La estafa piramidal es una fórmula de engaño muy antigua que viene utilizándose, como mínimo, desde los años 20 del siglo pasado. Por aquel entonces se destapó el escándalo del estafador italiano Carlo Ponzi, que provocó que, desde entonces, se hable de la estafa del 'esquema Ponzi' como sinónimo de estafa piramidal. ¿Cómo funciona una estafa piramidal? ¿Cuáles son las señales de alerta que debes tener en cuenta para no perder tu dinero en una inversión ficticia?
Cuando se trata de invertir nuestro dinero, es muy importante contar con toda la información necesaria antes de dar ningún paso en falso y lamentar luego pérdidas y problemas. Dentro del mundo de las estafas, quizás una de las más conocidas (y también de las más eficaces, a pesar de su antigüedad) es la de las estafas piramidales.
Un esquema de pirámide sería aquel esquema de negocios en el que los participantes tienen que recomendar y captar a más clientes con el objetivo de que los nuevos participantes produzcan beneficios a los participantes originales. Es necesario que el número de participantes nuevos sea mayor que el de los existentes (de ahí el nombre de pirámide).
El problema es que este esquema solo se mantiene mientras sigan sumándose nuevos participantes, y cada vez es necesario un número mayor de ellos. Cuando la pirámide se satura (también ocurre cuando los inversores deciden retirarse), los beneficios de los participantes disminuyen y la mayoría termina sin ningún beneficio, habiendo financiado las ganancias de los primeros.
El primer exponente claro de este tipo de esquema (ilegal en muchos países, incluyendo a España) lo encontramos en el método diseñado por el delincuente italiano Carlo Ponzi, conocido por estafar a muchas personas en Estados Unidos durante los años 20. En este caso concreto, la estafa consistió en atraer a inversores prometiéndoles normalmente una elevada rentabilidad, que era sufragada con los ingresos percibidos al atraer a nuevos inversores.
En realidad, quienes ponían su dinero en manos de este tipo de negocio desconocían que sus beneficios no procedían de una actividad empresarial real y legítima (es lo que se conoce como esquema piramidal cerrado). Por tanto, desconocían que la viabilidad de esta "inversión" solo se sostenía mientras siguieran apuntándose más inversores y mientras que quienes ya habían invertido no decidieran un reembolso total de sus fondos.
El esquema piramidal también puede ser abierto: en estos casos, los participantes saben de dónde proceden sus beneficios, aunque pueden no ser conscientes del riesgo que supone formar parte de una estructura de este tipo. En los esquemas cerrados, por el contrario, se utiliza el engaño de forma más evidente, y se define la inversión recurriendo a términos vagos como "contratos de futuros", "programas de inversión de alto rendimiento" o "inversión offshore".
Sea cual sea el tipo de estafa piramidal, una clara señal de alerta para detectar este tipo de estructura es que se nos puede ofrecer un interés mayor del que es habitual en el mercado en ese momento determinado. También la falta de determinación a la hora de definir la naturaleza de la inversión, así como el uso de técnicas comerciales poco transparentes y el intento de captar a posibles inversores con poca cultura financiera.
A veces se habla incluso de inversiones "secretas" para atraer a posibles víctimas de esta estafa, evitando así dar explicaciones concisas sobre la naturaleza de lo contratado.
Por otro lado, es habitual que, en un principio, el inversor reciba los ingresos prometidos, lo que funciona como gancho para atraer a nuevas personas y para lograr que los inversores se queden y no decidan retirar su dinero. Sin embargo, en el momento en que esta tendencia frene, comenzará el efecto cascada.
Además, los operadores suelen intentar evitar las retiradas de dinero a través de ofertas que inviten al inversor a mantenerse a cambio de grandes beneficios durante un tiempo determinado.
Los operadores también intentan minimizar los retiros ofreciendo nuevos planes a los inversores en los que no se puede retirar dinero durante un cierto período de tiempo a cambio de mayores rendimientos, y es habitual que las solicitudes de retirada se procesen sin problemas, precisamente para alimentar esa imagen de solvencia.
El resultado de invertir en este tipo de estafa es la pérdida del dinero invertido: en el momento en que deja de entrar dinero, los estafados se quedarán sin su ahorro.
Si quieres evitar caer en una estafa piramidal, huye de rentabilidades extrañamente elevadas y lee con detenimiento la información contractual, consultando con un especialista antes de firmar. Otro factor clave es que la entidad que ofrezca la inversión esté supervisada por el Banco de España.