantía, y la plataforma no se hará cargo de la reclamación en caso de que exista algún problema.
Iliana Izverniceanu, portavoz de la OCU, advierte a Efe de esta estafa, una de las más habituales en este campo: el timador plantea en la plataforma una oferta que a priori parece muy interesante, alguien se interesa y le convence para que se salga de esa web porque así le va a salir más barato.
Al final la víctima se sale, le paga por adelantado una parte y, como nadie da duros a cuatro pesetas, no llega a ver el apartamento porque el estafador se queda con el depósito sin haber proporcionado el alojamiento prometido y desaparece sin dejar rastro.
Desde la web de la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), que destacan las fuerzas de seguridad, se incide en este aspecto, en el cuidado que se debe tener con el método de pago a utilizar porque "hay que desconfiar si se propone un método de pago alternativo a la plataforma".
Esta es una señal de que se está ante una posible estafa, pero hay otras, como que el anuncio publicado esté mal redactado, que tenga faltas ortográficas o que se note que se ha escrito con prisas. En los anuncios fraudulentos, según los consultados, también es habitual que se muestre sólo un correo electrónico y que los ciberdelincuentes, una vez recibidos los correos, contesten a los interesados desde otro email para dificultar el seguimiento en el caso de denuncia.
En ocasiones, también incluyen un teléfono de contacto, el cual estará siempre apagado o no habrá respuesta. Por eso conviene comprobar la identidad del anunciante y la titularidad y la existencia del inmueble, aunque a veces es muy complicado porque los delincuentes piratean el email de los propietarios, recopilan información para hacerse pasar por ellos (el "pshising" o suplantación de identidad) y ofrecen la vivienda, que probablemente estará alquilada a un tercero.
Hay que comprobar la identidad e incluso, como señalan desde la aseguradora Generali, intentar hablar con el propietario y preguntarle sobre la vivienda y obtener la dirección en la que se encuentra.Se pueden emplear herramientas, como Google Street View, para ver si el apartamento existe, pero también se puede verificar desde Google imágenes si las fotos del anuncio se han empleado en otras webs o plataformas diferentes.
Si le han estafado debe reunir las pruebas documentales de todos los pasos que haya seguido y denunciarlo ante la Policía o la Guardia Civil, que tienen unidades especializadas de delitos informáticos y tecnológicos y que, además, desde sus cuentas de Twitter advierten de estos posibles fraudes.
No obstante, las reclamaciones más numerosas en agosto sobre los alquileres vacacionales no son por estafas, sino por incumplimientos de las condiciones pactadas en los contratos, según señala la abogada del área inmobiliaria de Legalitas Mariluz Rodríguez.
Cuestiones como que la casa no está totalmente equipada, que tiene menos habitaciones de las que han asegurado y encima son más pequeñas, que no está exactamente en primera línea de playa o que no funciona el aire acondicionado o no lo tiene. Cuando ocurre esto, lo primero que hay que hacer, según Rodríguez, es "un buen reportaje de la casa para que se vea cuál es el problema" ya que en las condiciones tiene que venir detallada la situación en la que se encuentra la vivienda.
Después, según explica, hay que intentar llegar a un acuerdo de avenencia con el arrendatario para solventar lo ocurrido, bajando el precio del piso u ofreciendo una indemnización, por ejemplo, y si no es posible acudir a la vía judicial.